El otro día, mientras conducía, escuché en la radio algunos
datos sobre la cantidad de personas que mueren diariamente en el Norte de África
por desnutrición. La actual sequía que sufren muchos países ha mermado las
cosechas. Por si fuera poco para los que no tienen casi nada, al haber menores
cosechas, el precio de los alimentos sube porque hay menos oferta para satisfacer la
demanda global.
Como te comenté en SEQUÍA EN EEUU: ¿SERÁ EL TALÓN DE AQUILES DE LA BOLSA?, ese mismo clima anormalmente
caluroso que ha favorecido la actividad inmobiliaria en EEUU en los últimos
meses (cuando hace mejor tiempo, se venden más casas y también se ven menos películas
de vídeo), ha producido una sequía que ha dañado las cosechas. En consecuencia, la producción
global de alimentos es menor y éstos se encarecen en los mercados financieros
globales. Para la población de los países desarrollados es un problema porque
es más inflación. Es un encarecimiento de los bienes básicos en plena crisis. Aunque
los chinos maquillen más sus datos del IPC (Índice de Precios al Consumo) volviendo
a reducir arbitrariamente el peso de los alimentos en su cálculo (así el total
sube menos), o aunque Bernanke diga que la inflación es baja, la realidad es
que la fuerte subida afecta a los consumidores globales. Si para el occidental es
un problema, para el subdesarrollado y su supervivencia es un drama.
Mientras escuchaba en la radio algunos detalles de la difícil
situación que atraviesan muchos seres humanos en referencia al encarecimiento
del precio de los alimentos, pensé: ¿qué podemos hacer los demás para paliar parcialmente
esa penuria? Se me ocurrió alguna medida como donar dinero una ONG. Además,
me pregunté: ¿Qué podríamos haber hecho para evitar ese problema? Y, ¿sabes en quién pensé? En Bernanke.
Obviamente, yo no le culpo a él de la sequía pero, metafóricamente,
llueve sobre mojado. Hace meses, cuando la Fed lanzó el programa Quantitative Easing 2 te
hablé de algunos riesgos que yo identificaba y, entre los efectos colaterales
estaba el encarecimiento de las materias primas, entre otras, las agrícolas. Hoy te
muestro actualizado el gráfico de un índice de la FAO (Food and Agricultural
Organization, de la ONU)
que se calcula en base al precio de 55 materias primas agrícolas cotizados en mercado
internacionales. Como ves en el gráfico, primero cayeron los precios en 2008 por la crisis. Luego rebotaron en 2009 con el inicio de la recuperación. A mitad de 2010, cuando el amigo Bernanke
manipuló los mercados financieros con el QE2 buscando espolear el precio de los
activos cotizados, el índice se fue a las nubes. Como ves, el índice le debe mucho a Bernanke y sus políticas (y los más ricos del planeta
también). A los países más pobres les generó más inestabilidad social. En mi
opinión, sus medidas hicieron explotar el orden social en sistemas socioeconómicos
débiles como algunas dictaduras de MENA (Oriente Medio y Norte de África). Exagerando,
diría que Bernanke ha sido el padre de la primavera árabe. Hoy, la subida en
los precios generada por la sequía se suma a la provocada por la Fed.
China se encuentra hoy en una situación delicada: en plena contienda comercial con EEUU, Europa y Japón. Además, acusa un fuerte freno
económico. También, se disputa calurosamente algunas islas con varios de sus vecinos.
Y por si fuera poco, las importantes subidas de precios de los alimentos generadas
por la sequía, por ejemplo en el haba de soja, amenazan con provocar desórdenes
sociales. Hasta ahora, se suponía que si la relación de China con EEUU se tensaba, China podía amenazar con no seguir comprando la deuda soberana (Treasuries) que emite su cliente (EEUU) para poder pagarle. Ahora, queda claro que otro QE americano orientado a manipular al alza las materias primas sería un fuerte golpe para la estabilidad interna en China.
Cuando veo, a nivel global, la incidencia social que tienen
los precios de las materias primas agrícolas cotizadas, me pregunto: ¿será
Bernanke, con su máquina de hacer billetes, el arma definitiva? Si pudiera, le
enviaría a Bernanke la cínica foto que me envió un amigo hace algún tiempo. Quizás
se le revolvería el estómago como a mí.