viernes, 6 de abril de 2012

¿POLITICOS? NO ES CULPA SUYA, ESTÁ EN SU NATURALEZA

Existe la creencia popular de que los políticos (casi) siempre mienten. Es cierto que muchas veces se demuestra que faltan a la verdad, pero pocas veces tiene efectos reales. Supongo que lo único realmente importante para ellos, una vez que sale a la luz una información que les hace perder votos, es evitar consecuencias legales, que no se pueda demostrar legalmente que han cometido un delito. La moralidad, sencillamente no entra en juego en ningún momento porque no parece que la lleven dentro. En la práctica, el fondo importa poco, pero es que ya hasta las formas importan poco. Esto días hemos visto como los maridos de dos recientemente Ministras del gobierno de España entraban en el consejo de un par de empresas cotizadas. En uno de los casos, el susodicho lo dejó tal como llegaba.

Podemos discutir sobre la valía de esas personas a las que se les ofrece pertenecer al Consejo de Administración de esas empresas, pero yo no opino sobre eso sino sobre algo más evidente: a esas personas se le ofrecen unos puestos tras seis meses de que sus parientas ocupen un puesto importantísimo en la Administración. Las grandes empresas, especialmente las cotizadas (donde su capital suele estar más diluído, por lo que los directivos mandan más, y se ponen mejores sueldos, planes de jubilación, etc), buscan aproximarse al poder descaradamente, sin importar ni las formas. Mientras no sea delito, todo vale.
Ya sé que no son los únicos ejemplos, que es algo generalizado. En Cataluña, sólo hay que ver cómo se han "colocado" los antiguos gestores de la Generalitat, esos grandes dirigentes que hicieron algo mucho peor que malgastar toda la caja, nos endeudaron hasta la saciedad, o mejor dicho, hasta el día del juicio final.

La desfachatez no sabe de idiomas ni de fronteras. Estos días, en que el Tribunal Supremo americano debate la constitucionalidad de la ley Sanitaria de Obama se producen circunstancias ridículas que deberían hacernos pensar sobre qué responsabilidad y coherencia deberíamos exigirles a nuestros dirigentes, aunque sólo sea mediante nuestro próximo voto. Los republicanos se oponen fervientemente a esa ley Sanitaria de Obama. El punto más conflictivo de la ley y que centra el debate es la obligatoriedad individual de los ciudadanos que puedan pagarlo de contratar un seguro médico.

La situación descrita resulta cómica cuando la comparas con su evolución histórica, tal y como hace un reciente artículo británico. La Heritage Foundation, un think-tank conservador según dice el artículo, ya propuso dicha medida en los años 90, y muchos republicanos la apoyaron porque decían que el ciudadano debe ser responsable de su bienestar y no responsabilizar totalmente al sistema. Para más recochineo, Obama, cuando se presentó a la candidatura en 2008, atacó a Hilary Clinton por esa propuesta, a la cual él se oponía. ¡Cuánto cambio ideológico, eh! Donde dije digo, digo Diego.

En la actual campaña republicana para elegir al candidato que le disputará la presidencia a Obama en noviembre, al favorito Mitt Romney, también le han reprochado diversos cambios de opinión. Ahora no le será tan fácil a Obama echárselo en cara.

Aprovecho para recordarte aquella anécdota sobre Bush que te comenté en Resumen mayo2011. En 2006, cuando Bush era presidente, un senador le dijo algo perfectamente aplicable hoy: "The fact that we are here today to debate raising America’s debt limit is a sign of leadership failure. It is a sign that the U.S. Government can’t pay its own bills. It is a sign that we now depend on ongoing financial assistance from foreign countries to finance our Government’s reckless fiscal policies. … Increasing America’s debt weakens us domestically and internationally. Leadership means that ‘the buck stops here. Instead, Washington is shifting the burden of bad choices today onto the backs of our children and grandchildren. America has a debt problem and a failure of leadership. Americans deserve better." Este reproche lo hizo el Senador por Illinois Barak Obama, quien entonces votó en contra de aumentar el límite legal de deuda. Te recuerdo que él negoció con los republicanos hace pocos meses el aumentar el límite de emisión de deuda, y este septiembre deberá volverlo a hacer porque ya volverá a superar el nuevo límite vigente.

martes, 3 de abril de 2012

¿REPRESIÓN FINANCIERA?

