miércoles, 14 de mayo de 2014

EL KEYNESIANISMO POLÍTICO VS LA FALACIA DE LA VENTANA ROTA

La teoría económica keynesiana y, especialmente, su implicación monetaria es hoy muy popular entre la clase política y los BCs de Occidente (aunque sea justo lo contrario de lo que llevan exigiendo y "enseñando" a los BCs emergentes desde hace décadas). Cualquier cosa que implique poder gastar más, o lo mismo cuando tocaría, por sentido común, ajustarse, es bienvenida. El keynesianismo mal entendido lleva a pensar que crear nuevos billetes (crear más dinero desde los Bancos Centrales) equivale a crear riqueza. En realidad, esos billetes son principal y simplemente una vehículo necesario en las economías modernas, que son hoy más eficientes, ágiles y flexibles y, además, globales.

Crear una buena autopista (vía de comunicación) entre dos ciudades importantes puede ser bueno para favorecer la actividad económica entre ambas. Inundar la zona comprendida entre esas dos ciudades de kilómetros y kilómetros de carreteras con múltiples carriles es otra cosa: despilfarro ineficiente. El dinero es en las economías modernas los que las venas y arterias para un cuerpo, un vehículo de conexión/intercambio necesario para el buen funcionamiento del conjunto del cuerpo económico. Si a un órgano no le llega el flujo sanguíneo necesario por problemas en esas arterias/venas, es decir, por falta de dinero en el sistema o porque el sistema tradicional de transmisión monetaria está roto, debes arreglarlo y, en el mundo monetario, suele requerir inyecciones adicionales de liquidez por los BCs (éste sería el típico caso de cuando empieza una crisis y se toman medidas de liquidez de emergencia para parar el shock que supone para la economía). Sin embargo, pasada la primera fase de la crisis, la cuestión es otra: si tienes órganos que no realizan bien su función natural por estar dañados (tras años de mala alimentación y excesos propios de los años de bonanza económica), no basta con asegurar el riego sanguíneo, paralelamente debes arreglar/sustituir/curar esos órganos (los excesos acumulados en empresas, consumidores, estructura y gasto público), aunque no apetezca. Sólo así saneas un cuerpo o una economía.

En mi opinión, Keynes dijo cosas razonables y otras no tanto, como todos los mortales. Me parecería razonable la idea de que, cuando llega una crisis tras años de bonanza, el gobierno apoye al sector privado en su ajuste (personalmente prefiero una eficiente medida como la bajada de determinados impuestos que un mayor gasto público a dedo). Luego, cuando éste se haya recuperado, el sector público podrá ajustarse mientras el otro tira del carro económico. Bonita teoría y utopía. En la práctica, eso no ocurre porque los años de bonanza no son utilizados para acumular riqueza que luego pueda utilizarse para atenuar la próxima crisis coyuntural sino que sirven para aumentar el ritmo de gasto con fines electoralistas y particulares (del partido). Entonces, cuando llega la crisis, papá Estado no tiene un duro para ayudar temporalmente a sus hijos, y a algunos "sabios" se les ocurre que un problema de exceso de deuda se soluciona con mucha más deuda edulcorada con unos tipos manipulados a la baja (para pagar menos de lo que razonablemente tocaría) y nuevas promesas de disciplina presupuestaria futura que sustituyen a las anteriores, ya podridas de tanto esperar en el florero.

Entre las ideas que no comparto de Keynes está la de que crear dinero es simplemente crear riqueza. Él sugirió eso al poner un ejemplo: explicó que el Estado podría mejorar la actividad económica cogiendo a los parados y pagándoles por hacer hoyos en el suelo que luego taparían. Yo prefiero explicar ese sinsentido con otro ejemplo: que el Estado contrate hoy a todos los parados y les pague por contar estrellas en el cielo, sin crear ninguna riqueza. Eso sólo distribuiría la riqueza ya existente de una forma absurda e injusta, porque incentivaría el enriquecimiento sin la eficiencia (cobrar por no hacer nada útil). Eso acaba en ruina social, pues las arcas del Estado viven de los impuestos, éstos se generan con la actividad económica, y ésta existe porque crea riqueza para la sociedad (mejora la vida de sus individuos según el libre criterio de éstos, que le dan parte de sus recursos disponibles como contrapartida).

Los que piensan que por crear billetes el BC ya se crea riqueza suelen caer en otro error adicional: pensar que eso es necesariamente bueno para el conjunto de la economía. Para quien es básicamente bueno es para los privilegiados que reciben ese dinero, es decir, la banca. Ese acto no crea riqueza en sí mismo sino que es redistribución de dinero público a unos pocos. Luego, si quieres, discute cómo esos privilegiados ahora más ricos crearán riqueza con ese dinero... o no. Entre tanta fe en teorías que caen por su propio peso me llama la atención el irrealismo de dar por hecho la perfección absoluta en cada premisa: que la banca prestará sí o sí a quien lo necesita, que el rico creará mucho más empleo y consumo por ser un poco más rico, que el conjunto de la sociedad aceptará de buen grado esos privilegios arbitrarios para los más pudientes, que la realidad no importa siempre que puedas maquillarla temporalmente, etc.

broken-window-fallacy¿Por qué no se pueden implementar otras muchas formas de redistribución de riqueza más eficientes para crear nueva y más justas socialmente? ¿Nadie ha pensado que esos recursos públicos pueden utilizarse pero de otro modo? Que se preserve el status quo de las clases dominantes, lo entiendo, lamentablemente es la historia de la humanidad. Que muchos se agarren intelectualmente a clavos ardiendo para justificarlo, me cuesta más de aceptar. Hoy te adjunto un diagrama de imágenes que explica muy bien lo absurda que es la asignación de recursos públicos que hoy realizan las autoridades. Entre otras muchas cosas, mantienen estructuras públicas que Occidente no puede permitirse, sufragan medios de comunicación cercanos a su ideología o televisiones públicas que pueden dominar bajo la excusa de que sólo bajo su influencia habrá verdadera libertad de prensa, una gran mentira. También meten dinero público en empresas privadas con problemas, cual caballero blanco aparentando salvar el empleo existente pero sin pensar ni reconocer que esa arbitrariedad no es la función económica propia de un gobierno de todos, que dedicar ese dinero a bajar impuestos también crearía riqueza (en inversión y consumo), que si esa inversión es tan viable puede meter dinero esa banca que nada en la abundante liquidez del BC, que es una injusticia comparativa para sus competidores (y sus empleados). Es puro feudalismo moderno disfrazado con una falsa solidaridad. La asignación ineficiente y/o fraudulenta de recursos públicos es otra práctica habitual adicional.

"La falacia de la ventana rota" es economía fácilmente digerible y ayuda a entender la carencia y la demagogia en políticas aplicadas hoy en día y en medidas utilizadas popularmente (como PIB) para justificar el éxito de esas políticas. No me parece razonable presumir ante la sociedad de que creas riqueza con tus decisiones arbitrarias (el funcionamiento actual de la Unión Europea sería un buen ejemplo) sin compararlo con la cantidad y calidad que, alternativamente,  pueden crear otros (como la economía de mercado) y sin tener en cuenta la riqueza que simultáneamente tú destruyes (efectos colaterales de ese intervencionismo).
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