Financieramente, vivimos en el día de la marmota de la película de Bill Murray, donde la cura eterna de Bernanke y su Reserva Federal consiste en aplicar, durante cinco años, cantidades crecientes de la misma medicina a esta economía languideciente: drogas monetarias que sustituyan los sentidos, especialmente el sentido común, por los deseos. Así forjan los gobiernos y sus Bancos Centrales esta recuperación: en vez de sanear realmente la economía (algo que sí vienen haciendo empresas y consumidores) condicionan la recuperación con medidas que agravan los desequilibrios de las cuentas públicas y aumentan más de lo inevitable en toda crisis las diferencias entre ricos y pobres (a los primeros les hacen subir el valor de sus activos y a los otros les regalan inflación en alimentos, energía y vivienda). Está claro, no se puede gobernar en interés de todos y si hay que elegir...
EEUU acumuló $5 billones de dólares de deuda pública en sus primeros 200 años de historia hasta el año 2000. Luego, Bush le añadió (con su "más gasto que ingresos") otros $5 billones. Obama, aumentando deuda, es el campeón de campeones. Ha incrementado su deuda pública en cinco años hasta casi $17 billones ($7 billones), superando ligeramente el tamaño del PIB estadounidense.
Al igual que ocurre en la mayoría de Occidente, la deuda soberana estadounidense sube a velocidad supersónica y todas las previsiones oficiales, que no suelen pecar de pesimistas sino de todo lo contrario, reconocen que va a seguir creciendo. La "venta" de la esperanza ante tan irrefutable realidad la hacen diciendo que en la próxima década habrá bajado esa deuda. Como apunte: en 2001, la Oficina Presupuestaria del Congreso de EEUU vendía la moto de que una década después habrían reducido su deuda a 0. ¡Qué gran capacidad de estimación! Me pregunto dónde compran su bola mágica. Supongo que se la provee su asesor electoral.
El resultado de ir aumentando la deuda pública más rápido de lo que proliferan los conejos es que, periódicamente, esa deuda pública estadounidense supera el máximo legal autorizado. Entonces, tiene lugar un "show" mediático en el que los legisladores americanos intentan ganar imagen pública diciendo lo que habría que hacer y cuyo final es siempre predecible: el aumento del límite de la deuda y hasta dentro de un tiempo, en que habrá que repetir el show. Todo ello para poder seguir gastando el dinero que no tienen y que se supone que algún día alguien deberá devolver (quizás los actuales universitarios, esos que acaban sus estudios con cerca de $30.000 de deuda de media por familia).
Como viene ocurriendo periódicamente en los últimos años, el Secretario del Tesoro, actualmente Jacob Lew, anuncia a los legisladores que el gobierno lleva meses (desde mayo) sobreviviendo económicamente con medidas extraordinarias (por ejemplo, retrasar las aportaciones debidas a los planes de pensiones públicas) y que, en pocas semanas, se acabó lo que se daba. O suben el límite o el gobierno empieza a cerrar servicios. En este caso, la fecha límite oficial se ha establecido en el 17 de octubre de 2013.
Esta historia que se repite me trae a la memoria dos recuerdos. El primero es la comparecencia del Ex-Secretario del Tesoro Henry Paulson ante el Congreso a finales de 2008 para pedir $850.000 millones para salvar a la banca bajo amenaza del "fin del mundo" y con vendiendo que "a partir de ahora serán responsables de sus actos".
Termino con el segundo recuerdo. Ya te lo he mostrado anteriormente y pienso repetirlo cada vez que Obama alcance su límite de deuda y vuelva a utilizar el discurso del miedo para que las Cámaras lo suban y pueda seguir así gastando lo que no tiene:
En 2006, cuando Bush era Presidente, un senador le dijo algo perfectamente aplicable hoy: "The fact that we are here today to debate raising America’s debt limit is a sign of leadership failure. It is a sign that the U.S. Government can’t pay its own bills. It is a sign that we now depend on ongoing financial assistance from foreign countries to finance our Government’s reckless fiscal policies. … Increasing America’s debt weakens us domestically and internationally. Leadership means that ‘the buck stops here. Instead, Washington is shifting the burden of bad choices today onto the backs of our children and grandchildren. America has a debt problem and a failure of leadership. Americans deserve better." Este reproche lo hizo el Senador por Illinois Barak Obama, quien entonces votó en contra de aumentar el límite legal de deuda.
En 2006, cuando Bush era Presidente, un senador le dijo algo perfectamente aplicable hoy: "The fact that we are here today to debate raising America’s debt limit is a sign of leadership failure. It is a sign that the U.S. Government can’t pay its own bills. It is a sign that we now depend on ongoing financial assistance from foreign countries to finance our Government’s reckless fiscal policies. … Increasing America’s debt weakens us domestically and internationally. Leadership means that ‘the buck stops here. Instead, Washington is shifting the burden of bad choices today onto the backs of our children and grandchildren. America has a debt problem and a failure of leadership. Americans deserve better." Este reproche lo hizo el Senador por Illinois Barak Obama, quien entonces votó en contra de aumentar el límite legal de deuda.
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