miércoles, 20 de noviembre de 2013

GLOBALIDADES VARIAS

SOBRE RESULTADOS EMPRESARIALES (Y LO QUE DAN DE SI) 
Como es habitual, desde principios de octubre hasta mediados de noviembre se presentan la mayoría de resultados empresariales correspondientes al tercer trimestre. Como es también costumbre, la manada mediática te cuenta lo bien que va todo (la mayoría, por ignorancia). Por ejemplo, te cuentan que casi el 70% de las empresas han publicado sus resultados y han superado sus estimaciones. Lo que la mayoría de ellos no sabe es que ese porcentaje es lo normal, ya que cuando una compañía no va a llegar a sus estimaciones hechas públicas suele hacer lo siguiente: lo comunica unas dos semanas antes de presentar los resultados y da sus nuevas estimaciones inferiores. Después, cuando llega el día de presentación de los resultados, bate su última estimación de beneficio (la de hace dos semanas) por algo como 1 centavo y así consta en los libros de historia y para la eternidad que ha batido sus propias estimaciones. Absurdo pero real y cotidiano.

Para mí hay otras medidas complementarias para ver si realmente las empresas se han llevado sorpresas positivas o negativas en sus perspectivas. Una alternativa consiste en medir el número de empresas que han preanunciado (comunicado antes de la fecha oficial) si van a batir o si no llegan a sus estimaciones. El ratio de empresas que han preanunciado negativamente sobre las que lo han hecho positivamente ha sido en este trimestre de 9 a 1. En realidad, lo habitual es que hable el que no cumple, más que el que cumple con un exceso pequeño, por ello, lo importante no es si ese ratio te parece alto o bajo sino compararlo históricamente. La mala noticia es que en el tercer trimestre de 2013 hemos asistido a ¡la peor evolución en ese ratio nunca vista! ¿La buena? Que el segundo trimestre de 2013 fue el peor desde 2001 y, como viene siendo habitual, a los mercados les pareció algo digno de celebración.

 

Mediáticamente quizás te explicarán que las ventas empresariales, frente al período del año anterior, crecieron un 1% en la primera mitad de 2013 y un 5% en el tercer trimestre. Esto suena bastante bien. Lo que no te puntualizarán, porque la mayoría no lo sabe, es que apenas 20 compañías aportaron el 50% del crecimiento conjunto de las ventas, y 18 de esas 20 han realizado adquisiciones empresariales en estos meses. Efectivamente, la realidad es como uno se la cree... o al menos ese es el pilar ideológico de Bernanke y en eso basa su política monetaria.

En un artículo de mitad de noviembre del WallStreetJournal se comentaba que, según un estudio de Earnings Whispers, detectaron 1468 casos, desde 2005, en que una empresa elevó sus proyecciones para después bajarlas en menos de 120 días. Todo ello con una peculiaridad, que en ese período los ejecutivos de la compañía vendieron acciones. Resulta difícil probar la existencia de mala fe pero oler no es que huela muy bien.

 
SOBRE EL MODERADO CRECIMIENTO ECONÓMICO
Hace algunos días incluí en el artículo Las Burbujas Están De Moda un gráfico donde se veía cómo había explotado verticalmente la masa monetaria (cantidad de dinero en circulación) con las medidas de estímulo aplicadas por los BCs durante la crisis. Hoy complemento aquella barbaridad visual con otra: esos nuevos billetes no han llegado al grueso de la economía (aunque sí los disfruten la banca y los gobiernos).


En la teoría cuantitativa clásica, una forma de relacionar la actividad económica con el dinero es mediante la fórmula:
                                                           m x v = p x q 

Donde, m es la cantidad de dinero en circulación, v es la velocidad a la que circula en el sistema financiero, p es el precio de las cosas, y q la cantidad de bienes producidos (PIB real).

Apenas hay recuperación, crecimiento económico, porque no importa que metas mucho dinero (aumento de la masa monetaria) si hay múltiples causas (algunas las creas tú al generar situaciones extremas e insostenibles) que hacen que el dinero no fluya.
Esas causas son de diferentes naturalezas. Hoy te nombro algunas:
  • Las subidas de impuestos restan poder adquisitivo a los dos grandes creadores de riqueza: empresas y consumidores. Ello para que esos recursos los asigne centralizadamente un gobierno según su criterio, no el de la mayoría (el mercado). 
  • La crisis desincentiva a la banca a prestar por riesgo a tener más pérdidas. 
  • Exigir a la banca más reservas de capital (para mejorar su solvencia) les incentiva a no prestar más y a dejar vencer lo prestado para recuperar ese capital invertido. En mi opinión, esta medida es buena conceptualmente pero inapropiada durante la crisis. 
  • Las manipulaciones y medidas extremas de los BCs sobre los mercados de capitales desincentivan a invertir, a contratar, etc porque conllevan dudas lógicas sobre la sostenibilidad de dicha recuperación económica. Hacer cálculos en base a tipos de interés insosteniblemente bajos (a nivel de burbuja), no ayuda a invertir o consumir más, algo que sí lo hacía una bajada de tipos de interés desde un nivel razonable hasta otro también razonable. Jugar a actuar como si el dinero fuera gratis e infinito (de facto sólo accesible para algunos) no genera confianza ni en la economía (artificialmente sostenida) ni en el entorno legal (que beneficia a algunos a dedo). 
  • Mientras los gobiernos no apliquen (ya no basta con prometer) verdaderas medidas para asegurar su futuro financiero, para equilibrar gastos e ingresos, TODOS LOS AGENTES ECONÓMICOS saben que dichos gobiernos les van a ir quitando más y más para poder mantener esa estructura permanentemente deficitaria, lo que desincentiva a invertir y consumir porque quita confianza en el futuro.
A veces, alguien me pregunta qué hubiera hecho yo: aumentar la masa monetaria de forma mucho menor pero más eficiente y justamente. ¿Cómo? Si financias al gobierno temporalmente desde el BC haciendo billetes, que no sea para sus fines habituales y pasando por el intermediario habitual que se lucra en el proceso (la banca). Entre otras medidas (reformas de los gobiernos, del sistema financiero, etc) hubiera prestado directamente al gobierno un dinero con un fin exclusivo: subir el mínimo personal en IRPF y bajar las cotizaciones sociales de las empresas, principalmente las más pequeñas (por ejemplo bajando dos tercios el coste empresa de los diez primeros empleados). Estas medidas extraordinarias y no convencionales no hubieran ido a salvar ni al mal gobernante, ni al mal banquero, ni a ningún lobbie en apuros. Hubiera sido masa monetaria inyectada en vena en la parte más productiva del sistema. Te aseguro que si le bajas el agua del cuello al pecho a las PYMEs y consumidores en apuros, diversas variables económicas (morosidad, consumo, confianza, etc) hubieran respondido mucho mejor en mucho menos tiempo. Pero claro, ¿cuántos representantes de esas PYMEs y esos ciudadanos van periódicamente a los despachos de los dirigentes de los BCs?


¿QUÉ PROFUNDO ANÁLISIS HAY DETRÁS DE LAS INVERSIONES EN LOS MERCADOS?
Un poco de humor profesional... 



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