El otro día, leía la prensa económica mientras charlaba con un amigo. Como es habitual, el diario te mostraba lo "super lleno" que está el vaso. El optimismo pasional se palpaba hasta en el canto del diario. Análisis, casi cero, sólo alguna tímida referencia a algún analista que te cuenta lo maravilloso que va a ser todo. A menudo, los periodistas de economía no conocen a fondo aquello sobre lo que escriben, por lo que se basan en algunas opiniones de "expertos". Todavía recuerdo cuántos "expertos" decían en 2006, y 2007, y 2008, y 2009, y 2010, y 2011, año tras año, que en ese ejercicio se recuperaría el sector de construcción residencial en EEUU. Yo debía justificar mi escepticismo año tras año, pero ellos, podían "cagarla" año tras año, y con toda impunidad vuelven a salir en los medios con su eterna melodía. También decían a finales de 2007 que era  un "mid-cycle slowdown" (una pequeña pausa en el camino del crecimiento económico). Algo parecido a lo que dicen ahora con el freno europeo y emergente desde el verano pasado. Hoy, se supone que la moderada recuperación americana lo sostendrá todo, a sí misma, y tirará de los demás países, y todo eso supongo que vendrá por obra y gracia del Espíritu Santo.


Algunos escriben que la situación europea ha mejorado, tal y como refleja la rentabilidad de los bonos españoles o italianos. Resulta que hoy, los bonos son un indicador adulterado (al alza en precio y a la baja en rentabilidad) por el dinero artificial que meten los bancos tras las subastas del Banco Central Europeo. No te cuentan que la rentabilidad del bono español ha reculado desde los máximos de hace algunos meses porque las entidades españolas, tras pedir prestado al BCE en las subastas extraordinarias de diciembre y febrero, han doblado su cartera de bonos nacionales. Han pasado de poseer €70.000M a €140.000M. Pero esa "anomalía" de incrementar €20.000M al mes parece un detalle sin importancia al juzgar qué indican y qué no los mercados.

Si quieres ser optimista, hazlo con realidades sostenibles, como las medidas de ajuste del gobierno de España para intentar poner orden en el sistema público de finanzas, aunque no sea popular ni ayude a la recuperación económica en el corto plazo rabioso. Por su parte, la manada, trimestre tras trimestre, intervención tras intervención, y cada vez que hay cualquier ligero repunte de actividad, canta la misma melodía: "ésta es la buena", "éste es el último chute del Banco Central", "Grecia está salvada", "lo peor ya ha pasado", "Portugal no es Grecia", Irlanda no es Grecia", "España e Italia no están intervenidas" (sólo orientadas), "lo de Grecia no es una quita sino un restructuración", "Grecia vuelve a estar salvada", "EEUU ya reconducirá su déficit en el futuro", etc. Los mercados no son tan tontos como aparentan, sólo tremendamente temerarios, cual ludópata, y confían ciegamente en los Reyes Magos, pero no es los de Oriente (Melchor, Gaspar, y Baltasar) sino en los de Occidente (Bernanke, Draghi, y King). Esperan que cada seis o nueve meses, los Reyes inyecten dinero, no a la economía, sino a sus amigos para que éstos especulen para que siga la fiesta financiera y también para que financien el nivel de gasto insostenible de sus jefes, los gobiernos.

Tras tres años con el mismo discurso, algunos hooligans de la bolsa, que han ido de economistas desde el inicio de la crisis para poder justificar la barbarie monetaria actual, ya no se atreven a decir eso de: "no pasa nada, es una medida temporal no convencional" (refiriéndose al Quantitative Easing, a los tipos de interés a 0, a la compra de su propia deuda, a las subastas de cientos de miles de millones de liquidez baratos para la banca). No son tan tontos, ahora sólo sonríen como diciendo: "en el fondo ¿qué más da si es bueno o malo para la economía, si es temporal o no, si puede llegar a ser catastrófico? ¿A caso no apoya el rally que nos enriquece?, pues me vale".

