sábado, 7 de enero de 2012

LOS CIMIENTOS DEL IMPERIO

En la actual coyuntura económica global, EEUU está siendo uno de los motores que todavía funcionan, aunque sea a medio gas. Los países emergentes frenan su crecimiento. De ellos destaco la incertidumbre en torno a la burbuja China. Europa sigue deshojando la margarita del "to be or not to be". Japón ha acelerado su crecimiento últimamente, algo normal tras un tsunami que provocó daños equivalentes a cerca del 10% de su PIB. Sin embrago, la riqueza destruida tardará años en recuperarse. Además, queda por ver los costes humanos y económicos de la fuga nuclear en la central de Fukushima.

¿Por qué crees que EEUU va a medio gas a pesar de tener los tipos de interés a 0, y la Fed creando más y más billetes para que Obama se los gaste? Por si no fuera suficiente, las políticas de la Fed también tenían un objetivo claro que era depreciar el dólar, lo que ayudaría a exportar más y a crear inflación. A cualquier economista extraterrestre que nos visitara hoy le costaría entender que la primera potencia mundial lo siga siendo tras depreciar su divisa casi un tercio en la última década. Tampoco entendería que la cuna del capitalismo intente sobrevivir a base intervencionismo, y de aplicar medidas propias de las repúblicas bananeras, con el dictador gastando sin freno, y su banco central creando billetes como si jugaran al Monopoly. 

Yo creo que la fuerza de EEUU viene de tener una clase media que ha ido aumentando su nivel de vida en las últimas décadas. Sin embargo, con la globalización, la clase media ha sufrido la deslocalización, el traslado de las fábricas a otros países con costes más baratos. Los beneficios de este ahorro de costes y de poder exportar más gracias a dólar han beneficiado principalmente a las multinacionales (a sus ejecutivos y accionistas), y en menor medida a los ciudadanos americanos.

A continuación, te detallo algunas estadísticas sobre la clase media americana que te ayudarán a entender por qué sus políticas no son suficiente para evitar el ajuste natural que vive todo Occidente, especialmente cuando éstas benefician más a las clases dominantes.

  1. Desde 2000, EEUU a perdido casi un 10% de los puesto de trabajo de clase media, que han pasado de 72 millones a 65 millones.
  2. Según TheNewYorkTimes, cerca de 100 millones de americanos viven en la pobreza o casi (aunque habría que detallar qué entienden por pobreza, pues suele ser un nivel de vida muy superior a lo que la mayoría piensa).
  3. En 1984, según la mediana estadística, la riqueza neta de los mayores de 65 años era 10 veces la de los menores de 35. Hoy supone 47 veces la de los jóvenes.
  4. Desde 2000, los ingresos ajustados por la inflación (restándoles el coste de la vida) de los hogares dirigidos por gente de entre 25 y 34 años ha caído un 12%.
  5. El valor inmobiliario americano ha pasado de $22.7T, en 2006, a $16.2T, hoy. Esa pérdida de valor ha dañado en gran medida a la clase media.
  6. Desde 1971, el endeudamiento del consumidor americano ha multiplicado por 17.
  7. Uno de cada siete americanos utiliza cupones de alimentos. ¡Y uno de cada cuatro niños!
  8. Desde que Obama gobierna, el número de americanos que solicitan cupones de alimentos ha crecido en 14 millones, hasta 45 millones.
  9. En 2010, el 42% de las madres solteras utilizaron cupones de alimentos.
Termino la descripción de esta realidad social comentando que el 1% más rico tiene más riqueza que el 90% menos pudiente, y el 50% más pobre posee sólo el 2,5% de la riqueza nacional. Con una crisis global que requiere grandes ajustes a la baja en el nivel de vida de Occidente, no resulta fácil encontrar políticas que combinen el inevitable ajuste con la estabilidad social.

martes, 3 de enero de 2012

LAS SEMILLAS DE LA REVOLUCIÓN

Se dice, que en los momentos difíciles es cuando se conoce verdaderamente a las personas. Algunas circunstancias de dificultad extrema, como las guerras, muestran lo peor del ser humano, y en ocasiones, también lo mejor.




