viernes, 3 de febrero de 2012

SIGUE EL FESTÍN (DE UNOS POCOS)

En enero, los índices globales de bolsa han tenido su mejor inicio de ejercicio en ¡18 años! Otra referencia que quizás te llamará la atención es que el índice alemán Dax ha subido desde mediados de septiembre más de un 30% y el S&P más de un 20%. A los que vivís en el mundo real, no en el financiero, quizás os costará entenderlo. Seguramente pensaréis que es algo raro, teniendo en cuenta que casi todas las instituciones económicas mundiales están rebajando de forma importante sus estimaciones de crecimiento para casi todas las principales economías del mundo. EEUU crece, aunque de forma muy moderada, los emergentes están frenando, y Europa, está en recesión, y con suerte, crecerá algo en 2012. En el plano empresarial, el sell-side (los analistas) lleva tres meses rebajando sus proyecciones de crecimiento en beneficios y sus precios objetivos teóricos.

Las bajadas de rating generalizadas a la deuda soberana de los países desarrollados, algo lógico con las perspectivas de los próximos años, tampoco son algo relevante para los mercados. Lo mismo ocurre con el rating de las entidades financieras, a pesar de que recientemente cayó Dexia, Proton Bank en Grecia, y otro en Dinamarca. En EEUU, explotó recientemente el bróker MF Global, y hace unos días fue otro bróker americano, Kaufman Bros, quien anunció que cesa la actividad

Sobre Grecia, no sorprende que no vaya a pagar sus deudas, ni que sea absoluta y rotundamente insolvente (algo que ya ni los más ingenuos niegan). Lo sorprendente es ver que, cuanta más quita se negocia, más le gusta a los mercados, cuanto más se manipula el discurso para no llamarlo quita, más se celebra. Tampoco es relevante que Grecia no cumpla con lo acordado en reducción de gasto, ni en reformas estructurales, a pesar de que esas medidas son para sembrar un futuro sano en las finanzas públicas griegas. Te recuerdo que ha nadie le importaba que se incumpliera el Tratado de Maastricht una media de 15 veces por año. Hoy, que el bono a 10 años de Portugal ofrezca un rentabilidad del 15% no sorprende a nadie, que el BCE esté comprando a hurtadillas para subir artificialmente el precio y bajar esa rentabilidad resulta casi patriótico, casi responsable, casi solidario. Quizás lo más llamativo, para los que no trabajáis en el mundillo es que el bono portugués a 5 años dé un 20%, y el 2 años un 18%. El mercado de bonos tiene claro que Portugal tampoco podrá pagar, pero eso tampoco importa.

Entonces, si no importa la coyuntura económica actual, ni la futura, ni la ralentización de los beneficios empresariales, ni las insolvencias financieras ni soberanas, ¿qué le importa a la bolsa, a las divisas, o a las materias primas?

Lo único realmente importante es que el triunvirato (gobiernos, banca, y banco central) tiene la máquina “pública” de hacer billetes, y la utiliza no sólo para asegurar la cantidad necesaria de dinero en circulación para la economía sino para garantizarse dinero barato para ellos. Es su bote de salvamento en este Titanic macroeconómico. Mientras, los demás que se las apañen como puedan, esperando (años) hasta que la banca y los gobiernos hayan digerido tranquilamente sus excesos con ese digestivo que es el dinero público. Luego, quizás te llegue a ti esa mejora económica y esa liquidez.

Lo que viven las bolsas es un rally de liquidez. Sí, esa liquidez que no llega a la economía productiva, pero que los bancos centrales no dejan de inyectar al sistema financiero. No lo venden como una ayuda a la banca sino a ti. El mensaje bonito es: “hay que estabilizar la banca porque si a ellos les va mal, a ti te irá mal”. Lo que no te dicen es que si a ellos les va bien, a ti puede seguir yéndote mal, o no. Lo dicho, en nuestra sociedad, algunas castas van en primera (con el dinero de todos) y tú en turista rezando para que no se hunda el barco. Luego nos sorprenderemos si hay desorden social.

Tras los dos programas de Quantitative Easing de la Fed, ahora es el BCE quien se ha puesto las pilas, con un programa "a la europea". El sistema de transmisión es el siguiente: el BCE inyectó a finales de 2011 casi €500.000M en subastas a la banca a tres años a un tipo del 1%. El incremento neto en el sistema fueron unos €210.000 pues el resto era refinanciar lo que vencía. Con ese dinero, la banca, además de tener un colchón de liquidez por si sus compañeros dejan de prestarle, compra deuda de su gobierno (que no computa como riesgo a efectos de cálculo de sus ratios de solvencia). De ahí que las siguientes subastas de deuda pública, por ejemplo la española, fueran un “gran éxito atribuido a las maravillosas reformas anunciadas”. La idea es clara: los mercados tienen dinero (el de millones de ahorradores mundiales). Como sus gestores no se atreven a prestárselo a los gobiernos porque no son de fiar (véase Grecia), el triunvirato se lo monta para cuadrar el círculo.