Al terminar de leer el diario, mi amigo me preguntó: ¿hay mucha gente que piensa como tú sobre esos riesgos que comentas? Yo le dije: hay bastante, pero son economistas y gestores que no suelen llenar páginas de diarios, aunque a veces sí son entrevistados. ¿Recuerdas que hace algunas semanas hablé de la opinión de Bill Gross, el mayor gestor mundial de renta fija? Él es quien ha definido recientemente en una entrevista la situación financiera actual como "Represión Financiera", refiriéndose al intervencionismo de los Bancos Centrales sobre los mercados, metiendo dinero para manipular el precio de los activos a su criterio, o lo que es lo mismo, contra el criterio de la economía de mercado. También habló de la transferencia de riqueza que supone desde los ahorradores (deberías incluir ahí a todas las pensiones públicas y privadas futuras) para favorecer a los grandes endeudados, la banca.

Hace pocos días, las críticas a la política monetaria actual han venido del reputado profesor de Stanford John Taylor, autor de la Taylor Rule, una regla monetaria popular que pretende orientar sobre cuál debería ser el nivel aproximado de los tipos de interés para no cometer excesos peligrosos para la economía. Obviamente, esa regla no apoya tener tipos a 0 durante tres años, con inflación del 2,5%, y creando billetes a gusto del personal.

En la entrevista, Taylor critica la actual política de la Fed porque considera que la economía necesita una previsibilidad de la política monetaria, que es lo que ocurre cuando aplicas la Taylor rule o cualquier otro indicador objetivo que tenga en cuenta la oferta y demanda de liquidez, es decir, el mercado. Para él, el actual intervencionismo "virtually unlimited" de la Fed, que decide a su libre albedrío los tipos de interés, cuánto dinero nuevo crea, dónde lo inyecta, cómo, a qué precio, a quién se lo da, etc supone un riesgo letal para la economía. También habla de que la Fed ha reemplazado de facto al mercado interbancario y a grandes segmentos de otros mercados. Parece que no soy el único que ve riesgos en las políticas del dictador bananero que, casualmente, benefician principalmente a sus amigos.

Ayer, leí cómo un gestor definía la peligrosa situación monetaria actual. Como era en inglés, te resumo sus ideas, que considero interesantes:
  • Vivimos en una época en que unos pocos pueden conjurarse para crear trillones de dólares, euros, yenes, yuanes, etc. En EEUU, basta con un solo hombre (se refiere a Bernanke, Presidente de la Fed).
  • Con una sola decisión, él controla el apalancamiento de la economía. Cuando controlas el dinero en circulación, controlas todo (mercados financieros, precios al consumo, percepción del riesgo, hábitos de inversión, tasas de ahorro, decisiones de contratación de personal, subidas de sueldos, inicio de construcción de viviendas, etc).
  • Este sistema monetario irracional y arrogante presupone que un banquero central es más listo que todos los demás ciudadanos, que los mercados son incapaces de determinar el valor y el riesgo, que él es más eficiente decidiendo dónde emplear nuestro tiempo, nuestro dinero, y la capacidad productiva de nuestro trabajo.
  • Los historiadores probablemente juzgarán como absurdo que la sociedad permitiera un sistema monetario sin respaldo (se refiere a que no haya alguna referencia de valor objetiva, como por ejemplo el patrón oro), sin valor contrastado, que sólo basa su valor en las decisiones unilaterales de un hombre.
Aunque yo no comparta el amor que muchos profesan al patrón oro (que los billetes emitidos sean avalados y se correspondan con las reservas de oro del país emisor), sí que comparto el temor a la actual anarquía monetaria y sus potenciales consecuencias devastadoras. Puedes inclinarte por el patrón oro, por la plata, o por seguir reglas de argumentación macroeconómica como la Taylor rule. En mi opinión, lo realmente importante es que haya unas normas objetivas para establecer los tipos de interés y la cantidad de dinero en circulación, y que no sean el resultado de las decisiones de uno o unos pocos, sin tener en cuenta las magnitudes monetarias (oferta, demanda, mercados, inflación, crecimiento, etc). De esta forma, la creación de billetes iría asociada a la creación real de riqueza de un país, y no a los intereses partidistas de las castas influyentes. Además, un sistema objetivo aportaría mayor previsibilidad a las empresas y consumidores, frente a la incertidumbre, el mayor enemigo de la economía, que supone no saber qué decidirá mañana el dictador bananero.
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