jueves, 6 de junio de 2013

LOS PRONÓSTICOS DE BEN

A menudo, las personas tendemos a atribuir ciertas virtudes y/o capacidades a las personas que ostentan cargos importantes en nuestra sociedad. Pensamos que el mundo tiene cierta racionalidad y que, según ésta, una persona que no fuera más válida que el resto probablemente no estaría situada en esas funciones de gran responsabilidad, pues otras más capaces habrían brillado más en la carrera por esos puestos y los hubieran ocupado. Entonces, tras sentir esa tendencia natural en mi interior me acuerdo de que Einstein no fue un líder político. Me acuerdo también de que ZP fue Presidente del Gobierno, un sujeto que dijo en la ONU aquello de "la tierra no pertenece a nadie, en todo caso, al viento", y del cual Sarko dijo que no parecía muy listito, aunque era el que habíamos elegido los españoles (vejándonos a nosotros).

Para mí, uno de los mayores defectos que arrastramos como especie no es el creer las cosas sin contrastarlas, pues normalmente tenemos que tomar decisiones sin poder contar con tanta información actualizada como necesitaríamos. Lo malo es lo que nos cuesta aceptar la realidad cuando se muestra, a través de reiterados hechos o ideas, diferente de cómo pensábamos y/o de cómo nos gustaría que fuera.

¿Cuántas promesas debe incumplir un político para que no le votemos? ¿Cuántos fallos le perdonamos al jugador de nuestro equipo de fútbol que nos cae bien antes de criticarlo? ¿Por qué criticamos a otro jugador que no nos gusta tanto aunque esa vez haya jugado bien? Los cambios de criterio, como cualquier cambio, nos cuestas mucho.

Imagina que hoy te hablo de un economista o de un inversor que hubiera previsto buena parte de lo que ha acontecido en la economía mundial en los últimos diez años. No le daríamos mayor importancia. Sin embargo, si te hablo de un dirigente avalado públicamente por muchos en los medios de comunicación, aunque empíricamente no haya demostrado nada, a esa información tenderemos a darle más credibilidad, porque todos (o muchos)  lo dicen. Es nuestro amado efecto manada.

Sobre Bernanke y sus políticas te he expresado mi opinión en reiteradas ocasiones. Son sólo opiniones sobre temas y conclusiones subjetivas, aunque en el camino se utilicen muchos datos objetivos.

Hoy te muestro algo rotundamente objetivo: las opiniones y estimaciones de Ben (Bernanke), uno de los hombres más poderosos e influyentes del mundo. 

  • Entrevista de la CNBC a Bernanke el 1 de julio de 2005. Tras plantear la entrevistadora a Bernanke la posibilidad de que estuviéramos viviendo una burbuja inmobiliaria y que al explotar dañara a la economía, la respuesta de Bernanke fue: "Well, I guess I don’t buy your premise. It’s a pretty unlikely possibility. We’ve never had a decline in house prices on a nationwide basis. So, what I think what is more likely is that house prices will slow, maybe stabilize, might slow consumption spending a bit. I don’t think it’s gonna drive the economy too far from its full employment path, though."
  • El 20 de octubre de 2005, ante el Comité Económico del Congreso, Bernanke dijo: "House prices have risen by nearly 25 percent over the past two years. Although speculative activity has increased in some areas, at a national level these price increases largely reflect strong economic fundamentals." 
  • El 28 de marzo de 2007, ante el mismo Comité: "Although the turmoil in the subprime mortgage market has created severe financial problems for many individuals and families, the implications of these developments for the housing market as a whole are less clear…At this juncture, however, the impact on the broader economy and financial markets of the problems in the subprime market seems likely to be contained." 
  •  El 17 de mayo de 2007, ante el Consejo de la Reserva Federal de Chicago: "...we believe the effect of the troubles in the subprime sector on the broader housing market will likely be limited, and we do not expect significant spillovers from the subprime market to the rest of the economy or to the financial system. The vast majority of mortgages, including even subprime mortgages, continue to perform well." 
  • El 10 de enero de 2008, responde a una pregunta tras una conferencia en Washington DC: "The Federal Reserve is not currently forecasting a recession."
  • El 27 de febrero de 2008, ante el Comité Bancario del Senado: "I expect there will be some failures [among smaller regional banks]… Among the largest banks, the capital ratios remain good and I don’t anticipate any serious problems of that sort among the large, internationally active banks that make up a very substantial part of our banking system." 
  • El 2 de abril de 2008 publicó el New York Times tras el colapso de Bear Stearns: “In separate comments, Mr. Bernanke went further than he had in the past, suggesting that the Fed would remain aggressive and vigilant to prevent a repetition of a collapse like that of Bear Stearns, though he said he saw no such problems on the horizon.” 
  • El 10 de junio de 2008 en una conferencia banqueros, Bernanke dijo: "The risk that the economy has entered a substantial downturn appears to have diminished over the past month or so." 
Menudo currículum durante la mayor crisis en siete décadas. ¡Cómo se nota que no ha trabajado en una empresa y que no ha tenido que responder ante clientes! Con esa capacidad de acierto sólo tiene sitio asegurado en lugares como el BCE o el FMI. Por el bien de todos, ojalá que sus inventos monetarios y manipulaciones de los mercados rompan su estadística.