En EEUU, ocurre lo mismo. Desde que la Fed anunció hace pocos meses la operación Twist, por la que vendería su deuda del Estado a corto plazo y compraría la de largo plazo, ¿sabes cuánto ha comprado? Ha comprado el 91% de lo que ha emitido Obama. ¿Todavía crees que esto es una economía de mercado? ¿Crees que Obama debe preocuparse por la racionalidad económica de su política cuando tiene la máquina de hacer billetes? Lee en cualquier libro de economía qué le ocurre a un país cuando se dedica a imprimir nuevos billetes para no tener que gestionar responsablemente sus recursos, su dinero.

Al margen de que la actual política económica me parezca una bomba de relojería (económica y social), la cuestión sería ¿quién gana y quién pierde con estas subastas, y con el rally de liquidez generado?
Gana la banca, porque le presta mucho y muy barato la “filial” de los gobiernos, el Banco Central, para que ésta se lo preste a los gobiernos más caro y así se ganen un diferencial. Esta operativa se llama "carry trade". En el sector, la excusa para justificarlo es que la banca necesita beneficios para poder cumplir con las exigencias de capital, así que se los regalan. Ganan los gobiernos, porque pueden financiarse sin tener que realizar una gestión responsable ni prudente ni austera, porque la banca les prestará sí o sí. Gana la banca de inversión pues parte de esa liquidez se traslada a los mercados, donde los especuladores de corto plazo (sus operadores y sus clientes "hedge funds") podrán invertir con más crédito y confiando en que los bancos centrales seguirán ahí para asegurarles la rentabilidad (hace pocos días la Fed ha anunciado que ya no mantendrá tipos bajos hasta el 2013 sino hasta el 2014). También ganan los grandes accionistas de las empresas cotizadas (te recuerdo que en EEUU un 10% de la población tiene cerca del 75% de las acciones cotizadas).

¿Quién pierde? Los de siempre: tú, tu vecino, tu hermano, su amigo, el otro, etc. y es que el amiguismo sólo funciona si es para unos pocos. Si es para todos, ya no es posible. Las políticas monetarias aplicadas están generando inflación en algunos bienes con importante repercusión social, por ejemplo la gasolina o los alimentos, a pesar de que el numerito oficial de la inflación general no sea muy alto. Todo ello mientras el conjunto de los sueldos sufre deflación (caída) por el ajuste que genera la crisis. Es decir, pierdes poder adquisitivo. También pierdes porque hay que pagar eso que se gana la banca, al igual que la super-deuda acumulada durante años. Eso se pagará hoy y durante muchos años con una gran presión fiscal SOBRE TUS INGRESOS PRESENTES Y FUTUROS. Otro efecto nocivo para ti es que, como los gobiernos pueden financiarse sin los mercados, su gestión pública ya no está fiscalizada por millones de economistas a través de sus decisiones individuales, es decir, los mercados. Eso hará, sin duda alguna, que retrasen, cancelen, o suavicen hasta la mínima expresión esas reformas necesarias para sanear nuestra economía y nuestras finanzas públicas. Empresas y/o bancos quebrados serán mantenidos en coma con inyecciones periódicas de TU DINERO y privando a toda la economía del flujo natural del capital, el crédito. ¿Siguen pareciéndote solidarias y beneficiosas las inyecciones a la banca y la compra de bonos soberanos por parte de los Bancos Centrales? Esta medidas y otras, son socialmente injustas y pueden sembrar el desorden social, pues suponen quitarle el dinero a la mayoría menos rica para dársela a los que ya tienen más y acusan menos la crisis.

De momento, hay una gran bacanal en los mercados gracias a la barra libre proveida por el BCE y a costa de los ciudadanos. Algunos le atribuyen la crisis, su duración, y casi hasta las epidemias al capitalismo. ¡Cuanta ingenuidad! Te aseguro que esto no es capitalismo. El capitalismo tiene virtudes y defectos, pero no incluye saltarse legislaciones impunemente, ni quitarle la riqueza “a dedo” a unos para dársela a otros, por hacer de intermediarios para evitar que los gobiernos respondan de sus actos.

