sábado, 4 de abril de 2015

TESTIMONIOS

Hace veinte años no era fácil obtener información actualizada del mundo empresarial si querías analizar empresas internacionales, por ejemplo del otro lado del Atlántico. Básicamente, debías pedirles que te enviaran anualmente por correo sus últimas cuentas anuales, que te llegaban mucho tiempo después de ser publicadas. Hoy, gracias a la tecnología se accede en tiempo real, online, a lo que ocurre en cualquier punto del planeta. Podríamos decir que antes el problema era obtener información relevante a tiempo mientras que hoy el handicap es filtrar las cantidad inagotable de información que nos inunda a diario.

En los medios de comunicación más tradicionales, más allá de la redes sociales, el filtro a la información lo pone el que la publica. Dada la necesidad de filtrar qué es relevante y qué no a la hora de informar, la atención mediática se centra principalmente en las autoridades, a quienes se les presupone estar mejor informadas y tener mejor criterio que el resto de los mortales. No es que no sea parcialmente cierto pero lo que se obvia con ese planteamiento son los intereses que esas autoridades acostumbran a tener a la hora de informar. Por eso, me gusta contrastar las versiones oficiales del Estado Mayor hacia su población con las opiniones de los que están en la trinchera y no tienen motivos para maquillar la foto.

Hoy te expongo diversas opiniones sobre las decisiones monetarias que en la actualidad condicionan nuestro presente y, especialmente, nuestro futuro.

Guy Haselmann, de Scotiabank: "Central bank polices have ruptured the proper functioning of capital markets. Some investors myopically believe that 'money printing needs a home' and that it will end up in equities (the asset class with upside). However, such a belief needs to include a deep faith in the central bank’s abilities to navigate a soft landing. History is not on their side. Investors pouring into equities might be playing an epic game of chicken."

Jim Reid, de Deutsche Bank: "If it was a free market and central banks were not allowed to intervene anymore then we would be very bearish as the global financial system is still extremely fragile and not sustainable".

Charles Plosser, Presidente de la Fed de Philadelphia hasta el 1 de marzo de 2015"It may work out just fine, but there’s a risk to that strategy... we’re in some sense distorting what might be the normal market outcomes at some point, we’re going to have to stop doing it. At some point the pressure is going to be too great. The market forces are going to overwhelm us. We’re not going to be able to hold the line anymore. And then you get that rapid snapback in premiums as the market realizes that central banks can’t do this forever. And that’s going to cause volatility and disruption." 

 

Kevin Wash, Expresidente de la Fed: "The markets think they have Yellen's number, that she will never allow markets to go down"... "Investors think good times can last forever". Y sobre los tipos de interés tan bajos: "we tried negative real rates in the mid 70s and the early 2000s and both ended badly."



http://www.zerohedge.com/sites/default/files/images/user3303/imageroot/2015/03-overflow/20150324_Hinde1.jpgWilliam White, Jefe del Comité de Revisión Económica de la OCDE y antiguo Asesor Económico del Banco Internacional de Pagos: "I fear that central bankers may have been inadvertently drawn into what they are currently doing... [QE] won't work and may have many undesired side effects that will build up over time. Many of the central bankers at Davos this year said explicitly that they were only buying time for governments to act but, seven years into the crisis, it already seems we have been waiting forever... the effectiveness of monetary policy in terms of stimulating aggregate demand goes down with time, because you're constantly bringing spending forward from the future...  Logically, at this point, central bankers should say, "We are doing more harm than good. This policy must be reversed." But I don't see anybody actually doing it."

