miércoles, 27 de noviembre de 2013

LAS DIFICULTADES DE LA REFORMA SANITARIA AMERICANA (OBAMACARE)

Desde su inicio, la reforma sanitaria de Obama no ha dejado de ser controvertida. Primero, la propuso Clinton en su pugna contra Obama para ser el candidato demócrata a la Casa Blanca. Después, éste la hizo suya y la argumentó frente a los republicanos, muchos de los cuales la critican porque consideran que no es democrático obligar a la gente a tener un seguro médico, a pesar de que el Tea Party ya defendió/sugirió esto hace dos o tres décadas (protégete a ti mismo pagándote un seguro médico en vez de esperar que sea el Estado quien te tenga que proteger).

La parte más fácil de vender de la reforma es la idea de que más ciudadanos estén incluidos en la cobertura médica nacional. Esa idea es loable humanamente y también rentable electoralmente. La parte más difícil es convertir ese sueño en realidad dado que supone añadir un gran coste a un sistema público que ya vive permanentemente en déficit.

Obama, como buen político, vendió electoralmente una buena idea envolviéndola en un compendio de bonitas irrealidades, en vez de ser relista y reconocer que no hace milagros. Podría haber justificado la viabilidad de semejante proyecto sin necesidad de prometer que todo serían consecuencias positivas. Dijo que la reforma sanitaria no sólo no tendría más coste para la Seguridad Social sino que supondría un ahorro.

La reforma se aprobó en marzo de 2010. En esto años ha ido aplicándose gradualmente pero será en 2014 cuando entre plenamente en vigor. Obama, primero comenzó subiendo impuestos a proveedores de equipos, farmacéuticas, etc y exigiendo rebajas a los hospitales. Todo ello tras prometer que no conllevaría una subida de impuestos. El argumento es fácil de vender: hoy pagas más impuestos, pero se supone que en el futuro ingresarán más porque habrá más gente asegurada usando la sanidad.

Segundo, intentó imponer legalmente a los Estados su reforma, pero sólo lo logró parcialmente, es decir, los Estados tienen potestad para apoyar financieramente o no su parte de la reforma. El Estado que no la apoye, deberá cargar electoralmente con ello.

Hasta ahora, Obama ha conseguido sacar adelante la reforma a pesar de la oposición política de algunos legisladores, a pesar de la oposición de los Estados (que no aceptaban esa imposición, considerada una intromisión) y en contra del sector sanitario.

El problema que hoy afronta Obama es la irrealidad de otra promesa que hizo cuando instauró que, a partir de 2014, los trabajadores que puedan pagárselo deberán contratar un seguro médico. Entonces prometió que "quien quisiera podría mantener su seguro médico actual". Por aquel entonces abordó las críticas de los que advertían que provocaría el encarecimiento de los seguros médicos argumentando que obligaría a las aseguradoras a aceptar seguros, a dar transparencia a la contratación, etc, lo que haría bajar los precios. En los últimos dos meses, la reforma sanitaria se le ha enquistado a Obama (y a su imagen pública) por diversos motivos:
  • La web creada para la contratación de seguros apenas ha tenido interés, es decir, muchos menos americanos de lo estimado han optado por contratar su seguro médico. Como suele ocurrir cuando se compara la promesa política con la realidad materializada, la distancia entre ambas se mide por kilómetros. Como ejemplo, la CBS de Charlotte detallaba las pocas peticiones de seguro que había tenido una aseguradora. El Wall Street Journal se hacía eco de que, en octubre, sólo se inscribieron unas 50.000 personas, frente a una estimación gubernamental de medio millón.
  • Dicha Web está siendo criticada por sufrir grandes carencias de funcionamiento. Como a perro flaco todo son pulgas, ha querido la turbia casualidad de que la adjudicación a dedo de la web haya ido a parar a un ex-compañero universitario de Michelle Obama.
    http://www.zerohedge.com/sites/default/files/images/user3303/imageroot/2013/11/20131115_obamacare1.jpg
  • Obama ha incumplido la promesa de que quien quiera puede mantener su seguro actual. Las exigencias del seguro médico que impone la reforma sanitaria ha hecho que las aseguradoras hayan comunicado a varios cientos de miles de americanos que su seguro médico actual no va a ser renovado. Recientemente leí que el nuevo seguro médico podía costar, en algún caso, hasta cinco veces lo que costaba el actual. El Washington Post publicaba que 1,3 millones de americanos en paro perderán su seguro médico el 28 de diciembre si el Congreso no extiende su programa de emergencia. Para salir del paso, Obama ha tenido que recular obligando a las aseguradoras a mantener esos seguros. El cuadro adjunto lo publicaba el Wall Street Journal quien estimaba que algo más de 4 MILLONES de americanos habían recibido la carta de su aseguradora informándoles de que no se renovará su póliza. Todo un contraste con los aproximadamente 106.000 ciudadanos que, según el gobierno, han suscrito un seguro.
Resulta irónico que, hasta la web de chequeo del FBI utilizada a la hora de adquirir un arma o explosivos, National Instant Criminal Background Check System (NICS), tenga más afluencia que la web de la "Obamacare" (así llaman a la reforma sanitaria de Obama).

En fin, una reforma de importante calado social pero muy controvertida porque florecen como la setas algunos problemas que Obama prometió que no ocurrirían. Qué insaciable necesidad tenemos en la sociedad occidental actual de creer en "Merlín for President". ¿No sería más fácil aceptar que nada es gratis, que hay que administrar y priorizar lo que hay? En vez de eso, optamos sistemáticamente por vivir de sueños hasta que la realidad nos despierta.