domingo, 2 de junio de 2013

EL SECTOR INMOBILIARIO AMERICANO

En un mundo global donde se está ralentizando el comercio internacional y donde buena parte de la vieja Europa está en recesión o aproximándose a ella, el papel de la economía estadounidense se hace doblemente importante. Independientemente de los maquillajes utilizados al medir el PIB o de lo peligrosas que me parezcan las gigantescas aberraciones monetarias de la Fed, el hecho de que su economía crezca, aunque sea moderadamente, pone a EEUU como la gran esperanza a la que se agarran muchos analistas para vendernos lo maravilloso que será este año para los mercados, y el siguiente, y el otro, y el de más allá. Un discurso al que le atribuyo un mérito: la constancia, pues jamás cambia.

Dentro la economía americana, todos basan gran parte de sus ilusiones argumentativas en la recuperación del sector inmobiliario, en la subida de los precios de la vivienda. Como es habitual, analizar el motivo no es importante para los mercados. Es más cómodo y genera más confianza (menos dudas) creer que Ben Bernanke está finalmente convirtiendo el agua en vino, como en la Bodas de Caná. Su maravilloso argumento de solucionarlo todo metiendo dinero público para manipular al alza el precio de los activos seguro que tiene ahora más seguidores. Hasta la OCDE aplaude la orgía monetaria global, recomendando a Europa que aplique una buena dosis de Quantitative Easing (como vienen haciendo EEUU y Japón), como en un bar de amigos en que la mayoría va ciega hasta las trancas y aprieta al que no ha bebido tanto para que se beba otro copazo del tirón.

Otros, con más sentido común y menos ludopatía y adicción a la ficción monetaria supongo que se preguntarán lo evidente: entonces, ¿para qué trabajar o pagar impuestos? Que cree el Todopoderoso Bernanke (o Draghi, o Kuroda, o Carney) más billetes y nos los dé a todos. ¿Para qué esforzarse en crear riqueza, es decir, cosas que mejoren la vida de las personas y las empresas? Imprimamos los billetes en vez de realizar la tarea, que es más cómodo, ¿no? Que los restaurantes te cobren sin haberte servido, que te cobren el billete del autobús sin haberte llevado, paga el cole de tus hijos aunque no tengas hijos, paga un billete al Caribe aunque no vayas a ir. Podríamos hacerlo todo sin problemas si creamos muchos billetes. ¿Por qué crear riqueza, con lo que cuesta, si se puede imprimir? Quizás sea porque crear billetes no conlleva necesariamente crear riqueza, quizás sea mayoritariamente una forma de redistribuir la existente hacia los agraciados a dedo. Está claro que las burbujas, cometer excesos en lo agradable hasta niveles contraproducentes, están hechas para nosotros. Históricamente, al final siempre se desencadena una gran destrucción de riqueza económica que habitualmente ha ido acompañada de grandes desórdenes sociales porque reduce en el nivel de vida ciudadano.

En referencia al sector inmobiliario americano, lo que me importa es si esa subida del precio medio de la vivienda americana (que podríamos aproximar en un 10% en el último año) es sostenible, y para ser sostenible debe basarse en una economía sana y no en diversas circunstancias excepcionales (monetarias, fiscales, naturales, etc).