Termino con una reflexión: los datos marcoeconómicos mundiales son absolutamente mediocres (Goldman Sachs los describe con peores palabras), a pesar del discurso oficial mediático, desde hace más de un lustro, de la gran recuperación que nos espera a la vuelta de la esquina. En EEUU, no había una recopilación económica tan mala desde la caída de Lehman Brothers. Uno de los pocos datos que todavía aportaba esperanza... hasta ayer era la creación mensual de nuevas nóminas. El dato de marzo ha hecho volver a la realidad hasta a los más hooligans de este placebo especulativo llamado política monetaria. Como viene ocurriendo desde 2009, el lado positivo de que la economía no funcione es para los especuladores: ya se habla de que la Fed no subirá tipos de momento, sugiriendo que las autoridades monetarias seguirán inflando y justificando esta burbuja monetaria prometiendo el paraíso a la plebe.

lunes, 30 de marzo de 2015

KRUGMAN Y SU DISTORSIONADO KEYNESIANISMO

En varias ocasiones te he comentado que Keynes se volvería a la tumba si hoy levantara la cabeza y viera cómo algunos famosos economistas están manipulando la aplicación de sus teorías económicas. Y es que las teorías económicas, como la mayoría de las cosas, tienen su lugar y su momento apropiado, fuera del cual pierden buena parte de su sentido, de su aplicación. Por ejemplo, cuando Keynes proponía que el Estado gastara más en tiempos de crisis para suplir temporalmente la caída de actividad del sector privado lo hacía desde un punto de partida de su época: los Estados no estaban hiper endeudados como ocurre hoy, tras varias décadas gastándose el dinero que no tenían y, consecuentemente, acumulando una deuda gigantesca.

Si partimos del absurdo actual de que un banco central puede crear tanto dinero nuevo como quiera sin apenas consecuencias, entonces estoy de acuerdo con Paul Krugman y otros hooligans del dinero fácil en que los déficits no importan, ni la deuda emitida para poder financiarlos. De hecho, se podría (mal) gastar infinito dinero sin que importara, dado que se crearía infinito dinero para pagar la infinita deuda que originaría ese infinito exceso de gasto sobre ingresos (déficit).

Esta teoría es absurda porque equivale a decir que no importa si las cosas cuestan 3 ó 3000. ¿Por qué sí importa la cantidad de dinero en circulación? Porque, dado que la escasez de un bien lo hace más valioso y su exceso lo deprecia, la cantidad de dinero, importa. La inflación refleja la pérdida de poder adquisitivo real de dichos excesos (la inflación de activos, su aumento de precio, también cuenta). Aunque no guste, hay más efectos colaterales a la creación de dinero, por ejemplo, la pérdida de poder adquisitivo a nivel exterior vía depreciación de esa moneda frente a otras (proporcionalmente más escasas ahora en cantidad). Otro ejemplo de lo dañino de una política monetaria orientada a maquillar la sensación de riqueza a base de crear más dinero son las burbujas que inevitablemente se generarán por la concentración de entradas dinero en un determinado activo, y el aumento de la desigualdad social que sufrirá la sociedad (¿por qué creías que ese dinero iba a repartirse equitativamente en la economía y en la sociedad?). 

Te adjunto unas fotos de Krugman que cuestionan su ideología económica.


Yo, a Krugman le haría una reflexión: Es evidente que para el sector privado no es igual 3 que 3000, ni al hablar de deuda, ni de ingresos, ni del coste de fabricar las cosas ni del de comprarlas. Entonces, ¿cómo puede serlo para el sector público, o es que viven en planetas económicos diferentes? ¿Acaso los excesos monetarios de uno (el público) no incidirá sobre el otro (el privado)? ¿Para qué sirve que la sociedad se esfuerce en investigar, inventar, organizar, mejorar, producir cosas o desempeñar servicios si basta con crear más billetes y dárselos a la gente para que vivan igual... pero sin el esfuerzo que todo ello conlleva?

El Banco Internacional de Pagos (BIS), de Basilea, ha criticado en diversas ocasiones la anarquía monetaria implementada desde los bancos centrales con la excusa de la crisis. En su último informe trimestral, cuestiona además ese tabú de que lo bueno es inexorablemente la inflación y lo malo la deflación. En esa línea, el BIS sugiere que la solución contra una burbuja que explota no es inflar otra, y que un problema de exceso de deuda no se soluciona simplemente con más deuda. Los del BIS no saben que con tanto sentido común no se consiguen Premios Nobel.
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