Termino con una sugerencia: si tienes que asesorar sobre inversiones a algún grupo empresarial grande proponle crear un banco o comprar una ficha bancaria. No es para operar realmente como banco sino para poder ir al cajero del BCE, pedir prestado muchos millones a 3 años al 1%, y acto seguido comprar deuda soberana española a 3 años al 2,9% (con la autonómica todavía ganarías más). Para más recochineo, probablemente sería el banco más solvente de España porque la deuda nacional no computa como riesgo. Esta pirámide monetaria que están creando va a acabar muy mal.

martes, 31 de enero de 2012

OPTIMISMO SELECTIVO

En ocasiones, he comentado los conflictos de interés del sell-side, los analistas financieros de los bancos de inversión que hacen recomendaciones sobre acciones. Los analistas saben que los clientes hacen más operaciones de compra y venta en mercados alcistas, cuando creen que es una buena oportunidad de compra, y que paralizan operaciones cuando las bolsas caen y acumulan pérdidas. Sistemáticamente, el número de recomendaciones de "compra" supera ampliamente a las de "venta". Probablemente, las recomendaciones de "venta", frente a las de "compra" o "mantener", no serán mayoría ni el día del juicio final, porque no le conviene nada al sector que realiza esas recomendaciones, la banca de inversión.

Hoy te doy números de otro sesgo del que se habla poco, el del colectivo de los CEOs (Chief Executive Officer) de las empresas cotizadas. Los altos directivos de las empresas cotizadas tienden a ser casi permanentemente optimistas con sus empresas. Son vendedores de sus empresas ante la comunidad inversora. Estos saben que la caída de sus acciones tiene varios efectos negativos: dificultan conseguir recursos vía ampliación de capital, crean malestar entre los accionistas, ponen en riesgo la continuidad de los máximos directivos, y por último, aunque no menos importante, dañan el valor de sus stock-options.

De hecho, muchos CEOs juegan a manipular, más o menos sutilmente, a los mercados, a los analistas y gestores que seguimos sus presentaciones de resultados y conferencias. Todavía recuerdo los malos resultados trimestrales presentados por una compañía americana que conozco bien, hace algo más de un año. En mi opinión, los directivos querían que los mercados hicieran caer la cotización ese día pues, contrariamente a lo que suele ocurrir, maquillaron los resultados a la baja, atribuyéndose una tasa impositiva irreal del 40%, cuando tenían bases imponibles a compensar de aquí a muchos, muchos años. Ese día, la cotización cayó un 10% (muy a mi pesar, pues mis fondos tenían muchas acciones). Recuerdo que le comenté a mi equipo: "seguro que hoy compran los directivos o emiten stock-options para el equipo directivo. Casi un semana después, la dirección de la compañía comunicó (como es su obligación) que había emitido stock-options para su equipo gestor. ¿Adivinas qué día se las dieron? Ese en que la cotización cayó un 10%, es decir, pudieron adquirir su plan de acciones a mejores precios. ¡Qué afortunados! 


Normalmente, los CEOS prefieren maquillar al alza sus perspectivas y calentar, dentro lo posible, al sell-side, a los analistas que han de realizar recomendaciones sobre su compañía. De hecho, antes de presentar resultados, los gestores de la compañía saben perfectamente qué expectativas de ventas, márgenes o beneficios manejan los analistas.


Desde un punto de vista empírico, tengo claro que les resulta más rentable, para la cotización de su compañía, inflar números durante varios trimestres, y luego fallar estrepitosamente en uno. La caída en cotización por ese "warning" (rebaja de sus propias estimaciones realizada por la propia compañía) suele ser menor que el calentón alcista generado por "sorprender" con mejores perspectivas de lo esperado durante varios trimestres.

Una encuesta de PricewaterhouseCoopers International en 60 países a 1258 CEOs mostraba que un 48% eran negativos con la economía, un 34% neutros, y un 15% optimista. En cambio, cuando les preguntaban por las perspectivas de ventas para la compañía que ellos dirigen, un 40% dijo estar "muy confiado" en que sus ventas crecerán. ¡Imagínate cómo se lo tomarían los analistas si los CEOs les digeran lo contrario¡

Cuanto optimismo para sus empresas y pesimismo para el resto de la economía. Esto me recuerda a cuando los países venden sus proyecciones futuras confiando en la exportación para mejorar notablemente su crecimiento. Entonces, ¿quién importa si todos exportan?

Termino con un reflexión: desde este blog, muchas veces he criticado y reclamado responsabilidades para muchos colectivos sociales, políticos y económicos (gobernantes, bancos centrales, agencias de rating, analistas financieros, CEOs, medios de comunicación, ciudadanos y empresas, etc). Si miras desde una perspectiva amplia, entenderás que las burbujas que sembramos en el pasado (y han reventado) y las que hoy seguimos sembrando son el resultado de un complejo y circunstancial cúmulo de conflictos de interés en diferentes ámbitos de nuestra sociedad. En cada caso, un colectivo hace lo que más le beneficia frente a lo correcto, óptimo, o justo. El resultado final ya lo conoces: primero inflamos burbujas, placenteras mientras se forman y que nadie quiere pinchar, y después sufrimos social y económicamente los efectos nocivos cuando éstas revientan. Nuestra máxima es "Show must go on".
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