Hace días,
un artículo del WallStreetJournal se hacía eco de la “inequality of Obamanomics”, es decir,
la desigualdad económica que se ha generado socialmente durante el reinado de
Obama. Creo que las políticas de Obama no son la única causa de este hecho,
pues las crisis tienen esta característica, pero sí que lo han acentuado.
Hoy voy a
relacionar la evolución histórica de varios conceptos económicos como son: la
cantidad de dinero (medida como el balance de la Reserva Federal), la bolsa y la riqueza real de los hogares (ajustada por la inflación).
En circunstancias
normales, se supone que la cantidad de dinero que crea un banco central se
traslada a la economía a través de préstamos a la banca, la cual presta a su
vez a los sujetos económicos. Hoy este mecanismo no funciona bien, lo que hace
que cada nueva unidad monetaria creada no genere tantas unidades adicionales de
actividad económica como en épocas en que este mecanismo de transmisión
funcionaba bien.
A mi entender, entre las causas de que no funcione hoy bien ese mecanismo podríamos encontrar varias: las medidas monetarias extremas generan comportamientos inversores y de consumo diferentes a los parámetros normales, las mayores exigencias de capital a la banca le condicionan para poder prestar más, el gran endeudamiento privado junto con la falta de crecimiento desincentiva a la banca a prestar porque supone arriesgar más de lo históricamente normal por menos (unos intereses bajos), los grandes déficits que los gobiernos generan cada año (gastan más de lo que ingresan) acapara el crédito que puede conceder la banca, etc.
A mi entender, entre las causas de que no funcione hoy bien ese mecanismo podríamos encontrar varias: las medidas monetarias extremas generan comportamientos inversores y de consumo diferentes a los parámetros normales, las mayores exigencias de capital a la banca le condicionan para poder prestar más, el gran endeudamiento privado junto con la falta de crecimiento desincentiva a la banca a prestar porque supone arriesgar más de lo históricamente normal por menos (unos intereses bajos), los grandes déficits que los gobiernos generan cada año (gastan más de lo que ingresan) acapara el crédito que puede conceder la banca, etc.
Metafóricamente,
lo que pasa con las actuales políticas monetarias es lo siguiente:
Tú tienes un
campo seco (la economía) al que quieres hacer llegar agua para que sea fértil
(dinero para generar actividad económica, para facilitar el desendeudamiento,
etc). Para ello, utilizas un grifo situado en una esquina del campo (la Fed).
Tú teoría es que si abres el grifo a tope permanentemente, todo el campo
recibirá agua y conseguirás tu objetivo, que el conjunto del campo sea fértil y
dé frutos (genere riqueza de forma amplia, no concentrada en una zona).
¿Sabes cuál es la diferencia entre la teoría y la práctica? En teoría, ninguna,
en la práctica, mucha. Lo que ocurre en tu campo es que la esquina se encharca de
liquidez, en abundancia, mientras que la mayoría del campo apenas recibe agua.
Los lobbies y los gobiernos se encargan de colocarse junto al grifo, para ser
los primeros en recibir los recursos públicos. Mientras la mayor parte del
campo acusa la sequía, la zona encharcada se ha convertido en un pantanal que
privilegia a los que están ahí pero que tampoco es óptima para el cultivo,
además de que atrae parásitos que pueden dañar las cosechas cuando éstas lleguen (al distorsionar los mercados con dinero
oficial y fácil enriqueces a algunos pero siembras unos desequilibrios que
amenazan a todo el conjunto de la economía).
Los BCs argumentan que hacen lo correcto porque “algo” de agua llega también a las zonas de alrededor del grifo y porque venden que, a la larga, también llegará al resto. Tras un lustro inundando de liquidez, esta normalización ya debería haberse materializado según vendían los promotores de estas medidas hace cinco años. Desde hace tiempo, la táctica intelectualizada de los que no calcularon bien estas políticas es la “Moisés”, que consiste en decir “sigamos por ahí que algún día llegaremos”.
Los BCs argumentan que hacen lo correcto porque “algo” de agua llega también a las zonas de alrededor del grifo y porque venden que, a la larga, también llegará al resto. Tras un lustro inundando de liquidez, esta normalización ya debería haberse materializado según vendían los promotores de estas medidas hace cinco años. Desde hace tiempo, la táctica intelectualizada de los que no calcularon bien estas políticas es la “Moisés”, que consiste en decir “sigamos por ahí que algún día llegaremos”.
Hoy te adjunto tres gráficos interesantes. El primero muestra la correlación (lo que no implica causa única) entre el aumento del balance de la Fed y el índice bursátil Standard & Poor's 500. El segundo relaciona el tamaño del balance de la Fed con el valor total de las compañías cotizadas en la bolsa de Nueva York (NYSE). Aquí se evidencia cómo el dinero oficial creado ha sido correspondido por la subida bursátil (que cada uno deduzca si es casualidad o causa).
El tercero compara la evolución del balance de la Fed y los ingresos de los hogares ajustados por la inflación. El ajuste por la inflación es crucial porque la creación masiva de dinero en los BCs tiende a presionar los precios de la vida al alza. Si no ajustáramos la riqueza al nivel de los precios, podríamos interpretar erróneamente que si un BC hace dinero infinito y se lo da a todos los ciudadanos, los ha hecho más ricos, cuando realmente su poder adquisitivo subiría mucho menos que el valor nominal de esos billetes, ya que el coste de la vida se habría encarecido notablemente. Se generaría una falsa sensación de riqueza.
Para mí, estos gráficos dejan claro qué estratos sociales deben estar más agradecidos al tándem Obama-Bernanke.
El tercero compara la evolución del balance de la Fed y los ingresos de los hogares ajustados por la inflación. El ajuste por la inflación es crucial porque la creación masiva de dinero en los BCs tiende a presionar los precios de la vida al alza. Si no ajustáramos la riqueza al nivel de los precios, podríamos interpretar erróneamente que si un BC hace dinero infinito y se lo da a todos los ciudadanos, los ha hecho más ricos, cuando realmente su poder adquisitivo subiría mucho menos que el valor nominal de esos billetes, ya que el coste de la vida se habría encarecido notablemente. Se generaría una falsa sensación de riqueza.
Para mí, estos gráficos dejan claro qué estratos sociales deben estar más agradecidos al tándem Obama-Bernanke.
No hay comentarios:
Publicar un comentario