Pocas dudas existen hoy de que China es la potencia emergente del siglo XXI. De momento, y mientras no sufra una revolución interna que la divida, es un potencia demográfica, económica y, como no podía ser de otra forma, también militar.
El hecho de ser uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (lo que le da derecho de veto) es un privilegio. Tener arsenal nuclear, desde el punto de vista de obtener respeto internacional, es otro privilegio.
En los últimos meses, hemos asistido al renacer de viejas rencillas regionales en todo el planeta, de disputas entre vecinos con precedente histórico. Como viene siendo habitual en muchos de estos casos, las disputas territoriales
son motivo de crisis internacionales. Cuando además se cree que en esa zona hay reservas de crudo, las posibilidades de conflicto crecen exponencialmente.
En Asia, China participa simultáneamente en varias de esas disputas. Tras los roces diplomáticos vividos entre China y Japón en los últimos meses, donde efectivos militares han flirteado con el riesgo de iniciar una escalada militar, ahora China ha ideado una nueva estrategia para reclamar la soberanía de las islas Spratly, un archipiélago de más de 100 islas situado en el mar del Sur de China y cuya soberanía ha sido reclamada también por Taiwan, Filipinas, Vietnam, Brunei y Malasia.
En la disputa territorial, China ha dado muestras de gran ingenio al inventarse un nuevo recurso negociador: ha creado una isla. Como suena. Tiene sentido. Si creo una isla en la zona y meto ahí algún contingente (militar o civil), acabo de alterar mi costa y mis millas de soberanía. Desconozco si el derecho internacional contempla esta posibilidad pero, si no es así, más vale que se actualice, porque a este paso las potencias mundiales pueden acabar haciendo de Lex Luthor en Superman Returns. En cualquier caso, con base legal o sin ella, supone una toma de posesión bajo la útil estrategia de los hechos consumados.
Hoy te adjunto la foto del logro chino. No tiene el diseño ni el glamour de las islas artificiales de Dubai pero tampoco creo que sea ese el objetivo.
