Poco importa que las políticas de Hollande me parezcan disparatadas y populistas, pues el mal que arrastra Francia no viene de ahora sino de muchos años atrás. Francia es uno de los mayores y mejores ejemplos de cómo el socialismo europeo, vistiendo la piel de oveja de la solidaridad, ha marginado la creación de riqueza para sustituirla por la redistribución de la misma, preferentemente hacia los que deciden esa redistribución y sus allegados (amigos, empresas, etc). Ahora es cuando nos sale el ramalazo de ingenuo izquierdista y pensamos "no está mal dar dinero de los más ricos a los menos favorecidos". Entonces, alguien nos pellizca y volvemos a la realidad, esa que detalla cómo la clase política francesa (incluidos los compañeros de partido de Hollande) se ha llevado dinero a paraísos fiscales, como algunas empresas privadas son sistemáticamente ayudadas con dinero público, como un montón de ayuntamientos franceses tienen grandes pérdidas (creo que muchas más de las afloradas) por los productos estructurados especulativos que les compraron a la banca, del estilo "si el yen sube contra el franco suizo, entonces ganas X, y a la inversa pierdes".
Por cierto, las pérdidas estimadas DE MOMENTO en Instituciones Públicas SÓLO por lo que les vendió Dexia (uno de los mayores prestamistas mundiales al sector público) va por los €20.000 millones, poco menos de lo que, DE MOMENTO, necesita Chipre (que hace unos días eran oficialmente €17.000 millones y ya son €23.000 millones). ¿Ves cómo se juega a este juego? Mueven la pelotita a ver si le pierdes el rastro, si te olvidas de la última cantidad anunciada, del último intento antidemocrático, y hasta de que tú eres el pagador final de todo ello. Eso no lo olvides, en el reverso de cada problema económico sale tu nombre bajo una frase que pone: "garante junto a su familia con todos sus bienes presentes y futuros".
Hace pocos días decía un funcionario local francés que el Estado debía solucionar el problema de la financiación de los ayuntamientos, en referencia a las pérdidas por los productos de Dexia, que te recuerdo que es pública tras varios rescates. En el fondo hablamos de dos bolsillos públicos franceses peleándose por quién se come las pérdidas. Da igual, porque ellos la han hecho y al final la pagará el ciudadano y las empresas vía impuestos. Más bien, es una pelea para intentar eludir responsabilidades.
Tal y como se plantea el futuro económico en Occidente, con ese enquistado endeudamiento público y el déficit permanente, los gobiernos están ávidos por quitarte tu riqueza (la generada vía IRPF, y la ahorrada vía Impuesto sobre el Patrimonio) para poder mantener su status quo. Cuando además veo a los dirigentes europeos imponer al pueblo sus medidas en temas importantes sin consultarle, intentar saltarse la legislación, o a Obama pretendiendo espiar a sus ciudadanos (vía internet y móvil) y hasta intentar legalizar la posibilidad de matarlos de un bombazo y sin juicio previo (mediante el uso de "drones"), me viene a la memoria una frase de Thomas Jefferson: "When the people fear their government, there is tyranny; when the government fears the people, there is liberty."
Creo que en todo Occidente, la redistribución de riqueza desde el mundo público con el dinero detraído al sector privado ha sido todo menos solidaria. No porque no haya múltiples ejemplos de mejora de servicios sociales con dinero público sino porque junto a esos recursos ha habido muchísimos otros destinados a fines no tan nobles ni legítimos. Pero claro, políticamente basta con presumir de los primeros y obviar los últimos para justificar nuestra necesidad de mantener una estructura pública muy, muy, muy pesada, así como mucho intervencionismo (de ese que no crea riqueza pero al que le encanta decir cómo hay que hacerlo, y luego confiscarla).
¿Por qué te cuento esto? Pues porque los riesgos que apunto desde hace dos años relacionados con Francia y, por extensión, con el euro, siguen tomando forma. Luego quizás algunas consecuencias predecibles también estén más cerca. Por eso te lo cuento. A continuación te muestro varios gráficos sobre algunos indicadores económicos de Francia:
Por cierto, las pérdidas estimadas DE MOMENTO en Instituciones Públicas SÓLO por lo que les vendió Dexia (uno de los mayores prestamistas mundiales al sector público) va por los €20.000 millones, poco menos de lo que, DE MOMENTO, necesita Chipre (que hace unos días eran oficialmente €17.000 millones y ya son €23.000 millones). ¿Ves cómo se juega a este juego? Mueven la pelotita a ver si le pierdes el rastro, si te olvidas de la última cantidad anunciada, del último intento antidemocrático, y hasta de que tú eres el pagador final de todo ello. Eso no lo olvides, en el reverso de cada problema económico sale tu nombre bajo una frase que pone: "garante junto a su familia con todos sus bienes presentes y futuros".
