sábado, 9 de julio de 2011

EL RIESGO PAIS Y LAS IDIOTECES OFICIALES

Si tuviera que nombrar tres características del animal político destacaría: su extensa ignorancia en la mayoría de temas, su osadía para hablar de ellos cual experto, y su moral camaleónica que le permite cambiar de chaqueta/posición a gran velocidad con tal de no asumir sus responsabilidades y poder culpar otros de sus desgracias.
Desde hace meses, los políticos culpan a los especuladores del clima de dudas sobre la solvencia de algunos países europeos y, en consecuencia, del encarecimiento de la financiación de estos países. Como los políticos no te explicarán esa realidad (que en gran medida desconocen), yo te detallo algunas peculiaridades:
  1. La especulación y la manipulación la sufrimos los que estamos a diario en los mercados financieros. Son los grandes inversores los que, por sus contactos, se relacionan con los poderosos (a menudo políticos) y obtienen lo que la mayoría no: información valiosa antes que el resto del mercado. Algunos, además reciben financiación oficial casi gratis.
  2. Los grandes especuladores son como los mercenarios: están bien vistos cuando sirven a la causa de los gobiernos. Por ejemplo, Bernanke creó el Quantitative Easing 2 generando, financiando, y apoyando hordas especulativas que llegaron hasta el último confín del mundo cotizado.
  3. Reducir la especulación es realmente fácil, bastaría con reducir el apalancamiento de los que operan. Por ejemplo, si las garantías para operar con derivados fueran del 50% del valor que inviertes frente al 5-10% actual el volumen de apalancamiento sería increíblemente menor, pero entonces, la banca de inversión se quedaría sin uno de sus negocios más lucrativos, y quizás sería un poco menos "too big to fail" (demasiado grande para dejarla caer). En esas circunstancias ¿cómo podría Goldman Sachs seguir invirtiendo millones en las campañas de ambos candidatos a la presidencia?
  4. En la deuda soberana existe, como en el resto de mercados cotizados, movimientos especulativos y, a veces, intentos de manipulación. La operativa sobre el riesgo soberano (de la deuda de los países) no se hace tanto sobre sus bonos pues son muy ilíquidos. Se utilizan CDS, instrumentos financieros que cotizan la percepción de riesgo de impago de un país. Por ejemplo, si tengo un bono griego y creo que puede no pagar puedo hacer dos cosas: lo vendo o compro un CDS que cubra mi posición, es decir, que subirá de precio a medida que se confirme la insolvencia de Grecia y compensará la caída en precio que sufrirá mi bono griego.
  5. Por último, independientemente de cualquier movimiento especulativo, los mercados exigen a algunos gobiernos más rentabilidad para comprar sus bonos porque la percepción que tienen sobre éstos es que pueden llegar a ser insolventes. ¿Prestarías tú el dinero de tus clientes a alguien que crees que es muy posible que no te lo devuelva?¿Y si además le ves gastar sistemáticamente más de lo que ingresa (déficit presupuestario)?¿Y si también ves que no tiene intención de cuadrar sus cuentas, de ajustarse a la crisis como sí hacen las familias y las empresas? En esa situación están gran parte de los gobiernos occidentales, con un exceso de endeudamiento público, déficit presupuestario sistemático, y sin ganas ni valor político para tomar realmente las duras medidas de ajuste necesarias en una sociedad que lleva viviendo demasiados años por encima de sus posibilidades a base de créditos.

viernes, 8 de julio de 2011

LA NUEVA CULTURA DEL PELOTAZO (FINANCIERO)

