Esta ludopatiland que han montado Bernanke y cía en los mercados financieros bien podría llamarse "el jardín del Edén", ese sitio financiero donde todo es maravilloso y los problemas del mundo real no llegan, gracias a que se imprime más dinero público para beneficiar directamente a unos pocos. De hecho, son esos problemas económicos que sufre la mayoría los que sirven para que el "creador" meta ahí más dinero fácil con el que todos los ludópatas del sector se dan un festín tras otro.
Sin embargo, incluso en este espejismo monetario donde todos esos beneficiados por orden suprema se hacen los tontitos sistemáticamente como si se tratara de la fábula del traje del rey (desnudo), hay lineas que no se atreven a cruzar (al menos hasta que la crucen unos cuantos primero y las autoridades digan que van a meter dinero público ahí).
Hoy no voy a perder un minuto explicándote otra evidencia del polvorín que nos están sembrando los delirios de grandeza y el desprecio por la libertad (económica) de Ben y su clan. Hoy te cuento una anécdota financiera real y propia de una película de Louis de Funes.
Quizás habrás oído que próximamente saldrá a cotizar en bolsa la empresa de redes sociales y mensajes Twitter. Como suele ocurrir, los bancos de inversión intentan que les dejen participar en esa colocación de acciones en el mercado (forma parte de su negocio habitual de banca de inversión).
A los traders (operadores de corto plazo) ya les hacen chiribitas los ojos. Si se miran al espejo, pueden ver el dólar dibujado bajo sus cejas. Seguramente ven ahí otra oportunidad de invertir en algo que, si el sell-side (analistas que emiten informes y recomendaciones) es capaz de calentar a la manada como en otros casos, puede subir como la espuma (independientemente de que está cara o barata). Otra oportunidad de invertir mucho poniendo poco (utilizando derivados) para maximizar beneficios a través del apalancamiento. Es el juego habitual.
Este caso es gracioso porque, según parece, alguien tenía tantas ganas de invertir en Twitter que se ha adelantado a la propia salida a bolsa. ¿Cómo? El ticker (código identificativo de cotización) de Twitter será TWTR. Pues resulta que ya existe una compañía llamada Tweeter Home Entertainment Grp y su código era, hasta hace un par de días, TWTRQ. Esta compañía cotizaba recientemente a $0.006 y en bolsa apenas valía $180.000. Tiene pinta de ser una de esas empresas que salieron a cotizar con un proyecto que no les ha funcionado y progresivamente que se han ido hundiendo. Lo llamativo es que, el viernes pasado, parece que alguien se equivocó de compañía y se puso a comprar TWTRQ (Tweeter Home...) en vez de TWRT (Twitter), que todavía no cotiza.
¿El resultado? Pasó en un día de cotizar a $0,0065 a tocar $0,15 en un par de horas de sesión. La compañía en casi desaparición llegó a multiplicar su valor por 23. Creo que hay algún inversor que va a perder su dinero o algún gestor que va a perder su trabajo.
Aunque esta casualidad (de ticker y nombre tan parecido) es excepcional, y este comportamiento no es habitual, sí te detallo algo más habitual: la compañía de comercio minorista Radioshack subió en cotización un 10% en apenas 5 segundos, ¡SIN NOTICIAS que lo explicaran!, para volver a caer instantes después. Esto último probablemente no sea un fallo humano sino el comportamiento diario que nos brindan los gestores automatizados, los programas algorítmicos (informáticos) que ponen y quitan en el mercado miles de órdenes en unos nanosegundos.
Como Ben (Bernanke) nos dejará dentro de poco (con esta bomba de relojería especulativa que ha creado) y le sustituirá Janet Yellen, de su cuerda ideológica, aprovecho para regalarle este retrato/cuadro socioeconómico que le ayudará a entender porqué no funciona bien el efecto riqueza de su QE.
Termino con un dato: si en los últimos meses hemos visto qué bien iban las ventas de Porsche y Ferrari, en septiembre 2013 Mercedes ha anunciado las mayores ventas de su historia. ¿Crisis? Depende de si eres o no uno de los amigos de Ben, es decir, de a qué columna pertenezcas.
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