Hace pocos días decía un funcionario local francés que el Estado debía solucionar el problema de la financiación de los ayuntamientos, en referencia a las pérdidas por los productos de Dexia, que te recuerdo que es pública tras varios rescates. En el fondo hablamos de dos bolsillos públicos franceses peleándose por quién se come las pérdidas. Da igual, porque ellos la han hecho y al final la pagará el ciudadano y las empresas vía impuestos. Más bien, es una pelea para intentar eludir responsabilidades.
Tal y como se plantea el futuro económico en Occidente, con ese enquistado endeudamiento público y el déficit permanente, los gobiernos están ávidos por quitarte tu riqueza (la generada vía IRPF, y la ahorrada vía Impuesto sobre el Patrimonio) para poder mantener su status quo. Cuando además veo a los dirigentes europeos imponer al pueblo sus medidas en temas importantes sin consultarle, intentar saltarse la legislación, o a Obama pretendiendo espiar a sus ciudadanos (vía internet y móvil) y hasta intentar legalizar la posibilidad de matarlos de un bombazo y sin juicio previo (mediante el uso de "drones"), me viene a la memoria una frase de Thomas Jefferson: "When the people fear their government, there is tyranny; when the government fears the people, there is liberty."
Creo que en todo Occidente, la redistribución de riqueza desde el mundo público con el dinero detraído al sector privado ha sido todo menos solidaria. No porque no haya múltiples ejemplos de mejora de servicios sociales con dinero público sino porque junto a esos recursos ha habido muchísimos otros destinados a fines no tan nobles ni legítimos. Pero claro, políticamente basta con presumir de los primeros y obviar los últimos para justificar nuestra necesidad de mantener una estructura pública muy, muy, muy pesada, así como mucho intervencionismo (de ese que no crea riqueza pero al que le encanta decir cómo hay que hacerlo, y luego confiscarla).
¿Por qué te cuento esto? Pues porque los riesgos que apunto desde hace dos años relacionados con Francia y, por extensión, con el euro, siguen tomando forma. Luego quizás algunas consecuencias predecibles también estén más cerca. Por eso te lo cuento. A continuación te muestro varios gráficos sobre algunos indicadores económicos de Francia:
El debilitamiento de la producción industrial.
De las previsiones del crecimiento (decrecimiento, de hecho) de su PIB.
De su consumo.
De su mercado laboral.
Del crecimiento de sus beneficios empresariales.
Del manual de cómo destruir un sistema socioeconómico: por ejemplo, que todos los años crezca más el sector público (distribuidor de riqueza) que el privado (generador de riqueza PARA TODOS).
Y lo peor,
De cómo el eterno rival está en racha mientras tú no levantas cabeza.
Draghi ya puede practicar, cual Harry Potter, un nuevo encantamiento que sea tan efectivo como el del verano de 2012 que generó la especulación al alza de la bolsa y del euro. Este último avanzó desde $1.20 a $1.37. Todo un rally basado únicamente en una bonita frase prometiendo el euro eterno. Francia pesa más, muchísimo más que los anteriores. Pero no hay que perder la fe, como se dice en mi tierra, "pagant, San Pere canta" (pagando, San Pedro canta). Yo, después de ver actuar a los banqueros centrales en el último lustro, no subestimaría el poder del lado oscuro.
Quedará por ver si el mercado se la cree, pues no es tan evidente que Alemania esté dispuesta a subir las apuestas, que en el mundo financiero es el Target 2, es decir, los más de €800.000 que ya debe el BCE a su prestamista Alemania. En cualquier caso, la realidad francesa será probablemente la que obligue en los próximos tiempos a Alemania a aceptar los eurobonos (aportando a la Comunidad su dinero, junto a nuestras deudas) y darle a la máquina de hacer billetes, o cambiar de barco.
Sea como sea, a Alemania se le acabará el
paraíso terrenal que actualmente disfruta con la crisis de sus vecinos,
ya sea porque acepte la redistribución de su riqueza nacional hacia sus
socios (vía inflación, quitas, etc), o porque se vaya a otro barco con
sus más amigos (en cuyo caso su divisa nueva se apreciará, dejará de ser tan competitiva y de disfrutar de tipos de
interés propios de la burbuja actual). Con todo lo anterior, entiendo que Merkel contenga la respiración, apriete el estómago, y no se atreva ni a tirarse un pedo antes de las elecciones.
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