La cultura del pelotazo en el mundo financiero está hoy más vigente que nunca. Antes de la crisis, en muchos sectores (financiero, inmobiliario, etc) se cometieron excesos. Estos se producen tras una fase de bonanza sectorial que se presume va a durar eternamente. Para que los agentes económicos lleguen a ese exceso de riesgo que finalmente acaba en crisis necesitan tiempo, pues el paso del tiempo sin que ocurra nada malo es imprescindible para generar ese exceso de confianza. Hoy, tengo muy claro que hay ya burbujas creadas entorno al sector financiero. Hace ya tres años que empezó la recuperación económica y los agentes que operan en los mercados financieros saben lo siguiente:
  1. En la crisis se ha salvado a la banca de las consecuencias de sus decisiones "en nombre del bien común" y hoy se volvería a repetir si se diera el caso ("too big to fail"). El sistema no está hoy más protegido de ese intervencionismo sesgado en favor de algunos. Contrariamente a su retórica de profunda responsabilidad, los políticos y burócratas de los bancos centrales han quebrantado normas vigentes, tratados, estatutos, principios contables, y hasta sus propias declaraciones una y otra vez. Si hoy cayera algún banco grande, Grecia, Tepco (la eléctrica japonesa de Fukushima), etc volvería a imponerse el deporte global de moda: privatizar beneficios, cuando las cosas van bien, y nacionalizar pérdidas cuando esas apuestas salen mal. Es decir, los bancos de inversión saben que si sus arriesgadas apuestas salen bien, ganarán un gran bonus, y si salen mal, volverán a salvarles.
  2. También saben que Bernanke quiere mercados alcistas (¿se te ocurre algún ingrediente mejor para una burbuja que el jefe de la mayor divisa del planeta manipulando los precios arbitrariamente?). Esa protección les permite asumir, de nuevo, más riesgos pues si vienen mal dadas, él intervendrá para hacer subir los mercados. Los anglosajones lo llaman "Bernanke's Put".
  3. Un ingrediente imprescindible: el dinero. La Fed ha multiplicado su balance por 3 en la crisis, de $900B a casi 3 trillones de dólares, y se sabe públicamente que hay un exceso de reservas bancarias de $1.5 trillones (que equivale a un 10% del PIB de EEUU). Es decir, el mundo financiero está absolutamente inundado de liquidez. Eso no es incompatible con que esa liquidez no llegue a la economía productiva porque la banca no presta.
  4. Finalmente, por si no fuera un riesgo suficiente el exceso de liquidez mantenido en el sistema durante casi 3 años, los bajísimos tipos de interés y las palabras de Bernanke de mantenerlos así mucho tiempo son la puntilla.
Desde que empezó la crisis, la economía de mercado está en un coma inducido por las autoridades. Estas la han sustituido por un intervencionismo improvisado y falto de criterio que podríamos llamar "la política del parche". Vivimos en un gran experimento macroeconómico. Creo que las imprudencias se pagan, ya sea al contado o posteriormente con intereses. Además, cual ludópata, el imprudente es reincidente. Lo vemos cada vez que alguien (importante) tiene que asumir las consecuencias de sus actos. El estado aparece con el dinero de todos para evitar que las reglas se cumplan.
Para los que creemos en el mercado como el sistema más eficiente, menos imperfecto y más democrático tengo un mensaje de optimismo: todavía hay gente entre los que mandan que también cree en ello. El congresista republicano por Texas y candidato a la presidencia Ron Paul ha criticado abiertamente a la Fed por ser una institución absolutamente opaca, por tener más poder que el propio presidente sin que sus representantes hayan sido elegidos por el pueblo, por servir básicamente a la banca y a los que gobiernan en Washington. También el miembro de la Fed Thomas Hoenig se ha opuesto a los programas de quantitative easing (que buscaban intervenir directamente en los mercados) y a mantener tipos de interés a 0 durante 3 años (que crean riesgo de inflación y burbujas en los activos cotizados).

miércoles, 6 de julio de 2011

AGENCIAS DE RATING: ¿HEROES O VILLANOS?