La crisis actual, larga y profunda, hace que las personas e instituciones activen el modo “supervivencia”. Durante varias décadas, Occidente ha mejorado su nivel de vida a gran velocidad gracias a un crecimiento exacerbado del crédito. Ideas como la globalización o que el mundo de hoy gira más deprisa que antaño tiene mucho que ver con el crecimiento económico, y con el desarrollo tecnológico que éste ha generado. Tras ese largo exceso en el crédito y el crecimiento, ahora toca un superajuste, y es cuando suena el "sálvese quien pueda" ¿Y quién puede? Pues los que están en un status privilegiado. Toda la sociedad se ajusta a la baja, pero los que están cerca del poder pierden menos, porque consiguen limitar más favorablemente su ajuste.

Estos días, en España han empezado a anunciarse los ajustes. Suben la gran mayoría de impuestos, y los que no suben, espera y verás. Cuando las estimaciones de déficit no se cumplan en los próximos meses porque los ingresos no lleguen (por la caída de la actividad al caer la renta disponible), ya subirán los impuestos que hoy todavía no han tocado. Creo que la idea de ajustarse va, por fin, en la dirección correcta, pero en los recortes anunciados, echo de menos que alguien se atreva a "reducir YA el superejército de funcionarios", sin recolocaciones ni proyecciones a diez años vista.

Mientras suben los impuestos para la gran mayoría de ciudadanos, algunos diarios detallan los indecentes sueldos y/o planes de pensiones de directivos de Cajas de Ahorro, apoyadas con dinero público. Otra indecencia publicada en un país donde nunca pasa nada… de momento.

Los gigantescos ajustes que sufrirá Occidente en los próximos años generarán una gran tensión social entre los más ricos y el resto de la sociedad. Probablemente, el foco de discordia no serán tanto los ricos en sí mismo sino el ver a algunas castas sociales beneficiándose del dinero público, ya sea cobrando grandes sueldos o beneficiándose de contratos. Es el ser humano, y su nueva forma de oligarquía disfrazada de democracia. Mientras nuestro sistema electoral no sea de listas abiertas (con sus virtudes y defectos), seguirá rigiendo la disciplina de partidos, y seguiremos en una sociedad de castas, donde los partidos políticos se protegen internamente, y entre su propio gremio. Mientras éstos intentan mantener sus quotas de poder, los grandes lobbies sociales (patronal, sindicatos, fundaciones de orientación política, grandes empresarios, medios de comunicación) revolotean a su alrededor intentando ganar su favor, cual cortesanas a la antigua usanza. Rige el "no nos vamos a hacer daño, entre nosotros, que para exprimir ya tenemos al pueblo".

Esta realidad, al margen de cualquier condena moral, supone una gran fuente de ineficiencia para la economía de mercado. A pesar de lo que algunos proclaman, no ha fallado el capitalismo, como principio económico (aunque llevado al extremo sea malo), sino que en su aplicación se ha impuesto, como suele ocurrir en todas las formas de organización socio-económica, la natural tendencia humana a corromper cualquier sistema beneficiando a unos pocos a costa de muchos. En este entorno de ajustes a la baja en la capacidad productiva, desapalancamiento, reducción del bienestar, y moderación de los precios, el sistema no da para tanto lastre. Ahora, el sistema no puede soportar tanta dosis de amiguismo como cuando crecía a toda máquina. Hoy hay demasiada grasa acumulada que agudiza los problemas propios de cualquier etapa de ajustes en un sistema de naturaleza cíclica, como es la economía.

Nuestros políticos siguen menospreciando lo que ha ocurrido en Oriente Medio y el Norte de África, como si allí todos fueran locos que disfrutan matándose unos a otros. Simplemente, son sociedades con un sistema socioeconómico más débil (dictaduras), por lo que han sido los primeros en caer fruto del gran ajuste global.
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