martes, 16 de junio de 2015

TODAS LAS OPCIONES GRIEGAS LLEVAN AL MISMO SITIO

Grecia no puede estar más de moda, aunque sea por motivos poco envidiables. Diariamente leo a periodistas y a economistas comentando el problema griego como un niño que, en su ignorancia, habla del abuelito enfermo y lloriquea para que se cure, sin saber ni qué le pasa realmente ni cuál es la solución. Ayer, periodista escribía que lo que era una negociación de reformas se está enquistando y puede acabar en una salida del euro. Está claro que esta persona no tiene ni idea de lo que había y, ahora que la realidad se muestra hasta al más ciego, se sorprende. Otro artículo (de un conocido economista español) rogaba por un acuerdo entre las partes, como ese niño pidiéndole a los Reyes Magos que curen a su abuelo.

Ayer mismo era Draghi quien urgía a la clase política a llegar a un acuerdo en el problema griego. Esa clase política a quien él y los de su colectivo han ayudado a escapar de sus responsabilidades financieras durante años, permitiéndoles y fomentando el gobernar financieramente fuera de cualquier realidad sostenible. Ahora que esa irresponsabilidad ha hecho crecer y crecer el problema, pide a otros que hagan algo. ¡Haberlo hecho tú cuando podías! Preferiste mantener tu silla y hacerles el juego a tus jefes, prestando más de €100.000M a alguien que por aquel entonces ya era claramente insolvente. Menudo juego más dañino al que jugáis con nuestro futuro.

Todavía estoy esperando que algún "experto" me diga cuál es el acuerdo "bueno" para la situación griega. Todos quieren un acuerdo pero casi nadie sabe en qué ha de consistir ese acuerdo para que sirva para algo, más allá de calentar durante unas semanas a las hordas especulativas que campan por los mercados. También veo que a muchos que escriben les encanta hablar del sexo de los ángeles, sin mostrar sus conclusiones y, sobre todo, sin decir "cosas/resultados que no gusta oír", algo imposible a esta alturas, cuando el problema se ha sembrado y alimentado durante años.

Quizás sea porque yo apenas tengo tiempo de escribir (tengo otras muchas cosas que hacer, entre otras, mi trabajo) o porque nunca he creído que divagar deba sustituir al pensar y concluir (irremediablemente, concluir es una práctica obligada para los que debemos tomar decisiones), pero las alternativas de Grecia (y Europa) desembocan, antes o después en el mismo camino: la quita, es decir, la condonación/impago unilateral o multilateralmente de buena parte de la deuda griega.




Grecia tiene tanta deuda que es impagable (ciento y pico de deuda sobre PIB y necesidad de mucho más dinero). El gobierno debe hacer reformas para ser financieramente sostenible, para que el mundo confíe en su solvencia y le preste dinero, pero la reformas son el segundo tema, no el primero. El primero es la cantidad deuda y la inexorable quita que ese país hará, ahora o dentro de no mucho tiempo. Prestarle más dinero, sin quita o simplemente haciendo reformas, ya no basta. Sólo servirá para hacer la pelota más grande... y también la quita final. Ni con el esfuerzo de abuelos, sus hijos y sus nietos podrá Grecia pagar una deuda que es ya una pelota imparable. De hecho, no me creo que las generaciones jóvenes vayan a aceptar esa deuda generacional fruto del exceso y la corrupción de sus mayores.

En los mercados, la manada de hooligans sigue confiando en los bancos centrales para enriquecerles eternamente, mientras desfilan las declaraciones que minimizan cualquier efecto negativo que pueda surgir de la crisis griega: que si ya está incluido en las cotizaciones, que si Grecia pesa muy poco, que si no afectaría al resto de países, que, que, que. De hecho, algunos líderes de esa manada financiera (personas de referencia en las grandes instituciones de Wall Street) ya anuncian el próximo rally bursátil en cuanto haya acuerdo, sin importar el contenido del mismo. ¡Corre, que te quedas fuera! es el mensaje subliminal permanente. No puedo dejar de comentar a algún descerebrado profesional diciendo que la salida de Grecia favorecería al euro. Claro, ¿cómo no se te había ocurrido antes? Muerto el perro, muerta la rabia... y en el camino, nada importa, ¿no?

En mi opinión, si Syriza quiere un futuro para Grecia que no sea la esclavitud financiera hasta que haya revueltas y sangre en las calles debe escoger el duro pero inevitable camino de la quita, con o sin permiso de la Troika. ¿Por qué la Troika no acepta hoy la quita, a pesar de que sabe que la deuda griega no se podrá pagar nunca? Porque, más allá del realismo, prima el hecho de que Merkel, Draghi, Rajoy y cía tendrían que explicar en sus países por qué han prestado miles y miles de millones a alguien insolvente que, en el camino, tampoco ha cumplido lo prometido. Te recuerdo que, a la banca, se la ha criticado por prestar antes de la crisis a gente que improbablamente podría pagar. Eso es lo que hizo la Troika con Grecia ... y hoy nos encontramos ese mismo problema pero magnificado.

En cualquier caso, como ya te dije hace años, el impago (default) de la deuda griega y su quita es el camino donde acaba esta película. El resto de riesgos (tensiones entre países, resurgimiento de los nacionalismos, populismos reclamando un "me too", ruptura o salidas del euro, etc) son posibles consecuencias de una realidad: la insolvencia griega y su maquillaje desde hace años.
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