domingo, 28 de julio de 2013

EL CULBERON DEL TAPER ON, TAPER OFF

A mitad de junio, a Ben Bernanke se le ocurrió decir lo peor que podía decir. Lo dijo tan suavemente que simplemente lo insinuó. Era la peor noticia posible (aunque suavizada) para la manada que campa habitualmente por los mercados. Mr. Chairman of the Federal Reserve dijo lo que nadie quería oír: que la Fed iba a liberar de su yugo, gradualmente y si la economía seguía mejorando, a los mercados financieros. Para los mercados, que la Fed empiece a reducir su compra de activos implica que éstos tengan que volver a regirse en la formación de precios por la ley de la oferta y la demanda, por los fundamentos económicos. A esa reducción gradual (del tamaño del balance de la Fed) le llaman "taper".
Como era previsible, antes de que haya empezado ese baile (estimado para septiembre), los mercados, que suelen anticiparse, ya estaban frenéticos cual drogadicto en pleno síndrome de abstinencia.

Ben y sus colegas se temieron lo peor y su mensaje apenas duró unos pocos días. En los días posteriores al anuncio y tras las caídas de los precios en todos los mercados (bolsa, bonos del Estado, bonos corporativos, etc) los diversos miembros de la Fed tamizaron todavía más el mensaje, el cual difícilmente puede ser más etéreo y falto de detalle. Quizás te preguntes por qué anunciaron esa decisión económica si ni ellos tienen claro cuánto ni cuándo ni porqué. Era una prueba.

La Fed, como suele decirse en matemáticas, utiliza mucho el sistema de prueba y error y, bromeaba un profesional del mercado hace pocos días, que en los recién cumplidos cien años de historia de la Fed se advierte la prueba y error, y error, y error...

El Pte. de la Fed de Dallas, Fisher, fue de los pocos que no cedió al chantaje empírico de los mercados. Quizás sea porque es de los que no apoya el Quantitative Easing y porque su experiencia profesional en inversiones, algo a lo que es totalmente ajeno Bernanke, le llevó a calificar públicamente a los agentes de los mercados como "feral hogs", que podríamos traducir como una manada de "cerdos salvajes" que arrasa con todo.


En los días siguientes, Bernanke volvió a hablar (esta vez en una comparecencia ante el Comité Financiero del Senado) para dar un mensaje de tranquilidad a los mercados, para que éstos no temieran que se acerca el fin de la orgía de dinero barato y ganancias orquestadas por el Regulador. El resultado de tanto esfuerzo por no enfurecer a unos mercados con síndrome de Estocolmo fue contundente: el índice Nasdaq subió durante 14 sesiones consecutivas, el S&P y el Dow Jones subieron 6 ó 7 días seguidos. El índice Russell 2000 (que incluye a pequeñas empresas) hizo nuevos máximos de todos los tiempos subiendo siete días. Cabe comentar que, la última vez que el Russell 2000 hizo esa proeza fue en octubre de 1987, tras lo cual cayó un 38%. Pero esta vez, eso no puede ocurrir, ¿verdad?, porque ahora tenemos para sostener artificialmente a los mercados a todos los grandes Bancos Centrales haciendo billetes nuevos.

Otros ejemplos de la subidas de precios en los mercados, esos mercados en que la mayoría dice que no hay burbujas sino que reflejan la recuperación económica, son: el S&P tuvo su mejor semana en 6 meses (+2,6%), el oro la mejor semana en ocho meses (+5,1%), los bonos del Estado americano la mejor en 13 meses, los bonos de alto riesgo la mejor en 20 meses (+3%), y el dólar la mayor pérdida semanal en 21 meses (-1,8%). ¿No te da gusto ver qué mercados más independientes y sanos nos han creado estos banqueros centrales? ¿A quién le importa la economía real y la creación de riqueza si podemos enriquecernos todos eternamente ganando dinero seguro en este casino global amañado? ¡Si Keynes levantara la cabeza!

Dentro de unos meses, Bernanke finalizará su mandato y Obama nombrará a un sustituto. Los dos principales candidatos son: Janet Yellen, Vicepresidenta del Consejo de Gobernadores de la Fed y clara partidaria del QE, y el reconocido economista Larry Summers, quien tiene bastantes menos opciones, especialmente desde que va diciendo que el QE no aporta demasiado a la economía real, que se sobreestima sus beneficio.

Como hoy estoy un poco más cínico de lo habitual, termino con unas palabras pronunciadas en 2002 y cuyo autor seguramente preferiría que nadie le hubiera grabado:

"I worry about the effects on the long-run stability and efficiency of our financial system if the Fed attempts to substitute its judgments for those of the market. Such a regime would only increase the unhealthy tendency of investors to pay more attention to rumors about policymakers' attitudes than to the economic fundamentals that by rights should determine the allocation of capital." - Ben Bernanke, October 15, 2002

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