Hace pocos días encontré una descripción tan acertada y sencilla de la economía moderna como hacía tiempo que no leía. Unas pocas frases que ayudan a entender la metamorfosis de la economía moderna y el peligroso terreno en que nos hemos situado.
El autor de dicha explicación fue un conocido inversor internacional llamado Marc Faber, cuyas reflexiones quiero compartir contigo. Para ello, primero te las adjunto en inglés y luego te las traduzco y complemento:
- Readers should consider carefully the fundamental difference between a “real economy” and a “financial economy.” In a real economy, the debt and equity markets as a percentage of GDP are small and are principally designed to channel savings into investments. In a financial economy or “monetary-driven economy,” the capital market is far larger than GDP and channels savings not only into investments, but also continuously into colossal speculative bubbles. It would seem to me that Karl Marx might prove to have been right in his contention that crises become more and more destructive as the capitalistic system matures (and as the “financial economy” referred to earlier grows like a cancer) and that the ultimate breakdown will occur in a final crisis that will be so disastrous as to set fire to the framework of our capitalistic society.
- Diferencia entre la economía real y la economía financiera. En una economía real, la deuda y los mercados financieros, como porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB), son relativamente pequeños y sirven principalmente para canalizar el ahorro hacia las inversiones. En una economía financiera o "economía monetaria" los mercados de capitales son mucho mayores que el PIB y no sólo canalizan el ahorro [el que presta] hacia la inversión [el que pide prestado] sino que generan continuas burbujas especulativas que se suceden. Me parece que Karl Marx tenía razón en la idea de que las crisis son cada vez más destructivas a medida que madura el sistema capitalista (y crece el tamaño de sus mercados financieros como un cáncer) para terminar en una última gran crisis que acabe cuestionando el modelo socioeconómico capitalista.
Yo diría que la madurez inevitable de cualquier economía favorece el desarrollo de los mercados financieros porque, en un intento de seguir creciendo a buen ritmo, se inicia una rutina en la política monetaria que se basa en inyectar cantidades crecientes de crédito o, lo que es lo mismo, cantidades crecientes de nueva deuda en los diferentes estamentos e instituciones sociales.
Este proceso evolutivo lo expliqué yo en mi libro "¿Alguna vez fuimos ricos?", aunque sin lograr conjuntar tan bien sencillez y brevedad. Entonces hablé del histórico patrón oro, que ha servido como moneda a lo largo de la historia por ser bastante escaso y difícil de falsificar. También comenté que, en la era moderna, su principal característica positiva no era el oro sino el mero hecho de mantener un patrón, algo que te impide crear tantos billetes (que se utilizan para generar crédito y endeudamiento) como te viene en gana.
En resumen, durante siglos y hasta 1971, cuando imperaba un patrón monetario (el oro), vivíamos en una economía real, de bienes y servicios que se producen y que, a nuestro juicio colectivo (entre todos somos el mercado), mejoran nuestra vida. Después, para intentar luchar contra la progresiva desaceleración en el ritmo del crecimiento económico fruto de la maduración (que es simplemente la incapacidad de seguir creando tantos nuevos inventos y descubrimientos al mismo ritmo), empezamos la metamorfosis hacia una economía financiera, para intentar seguir creciendo a altas tasas.
Conceptualmente y generalizando diría que, antes la sociedad iba generando nuevo proyectos de inversión (nuevos bienes, servicios, tecnologías, inventos, medicinas, descubrimientos, etc) que, poco a poco, iban encontrando dinero para materializarse. Sobraban ideas y faltaba dinero (ahorro). Hoy, tras tres décadas dándole indiscriminadamente a la máquina de hacer billetes, hemos pasado al otro extremo: sobra dinero inversor para proyectos y faltan ideas rentables por sí mismas, sin que sea el apalancamiento lo que genera la rentabilidad.
Termino con otras supuestas palabras de Marc Faber:
“Remember, democracy never lasts long. It soon
wastes, exhausts, and murders itself. There was never a democracy yet
that did not commit suicide.” – John Adams (Quotes from Marc Faber’s
May 2013 report)
(Recuerda, la democracia nunca dura mucho. Pronto se malgasta, se agota, y se mata a sí misma. Nunca ha existido una democracia que no se suicidara)
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