lunes, 16 de enero de 2012

MERKEL: SI MAHOMA NO VA A LA MONTAÑA ...

S&P no ha dejado títere con cabeza. En las últimas horas ha rebajado el rating de Europa país por país. Acabamos antes comentando los que no han sido rebajados. Alemania, Holanda o Finlandia han estado entre los agraciados. El Imperio del pequeño Napo ha recibido la notificación que hace ya tiempo que se esperaba, dado que probablemente en los próximos trimestres entrará en el club de los tres dígitos, los que tienen deuda sobre PIB superior al 100%.

En ocasiones he criticado el papel necesario que las agencias de rating han jugado en esta crisis, o para ser más exactos, en crear la burbuja del crédito que después reventó y nos llevó hasta esta crisis (Agencias de Rating: ¿héroes o villanos?). Estas menospreciaron brutalmente el riesgo de muchos de los instrumentos que calificaron (empujadas además por sus conflictos de interés). Lógicamente, por todo ello se las ha demandado y criticado. Hoy ocurre la inversa, les cuesta mucho rebajar el rating a los países desarrollados para no enemistarse con éstos, y cuando lo hacen, es cuando reciben las críticas. Personalmente, creo que mi madre es mucho más solvente que todos esos países que se quejan de no tener un rating "AAA" y que, si las agencias de rating estuvieran libres de la coacción de los gobernantes, habrían bajado los ratings soberanos hace mucho tiempo.

Los políticos justifican cualquier mentira (ya no digamos omisión de la verdad) con la excusa del interés nacional. Los números y las obligaciones son para ti y para mí cuando calculamos los impuestos a pagar. Ellos, pueden saltarse las obligaciones que han firmado (como el Tratado de Maastricht) o publicar una contabilidad nacional que luego se demuestra "errónea". Nadie dimite ni va a la cárcel. Si esto ocurriera en una empresa privada, les lloverían las demandas. A ti, en cambio, se te aplica la ley con sus últimas consecuencias. Yo prefiero la verdad sobre los números, y que cada palo aguante su vela, que cada uno asuma sus responsabilidades, que es la única garantía de futuro de que las cosas se harán bien y/o se reconducirán.

Hace varios meses, los políticos europeos ya amenazaron a las agencias de rating con crear una europea, que lógicamente contaría con el apoyo legal e institucional de las autoridades europeas. A cambio, sólo tendría que decir permanentemente qué bien va todo y qué bien nos gobiernan, sea cual sea la circunstancia real. Otro intento más de quitarnos libertades, esta vez la del derecho a la información.

Ayer, a Merkel se le ocurrió dar otra vuelta de tuerca en esta ley marcial europea en la que nos tienen sumisos. Otra libertad más a quitarnos, otra cacicada más. A continuación te lo detallo:
  • Cuando las agencias de rating rebajan la calificación, algunas entidades financieras, que viven de gestionar los riesgos, por ejemplo las aseguradoras,  se replantean si deben seguir teniendo sus inversiones en esas emisiones/emisores que ahora tienen un peor rating. De hecho, suele haber exigencias legales que impide a las entidades mantener esas inversiones porque se supone que su riesgo ha ido más allá de los razonable para esos fondos de pensiones, de inversión, etc.

Lo que algunos de la coalición de Merkel plantean es prohibir que estas entidades puedan vender esas inversiones (la deuda soberana) cuando hay una rebaja del rating. Otro atentado al Estado de Derecho. No bastó con obligar a la banca a comprar deuda griega bajo la promesa de que no la dejarían caer (un tipo de promesa que genera burbujas), ni a obligarles a aceptar "supervoluntariamente" un quita del 50% o más, ni con obligar también al BCE a comprarla, no bastó con cambiar la contabilidad para mejorar la foto, ni con prestar infinito y casi gratis a la banca a cambio de que financien a los Estados. ¡Qué duro se les hace a nuestros políticos la democracia!, el que los demás puedan informarse y también decidir libremente. Todo menos que paguen los verdaderos responsables, los gobernantes actuales y pasados. Los mercados llevan décadas financiando a los gobiernos y si ahora no quieren seguir haciéndolo es porque no se fían de ellos, dada la inconsistencia/incongruencia de sus políticas. Los gobiernos llevan años mal gestionando y la llegada de la crisis, lo único que ha hecho, es evidenciarlo. Con la crisis, los gobiernos quebrantan sistemáticamente nuestros derechos para tapar sus negligencias. Intentan que la montaña vaya a Mahoma, un juego peligroso socialmente.

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