Desde el inicio de este blog, en 2011, he ido explicando que la forma en que las autoridades políticas y monetarias pretendían solucionar esta crisis, "sin despeinarse", era simplemente irreal. Muchas de las medidas aplicadas para solucionar la situación eran sólo parches para maquillar el momento, en vez de solucionar problemas socioeconómicos de raíz en nuestra sociedad. ¿Por qué se intentó solucionar así la crisis? Porque respondía más a los intereses electorales y de los lobbies del entorno de los gobiernos. Dado que los recursos de las autoridades son limitados, como en el Titánic, eligieron a qué minoría salvar: a los gobernantes y las grandes corporaciones (financieras, especialmente).
El coste de destinar los recursos a dedo a eso grupos conllevó ahogar más todavía a varios grupos generadores de riqueza: la ciudadanía y las pequeñas empresas. Estos grupos debían lidiar, además de con la crisis, con una banca cuya solvencia precaria "permitida" secaba el acceso al crédito y unos gobiernos cuyo deseo de seguir siendo mastodónticos incitaba a subir los impuestos. Con esos ataques permanentes a la renta disponible de pequeñas empresas y consumidores, era previsible que esta recuperación sería, simultáneamente, muy moderada para el conjunto pero muy grande para los grupos privilegiados por las políticas oficiales.
Este hecho puede gustar más o menos. Puede justificarse bajo la (estúpida) idea de que regalar su mejora (desde el poder político) a la banca y a las grandes empresas, y que el mantenimiento de un gran intervencionismo público, acabaría extendiéndose al resto de la sociedad. Lo que yo hoy no acepto es el "no sabíamos que la recuperación sería débil". No lo acepto porque era sabido. Ya se lo anticipaba yo a grupos de inversores a primeros de 2010.
Regalar el dinero de la mayoría menos pudiente a los que deciden y su entorno viene siendo una constante desde 2008. Las decisiones en esa dirección era múltiples: los bancos centrales compraban activos a la banca a precio de amigo, les daban muchos años para ajustar los niveles de capital (lo que implicaba dejar a la sociedad sin crédito), salvaban a multinacionales, el mundo público seguía gastando mucho más de lo que ingresaba (lo que iba acompañado de subidas de impuestos y grandes emisiones de nueva deuda), manipulaban los mercados financieros (distorsionando su funcionamiento y su función socioeconómica), ayudaban a la banca a beneficiarse más "de sus clientes" ("sugiriendo" la colación de precios en los depósitos), etc.
Hoy te adjunto un gráfico muy interesante, que muestra cómo mientras el capital privado se ha apretado el cinturón para asumir sus deudas, el mundo público ha seguido manteniendo déficits como si el dinero viniera del cielo. Recuerda que la deuda pública no es otra cosa que subir impuestos de forma diferida (habrá que devolverla en el futuro) y magnificada (con intereses).
Buena parte de la burbuja inmobiliaria ha sido purgado en aquellos países que más la inflaron. Sin embargo, es humano el no querer aprender de los errores ajenos cuando tienen su origen en disfrutar temporalmente de excesos que finalmente pasan una cara factura. El cuadro siguiente te orienta sobre ello.
¿Por qué he opinado desde el principio que esta recuperación esta viciada en origen y que no durará? Porque la forma de solucionarla aporta algunas mejoras a costa de empeorar mucho más otras cosas. Nuestra tendencia natural al optimismo nos hace creer que, como cada día los bancos están mejor y las familias y empresas se han ido ajustando desde los excesos pasados, el tiempo juega a favor. Eso es uno de los motivos de los mercados para su eterno optimismo y su "no ajuste" a la realidad del momento. El problema no está en que esto anterior no sea cierto. El problema es que la forma en que se ha afrontado la crisis está gradualmente agravando otras variables importantes dentro de la economía. Lo que más me preocupa de la recuperación no es que sea moderada sino insana. A continuación te explico ciertos factores importantes y gigantescos para los cuales el tiempo no juega a favor.
Los estímulos monetarios que tanto he criticado (QE), a parte de impactar tangencialmente a la economía, han distorsionado, manipulando al alza, los mercados financieros y sus principios de funcionamiento. Esto es importante porque éstos ya no funcionan basándose principalmente en el análisis económico sino en el show mediático de las autoridades apoyando periódicamente la especulación en activos financieros. Por ejemplo, todo ese dinero fácil creado (y prestado a dedo) desde los BCs fomentó durante algún tiempo el alza de las materias primas y que el dinero fluyera de forma desbocada y sin control de riesgos hacia los mercados emergentes. Ahora que China frena su crecimiento tras más de una década, y habiendo espoleado su crecimiento en parte artificialmente, se evidencia el exceso cometido y que hizo que muchos pensaran que la fiesta especulativa y de excesos inversores nunca terminaría. Los tipos de interés oficiales antinaturalmente bajos, la creación sin control de más dinero para financiar la especulación financiera y la emisión gigantesca de endeudamiento adicional de los gobiernos son los fundamentos de mi pesimismo. Estos tres factores negativos no tienen un aliado en el paso del tiempo. Cuanto más tiempo pasa, más deuda acumulan los gobiernos y más dinero especulativo entra en los mercados, lo que hace que sea cada vez más difícil normalizar los tipos de interés y liberar a los mercados financieros de esa manipulación alcista.
En la economía real, esos excesos monetarios pasan una factura que crece rápido. Te adjunto un cuadro estimativo de la deuda en China y en otros países, que fueron motores de la recuperación en 2009 y cuyo crecimiento ha sido exacerbado por las actuales peligrosas políticas monetarias globales.
Hace pocos días era una agencia de rating china quien advertía de un riesgo global mayor que en 2008 y del daño generado por la política monetaria estadounidense ultraexpansiva.
Y ahora, ¿qué crees tú que hay que hacer? ¿Asumimos ya los excesos globales y permitimos que la realidad los purgue (en administraciones públicas insosteniblemente grandes, en cotizaciones de bonos y acciones adulteradas al alza, etc) para poder volver a crecer de forma sana o seguimos hipotecando un poco más el futuro? De momento, lo que hay es más de lo mismo: que los BCs inviten a otra ronda de liquidez para que todo el sistema financiero mundial y los gobiernos vayan más borrachos un poco más de tiempo, para prolongar un poquito más la fiesta de unos pocos a costa de la mayoría, para sembrar revoluciones sociales a nivel global. Piensa sobre ello... si te atreves.