domingo, 30 de noviembre de 2014

OBAMA Y LA GUERRA SUCIA

Antiguamente, la guerra era algo transparente: un país invadía a otro, arrasando en mayor o menor medida lo que encontraba en su camino. Hoy es diferente. Existen organismos como la ONU que pueden denunciar e incluso sancionar (si no eres de los que la dirigen) las actuaciones internacionales de un país. Para los gobernantes de países democráticos, la guerra puede conllevar muy mala publicidad electoral. Por ello, se recurre cada vez menos a las invasiones y más a los ataques extraoficiales.

A Obama le ha tocado dirigir EEUU durante una de las mayores crisis económicas de la historia, aunque eso no vaya con él, pues sigue gastando como si ésta no existiera y aumentando el endeudamiento consecuentemente. No obstante, el destino ha querido ofrecerle también al gobernante de esta época dos elementos rompedores: el shale gas (obtenido mediante "fracking") y los drones (aeronaves sin tripulación).

En mi opinión, tanto el shale como los drones son lo que los anglosajones llaman "game changer". Como te comenté en mi libro "Alguna vez fuimos ricos?", el shale gas está permitiendo a EEUU producir más energía a nivel nacional y depender menos de las importaciones del exterior. Este aumento de capacidad energética está generando un excedente de carbón, que ahora es exportado a Europa, y una caída generalizada de los precios de la energía a nivel global. La caída del precio del crudo está siendo un terremoto económico para los países cuyas finanzas públicas dependen en buena medida de la exportación del oro negro (la OPEP, Rusia, etc).  

El valor de los drones viene por dos vías: suponen un ahorro en el gigantesco gasto militar estadounidense, por ser muchísimo más baratos que los equipamientos habituales (aeronaves, barcos, combustible, personal,etc), y no generan tanta oposición en la opinión pública y los electores como una guerra abierta (con muertes de civiles y de soldados estadounidenses).

drone strikes
Otra cuestión relevante sobre los drones sería hasta qué punto son efectivos. En ese sentido, The Guardian detallaba que, intentar acabar con 41 objetivos supuso matar a 1147 víctimas. Quizás no deberíamos hablar de "guerra sucia" sino de guerra todavía más sucia que la convencional. Además de ese horror generado "en nombre de la democracia y los intereses de EEUU", debemos ser conscientes de que esos mismos drones que hoy permiten la guerra sucia por parte de EEUU podrán ser utilizados, en el futuro, como armas de ataque de otra guerra sucia: la del terrorismo.

En fin, no deja de ser irónico que el Premio Nobel de la Paz en 2009, el Presidente Obama, haya bombardeado ya 7 países de mayoría musulmana (Afganistán, Pakistán, Yemen, Somalia, Libia, Irak y Siria).

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