Recientemente me reconocía un amigo gestor que, si analizas fríamente la situación económica global, es para salir corriendo, pero terminaba reconociendo que él no puede decir a los clientes que no inviertan. Su expresión fue: "no puedes quedarte mucho tiempo parado en la misma estación, has de coger algún tren". Hoy te detallo algunos elementos que considero extraordinarios y que están influyendo temporalmente de forma positiva en el sector inmobiliario, lo que me hace aconsejarte prudencia frente a las recomendaciones del sector financiero, que as ususal recomienda invertir en toda esa retahíla de activos con riesgo que cotizan en máximos de todos los tiempos o cerca (bolsa, bonos soberanos, bonos corporativos, bonos basura, paquetes de hipotecas...).

  • ¿Cómo no va a haber un empujón en la construcción si hemos vivido últimamente desastres naturales de una magnitud superior a la habitual (como el huracán Sandy o los tornados de Oklahoma)? Como te expliqué anteriormente, esa destrucción apenas dañará el cálculo del PIB (pues principalmente se destruye patrimonio) y generará actividad al reconstruir. Como la ignorancia popular asume directamente PIB=riqueza, sin importar si la actividad consiste en mirar al cielo y contar estrellas, resulta que hemos de celebrar, desde un punto de vista económico, cualquier gran desastre natural.
  • Si muchos activos cotizados están inflados por el dinero fácil de los Bancos Centrales, no es de extrañar que grandes fortunas de americanos, y oficiales chinos y oligarcas rusos huyendo del alcance de su gobierno, inviertan en activos más opacos como los inmuebles y  tras los recortes en precio de los últimos años. Hasta jubilados australianos habrían comprado viviendas para invertir. Hoy, la proporción entre compradores de vivienda para alquilar (invertir) frente a los que la compran para vivir se ha disparado hacia los inversores. Entonces, ¿quién vivirá en esas casas compradas? Además, te adjunto el gráfico de la actividad inmobiliaria especulativa en el mercado de California, donde vuelve su apogeo. Ya sabes, "compra y dale el pase en seis meses".
  • La mejora de la clase media es un pilar imprescindible en cualquier economía moderna, por eso es un motor necesario para cualquier recuperación económica sostenible. En un artículo reciente te comenté que Jeff Gundlach afirmaba que los hogares americanos tienen hoy los menores ingresos en 19 años, y te mostré el gráfico del Pew Research Institute donde concluía que, del 2009 al 2011, la riqueza del 93% de los hogares americanos menos ricos había caído un 4%. Hoy te adjunto la media bianual del sueldo REAL americano (ajustado a la inflación). La gran mayoría de americanos no sabe qué es el efecto riqueza de Bernanke.

  • Los tipos de interés de las hipotecas están en mínimos históricos, lo que ha espoleado los nuevos préstamos y las refinanciaciones de las existentes. Si crees en una recuperación (o alternativamente en la explosión de este activo en burbuja), deberías esperar una subida de los tipos, lo que dañaría esa recuperación. Te adjunto el gráfico en cuestión. De hecho, el mero repunte que ves en las últimas semanas en los tipos de interés ha provocado una caída en el número de solicitudes de hipotecas que se publican semanalmente. Suerte que en este entorno de orgía de liquidez (para algunos), los ricos invierten sin hipoteca. Por desgracia, la clase media no.
  • La madera es un componente utilizado históricamente en la construcción de viviendas. Aunque hoy probablemente haya perdido peso relativo frente a otros materiales (por ejemplo en los módulos prefabricados). Los dos gráficos que te adjunto muestran su correlación con los indicadores de actividad económica, en un caso, y su distanciamiento con la evolución de la bolsa (S&P) en el otro.

En resumen, ¿mejora del sector inmobiliario americano? Sí. ¿Sostenible? Dudoso (me agarro a la esperanza), pues hoy hay demasiados factores excepcionales a favor. ¿Riqueza generada que se materialice en más actividad económica? En cierta medida, pero no demasiada, porque son los ricos los que principalmente notan ese efecto riqueza (al tener varios inmuebles), mientras la clase media sigue lastrada por unos sueldos bajos y unos gastos básicos crecientes (recuerda que Bernanke no quiere que bajen).
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