Termino con un dato. Hace pocos días leí una estimación: en 2020 habrá 75 millones de jubilados en EEUU. Afortunadamente para Obama, ese toro lo lidiará otro.

domingo, 24 de noviembre de 2013

¿VIVIR EN AMÉRICA? OK, PERO... ¿EN CUÁL?

En diversas ocasiones te he comentado los importantes desafíos a que se enfrenta el sistema socioeconómico occidental. En El Sueño Americano te detallé algunas muestras de cuan difícil se ha puesto vivir el sueño americano. Hoy, si alguien se pregunta sobre la vida en EEUU, no debe perder de vista en qué América está pensando. A continuación te detallo algunos datos para que veas la diferencia entre un americano y otro.

    Raise: The overall wealth of American households rose by $5 trillion, or 14 percent, with that wealth being the sum of all assets such as a home, car and stocks, minus the sum of all debts
  • Uno de cada cuatro americanos tiene un trabajo donde cobra $10 por hora, o menos. 
  • En 1980, los Chief Executive Officer (CEO), Consejeros Delegados, de las 500 empresas que forman el índice S&P cobraban 42 veces el sueldo medio de sus empleados. Actualmente, los CEOs cobran 354 veces el sueldo medio. Algunos de ellos cobran más de 1000 veces. 
  • El 40% de los trabajadores americanos gana menos de $20.000. 
  • Como vemos en el cuadro adjunto, según el Pew Research Center, el 7% más rico posee el 63% del total de la riqueza nacional. 
  • Y ese 7% tiene, de media, 24 veces la riqueza de los hogares del 93% restante. 
  • Según Forbes, los 400 americanos más ricos tienen más riqueza que los 150 millones de americanos más pobres. 
  • El número de americanos suscritos al programa federal de ayuda nutricional ha pasado de 17 millones en 2000, a 47 millones actualmente. 
  • El 50% menos rico posee conjuntamente sólo el 2,5% de la riqueza de EEUU. 
  • En1973 la corporaciones americanas invertían 15 veces lo que distribuían a sus accionistas. Hoy invierten menos del doble. Como la economía mundial se ha hecho muy grande, cuesta cada vez mantener altas tasas de crecimiento. Además, el crecimiento vivido en esa distribución de riqueza dificulta también que esta siga ese ritmo pasado. 
  • El porcentaje de americanos en edad de trabajar que participa del mercado laboral está en niveles de finales de los años setenta.


Wealth-X ha estimado que los 2170 Billonarios (el que tiene más de $1000 millones) del mundo controlan alrededor de $33 billones. Teniendo en cuenta que el PIB mundial ronda los $70 billones, es un selecto club.

Sobre el capitalismo tengo dos cosas muy claras. Primera, es el sistema mejor que se ha inventado. Crea más riqueza y es más democrático que el resto porque da libertad de elección a las personas y, como tiende a premiar la creación de riqueza para el conjunto de la sociedad (según el criterio de ésta), pues incentiva a ello.

Segundo, que el capitalismo sea el mejor sistema no implica que sea perfecto. Soluciona custiones como la creación de riqueza pero, a largo plazo, no evita otros retos como la distribución de esa riqueza. Por ejemplo, la tendencia benigna que genera el capitalismo y que te he explicado en el párrafo anterior fomentará a largo plazo una diferencia creciente en la riqueza acumulada entre los que saben crear mucha riqueza y los demás. Cuando esa diferencia entre los más ricos y los más pobres se hace muy grande es cuando aumenta el riesgo de desorden social, algo que, además del desastre humano que suele acompañar, acostumbra a destruir y paralizar temporalmente la creación de riqueza.

De la misma forma que parece justo que alguien sea recompensado por lograr/hacer algo valioso, parece lógico también preguntarse hasta cuánto debería recompensarse esa creación de riqueza. ¿Hasta qué punto debemos redistribuir la riqueza generada? Warren Buffett opinaba recientemente que nadie debería poseer más de $500 millones. Al margen de la cifra, eso lo dice alguien de avanzada edad que ha disfrutado de gran riqueza durante su vida. Además, no olvides que su financiera fue una más de esas beneficiadas cuando el gobierno americano decidió salvar a la banca de las consecuencias de sus errores. Como en todo sistema, la cuestión es ¿cuándo es legítimo saltarse la normas o en qué punto deben cambiarse éstas? Estas cuestiones son trascendentes porque afectan a la vida y los derechos de la población.

Creo que, en el futuro, Occidente seguirá evolucionando en torno a esas cuestiones sobre la creación, acumulación y distribución de riqueza. Todo ello con el objetivo de encontrar un equilibrio entre sistemas que aporte las ventajas inherentes y minimice las consecuencias negativas.

Lo de cómo los bancos Centrales han utilizado su poder (ser el que hace y decide sobre la creación de dinero) para privilegiar a algunos amigos (como la banca) y para prolongar un poco más la gestión irresponsable de las finanzas públicas poco tiene que ver con el capitalismo ni con la democracia. Eso también se hizo en el Imperio Romano antes de su caída y en Francia, antes de la Revolución. Tiene que ver con el "todos somos iguales, pero unos más iguales que otros".

Si crees que Ben (Bernanke) gobierna para todos, mira el cuadro inferior y recuerda: ¿ser americano? sí, pero ¿en qué grupo?




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