Las dos principales agencias de rating a nivel mundial son Moody's y Standard&Poor's, ambas son americanas. Además, hay otras muchas pero de menor tamaño y/o reconocimiento. El papel de las agencias es certificar la calidad crediticia (el riesgo de crédito) de una emisión de un producto financiero, es decir, ponerle nota para que cualquier posible inversor en ese producto sepa cuan seguro se supone que es. Como nadie sabe el futuro y la economía no es una ciencia exacta, el rating viene a ser como la opinión de un experto, pero sólo eso, una opinión.
Las agencias de rating tienen dos problemas o potenciales conflictos de interés:
  1. Las compañías que emiten un producto, por ejemplo un bono, les contratan para que le otorguen un rating (una nota oficialmente reconocida) a ese producto. Si la nota es alta, significa que el producto es más seguro, y por tanto, lo inversores le exigirán un rendimiento menor para invertir frente a otro producto con más riesgo. El conflicto está en que, al igual que ocurre en las auditorías contables, la compañía que paga a la agencia de rating tiene un interés claro en que ésta califique muy bien a su producto, por lo que la independencia de la agencia para calificar sin ceder al interés del que paga no es tarea fácil. ¿Pagarías tú a alguien por decir que eres muy feo, malo y tonto, o le harías cantar tus virtudes a los cuatro vientos?
  2. Los gobiernos apoyan el negocio de las agencias a través de la legislación, obligando a contar con calificación crediticia para determinadas operaciones. Por ejemplo, el BCE exige un rating mínimo para aceptar determinados bonos como colateral (garantía) de sus préstamos. Los gobiernos critican (¿presionan?) a las agencias cuando éstas les bajan el rating porque entonces les resulta más caro financiarse.
Estos días, resurge entre los políticos europeos el clamor por crear una agencia de rating europea. El motivo es sencillo: a los políticos europeos no les gusta que las agencias de rating no pasen por alto la posible insolvencia griega. El hecho de que tanto Moody's como S&P hayan dicho que la propuesta de reestructuración de la deuda griega podría catalogarse como un "credit event" es algo que dificulta el rescate, pues esa deuda y/o el emisor (Grecia) verían rebajado su rating, con las consecuencias que ello conlleva. Por eso quieren una agencia propia, para poderla manipular a conveniencia. Al fin y al cabo, quién duda de la influencia política americana para que sus agencias sigan otorgándole la máxima calificación crediticia. Otra prueba más de lo poco que les gusta a los gobernantes democráticos la separación de poderes y la libertad del mercado frente al intervencionismo estatal "por el bien común".

Probablemente, pretender que las agencias hagan su trabajo cuando éste deja en evidencia a cualquiera de las dos manos que les da de comer, gobiernos y empresas (especialmente financieras) es casi utópico. Sin embargo, creo que las agencias deben resistir las presiones de los gobiernos si quieren sobrevivir pues claudicar ante éstos conlleva, en ocasiones, ir contra el sentido común y la coherencia de criterio, lo que genera importantes riesgos legales por demandas, como las que afrontan hoy por sus calificaciones excesivamente bondadosas de los paquetes de hipotecas que colocó la banca.

lunes, 4 de julio de 2011

RESCATE GRIEGO VS BANCARIO

Actualmente, la moda es debatir si en el rescate griego es a Grecia o a la banca a quien se rescata. Esa cuestión es importante pero algo trasnochada desde el punto de vista práctico debido a la falta de información del público en general. Me explico:
  1. Para darse cuenta de que están salvando a la banca europea no hace falta más que leer las palabras del Comisario Europeo para asuntos Económicos y Financieros, Olli Rehn, a primeros de junio en Nueva York. Este dijo que la fragilidad del sector bancario europeo hacía que la reestructuración griega no fuera una opción. También comentó que la incapacidad del regulador europeo para forzar una recapitalización de la banca para poder absorber una quiebra soberana dificultaba la salida de la crisis. Es decir, evidentemente que se salva a la banca.
  2. Sin embargo, el debate llega tarde pues a la banca la salvaron hace ya un año. Desde entonces, el sector financiero ha ido deshaciendo o reduciendo sus posiciones.
  3. Casualmente, el que ha ido aumentando su exposición durante los últimos trimestres a deuda griega es el BCE. Cuando Grecia caiga, perdón, si cae, todos seremos europeos de verdad, para asumir las pérdidas.
  4. ¿Sabes a quién salvan realmente con el actual rescate a Grecia? Salvan la carrera política de los gobernantes europeos. Merkel, Sarkozy, y cía. no pueden aparecer ante sus conciudadanos (ni ante la historia) para decirles que tienen que asumir grandes pérdidas porque ellos han dado dinero a alguien claramente insolvente. ¿Solución? Kick the can down the road, o sea, "tira pa lante" y que el problema se lo encuentre otro, más adelante. Veremos si aguanta tanto tiempo el castillo de naipes.
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