La banca es un
negocio plenamente basado en la confianza, dado que no trabaja con inventarios
físicos, ni fábricas, ni productos tangibles. Como si fuera una modelo, que
vive de su imagen, la banca se esfuerza en ponerse guapa. Es coqueta, y se
maquilla más que los indios para la guerra o que Mel Gibson en Braveheart. Es
normal, todo el que vive de su imagen, lo hace. También los gobiernos europeos hacen algo parecido,
aprueban un importe en fondos de rescate de €800.000M para engañar a los
mercados (que se dejan engañar mientras los bancos centrales les prometan más
beneficios casi gratis). La realidad es que los gobiernos apenas ponen un duro,
todo son avales, garantías, promesas financieras, etc. Mientras haya confianza,
no se impone el "show me the money" y basta con que todos hagamos
como si nos lo creyéramos, igual que con la solución griega, o las promesas de disciplina fiscal y déficit cero antes del día del juicio final, o con las reformas estructurales de calado, o con cualquier promesa que nos permita seguir hoy disfrutando de lo mismo (que no poseemos y obtuvimos a crédito) y dejando para el futuro (y los futuros contribuyentes) el esfuerzo de pagarlo todo. Un plan perfecto en un gran futuro imaginario.
Yo creo que el salvar al Long-Term Capital
Management, a
Freddie Mac y Fannie Mae por sus excesos inmobiliarios, a Bear Sterns, a Merril Lynch, a Washington Mutual,
etc es lo que hace que hoy la banca siga batiendo récords de asunción de riesgos
y lo que asegura que el sistema capitalista lleve dentro una gran bomba de
relojería social. No son los defectos/limitaciones del sistema capitalista los que pueden
acabar con él (aunque los tenga), sino cómo los poderosos corrompen sus
principios básicos para beneficiarse a costa de todos.
De momento, la banca mundial, a seguir con su make-up contable para aflorar beneficios (reales o no) y dosificar pérdidas a su libre albedrío. Todo va bien para ellos mientras no les obliguen a ampliar capital de verdad y sus acciones y stock-options no sufran la ley de la gravedad que sufre el resto del mundo. En lo que a medios se refiere, siguen difrutando del privilegio de una barra libre de liquidez en los Bancos Centrales, y unos mercados y legislaciones privilegiadas y opacas sólo para su élite, como los dark-pools, los CDS, los OTCs, el shadow banking, etc. Como dice el refrán, antes muerta que sencilla. Supongo que el capitalismo con que convivimos los demás se les haría muy duro.
El otro día, un
amigo me habló sobre un depósito bancario que tiene y, durante la conversación
me dijo: "está garantizado por el gobierno hasta €100.000, ¿no?". Él
lo decía por la garantía legal existente de hasta €100.000 por persona y
entidad que cubre el Fondo de Garantía de Depósitos. Yo dudé si mostrarle mis
reservas por ese "aval público", ya que dinero, lo que es dinero, no
hay ni para salvar a las entidades financieras españolas con problemas, por eso
el gobierno se las "coloca" a la banca garantizándole gran parte de
las posibles/probables (elige la que prefieras) pérdidas futuras. Me sentía
como cuando un CEO ingenuo y optimista va a firmar un acuerdo y su abogado
quiere incluir salvedades desagradables en el contrato. La obligación de ese
abogado sería prever posibles contingencias. Eso no significaría que él apueste
por ellas, pero debería protegerle contra esa posibilidad. El problema es que
hay riesgos que son tabúes, y simplemente hablar de ellos perece un insulto, un
alegato contra algo o alguien.
Hoy te explico
otro ejemplo de maquillaje contable que se lleva actualmente en la banca para
parecer más solvente. Como todos sabemos, hecha la ley, hecha la trampa. Si las
nuevas normas de Basilea III miden el riesgo de una determinada forma, la banca
imagina nuevas formas de vestir ese riesgo para que no aparezca lo que realmente es,
un riesgo. Así se forjan todas las burbujas, engañando al sistema legalmente.
La dinámica es
sencilla: el banco S vende un paquete de créditos al consumo a un inversor
institucional, por ejemplo, un fondo de capital riesgo. El capital riesgo
recibirá el interés de los cobros de esos créditos que ha comprado. El banco
vendedor se imputa un beneficio/pérdida por la venta pero, sobre todo, quita de
su balance ese activo de riesgo (cartera de créditos al consumo) que consume
muchos recursos según las obligaciones de Basilea III, es decir, que requiere
mucho capital para compensar ese riesgo según las exigencias de Basilea III. Si fuera una venta normal, el vendedor
quitaría ese activo arriesgado de su balance porque lo ha vendido y el
comprador es ahora quien asume el nuevo riesgo. La trampa está en que el comprador
tiene derecho a devolver esos créditos en el futuro a cambio de un precio
establecido, lo que hace que ese riesgo nunca haya desparecido realmente para
el banco vendedor, sólo cambia de denominación y desaparece del balance, cambia
la apariencia de ese riesgo pero sigue latente. Así, en el próximo informe de
análisis que veas sobre esa entidad, el analista de turno te dirá que su ratio
de solvencia según Basilea III ha aumentado, por lo que ese banco es ahora más
solvente.
Sé consciente de
que los excesos que nos han traído hasta esta crisis, y a la mayoría de ellas,
se han alcanzado a base de maquillar contablemente durante tiempo los riesgos
que realmente asumen las entidades, porque sino los problemas aparecerían antes
y nunca se llegaría a producir tanto exceso. Estos maquillajes y otros son
conocidos y están permitidos por las autoridades supervisoras. Ya sabes, hay
que crear confianza, la eterna excusa bonita para justificar cualquier mentira/imprudencia.
Recuerda que en 1998 salvaron de sus arriesgadas apuestas al hedge fund Long-Term Capital Management,
en nombre del bien común, y claro, la banca de inversión aprendió la lección. Si la haces muy gorda (de varios miles de millones), no te dejan caer. Quizás de no ser así, la banca no hubiera cometido
tantos excesos bajo el convencimiento de que siempre les salvarán y no hubiera
habido tanto exceso inmobiliario, de crédito, y de apalancamiento. Algunos
economistas ingenuos/caraduras dicen que el fallo fue dejar caer a Lehman Bros. Vamos, la
economía de mercado, donde puedes ganar y perder dinero, para los demás. La
banca, a privatizar beneficios y nacionalizar pérdidas, y van de economistas los
que lo dicen. Que cara más dura, y qué mentalidad más cancerígena para la
viabilidad del sistema capitalista.
De momento, la banca mundial, a seguir con su make-up contable para aflorar beneficios (reales o no) y dosificar pérdidas a su libre albedrío. Todo va bien para ellos mientras no les obliguen a ampliar capital de verdad y sus acciones y stock-options no sufran la ley de la gravedad que sufre el resto del mundo. En lo que a medios se refiere, siguen difrutando del privilegio de una barra libre de liquidez en los Bancos Centrales, y unos mercados y legislaciones privilegiadas y opacas sólo para su élite, como los dark-pools, los CDS, los OTCs, el shadow banking, etc. Como dice el refrán, antes muerta que sencilla. Supongo que el capitalismo con que convivimos los demás se les haría muy duro.
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