domingo, 17 de junio de 2012

HUELE A OTRO FESTIN MONETARIO

La incertidumbre griega es la excusa perfecta para hacer más de lo único que las autoridades saben hacer para solucionar esta crisis: imprimir más billetes. Los mercados ya lo celebran.

Lo bueno es que se prepara otra gran fiesta. Lo malo es que sólo es para los mismos de siempre (el triunvirato Bancos Centrales, banca, y gobiernos) y la pagan los de siempre. Los organizadores vuelves a ser los Bancos Centrales. Sus invitados, a los que van a volver a regalar mucho, mucho, mucho dinero son las entidades financieras y los gobiernos (cuya nueva deuda será comprada por las entidades financieras). Y todo, ¿para qué?, ¿por qué? ¿Para salvar al mundo (la excusa de siempre)? NO. Para que los gobiernos puedan seguir gastando el dinero que no tienen y para que la banca no tenga que recapitalizarse como debiera, haciendo menos ricos a sus dueños y directivos y haciendo que los bonistas y depositantes asuman la responsabilidad que asumen cuando cobran esos intereses. Falta una cuestión, ¿quién paga la fiesta? Los de siempre, tú y yo, a través de la nueva deuda que emiten en nuestro nombre y que nosotros y nuestros hijos tendremos que devolver, mientras nos siguen subiendo toda clase de impuestos, tasas, y recibos regulados (agua, gas, electricidad, teléfono, transporte público, etc).

Si supieran algo de economía y tuvieran algo de moralidad sabrían que, quien puede y debe sacarnos de esta crisis es el consumidor y las empresas. Los verdaderos protagonistas de una economía de mercado sostenible porque son los más eficientes gestionando el dinero, y sus legítimos dueños. Estos a quien esquilman de forma recurrente.

El viernes, Merkel dijo que los inversores no confían en la eurozona. Se quedó muy corta. Ni los inversores, ni los ciudadanos. ¿Cómo podemos confiar en gente que acuerda algo y, en seguida, no lo cumple y/o no exige que otros lo cumplan? La sensación que se transmite es que no hay criterio, no hay firmeza, no hay sinceridad, no hay seriedad, y no hay responsabilidad. Por ejemplo, el 90% de 89 entidades pasaron el "super exigente" stress test europeo. Hoy no estamos, ni de lejos en esos supuestos tan exigentes e improbables que se contemplaban, y aún así, diversos bancos han caído y/o han necesitado capital. ¿Quién responde por ello, por habernos vendido semejante irrealidad/mentira? Como siempre, nadie. Entonces, ¿por qué creernos lo próximo que nos digan? Si los ciudadanos no vemos ninguna consecuencia en sus actos, todo lo contrario que en los nuestros, ¿cómo podemos llamarle a esto democracia cuando vemos como varias castas, sin ningún pudor ni vergüenza, viven al margen de las normas que sí nos someten al resto?

El jueves, Francisco González, Presidente de BBVA, declaró que saldríamos de la crisis si le dieran al BCE poder político para que preste de forma ilimitada al Fondo de Estabilidad Permanente y que éste compre deuda de los Estados. Vaticinó que, al día siguiente, los mercados subirían un 30% ó 40%. ¡Tonto de mí! Y yo que creía que estábamos en una economía de mercado, donde los beneficios empresariales y no el dinero público metido a dedo debía mover las bolsas. Al margen del porcentaje, yo le diría varias cosas a este señor. Primera, ¿se olvida usted que el BCE ya les inyectó dinero de forma "ilimitada" a finales de febrero de 2012 y a finales de diciembre de 2011? Por lo visto no fue suficiente ¿existe dinero suficiente para ustedes? Segundo, ¿cada cuánto se supone que deben prestarles barato el dinero DE TODOS a su gremio y a los gobernantes a quienes los mercados, libremente, no quieren refinanciar? Tercero, ¿cree usted que vivimos en la economía del Monopoly, donde el dinero es infinito y se puede dar a dedo? En el mundo real, prestar ilimitadamente te aproxima a arriesgar ilimitadamente. Cuarto, ¿tan poco cree en la economía de mercado que propone esa planificación centralizada que tan malos resultados ha dado históricamente a la humanidad ... o es sólo cuando les toca ajustarse a la realidad a ustedes y a los gobiernos? (recuerda lo de privatizar beneficios y nacionalizar pérdidas).

Lo que está muy claro es lo poco que les gusta la democracia económica (el mercado) a las castas dominantes. Los banqueros mundiales prefieren unos pocos poderosos a los que apoyar en campaña, subvencionar, prestar, etc. (no he dicho "comprar", aunque lo hayas pensado) ¡Cuanto les gusta esta oligarquía en la que las consecuencias de sus errores, a diferencia de las de los ciudadanos de a pie y las pymes, se financian con el dinero de todos los ciudadanos! Es tan vergonzosa la situación que hasta pueden reclamar públicamente más dinero sin que nada chirríe.

En EEUU, aplican una política monetaria relativamente similar a la europea: la del dinero fácil para aquellos cercanos a la Fed (gobierno y banca). Sin embargo, allí Bernanke cree en lo que hace, aunque a mí me parezca una irresponsabilidad (por los riesgos gigantescos que asume de inflación y burbujas), un acto de soberbia (al manipular los mercados como si él fuera más eficiente decidiendo qué necesitan millones de ciudadanos que ellos mismos), y la más absoluta injusticia social (utilizando dinero público como dinero fácil para los de su entorno). El 21 de noviembre de 2002, Bernanke dio una conferencia en la que explicaba cómo actuar en caso de riesgo de deflación. Lo que allí definió es lo que hoy conocemos como Quantitative Easing1, QE2, y QE 2.5 (conocido como operación Twist). El QE3, que te auguro veremos dentro de poco, seguramente se parecerá a una de las medidas del QE1, comprar bonos de Agencia (Freddie Mac, Fannie Mae, Ginnie Mae) y/o paquetes de hipotecas/préstamos que éstas tengan.

Hoy, tras varios años de crisis y medidas anti-crisis, veo claro cómo la sociedad ha ido deshojando la margarita. Cada vez, mi ingenuo optimismo de que elegiremos el camino sostenible aunque sea cuesta arriba, se va disipando. Al igual que en burbujas anteriores, la sociedad se niega a parar esta burbuja monetaria que estamos creando porque teme los efectos de su explosión. Pero eso no soluciona el problema, lo agrava como precio por aplazarlo un poco más. En algún momento, reventará esta burbuja monetaria, y entonces no habrá dinero suficiente para inflar otra que suavice los dañinos efectos de la que explota. Esta vez no habrá dinero suficiente porque cada burbuja que se crea debe ser mayor que la anterior para tener efectos importantes, y ésta se está sembrando en torno a los gobiernos y el sistema financiero, los dos mayores pilares del riesgo sistémico. Nuestros errores pasados nos trajeron hasta esta crisis. Los presentes la agravan. En Occidente, el desorden social y la necesidad de quitas es el camino que estamos eligiendo para el futuro. No son los recortes sociales la semilla sino que éstos, absolutamente necesarios y apenas aplicados, combinados con la injusticia de beneficiar a algunos a dedo, es lo que garantizará el descontento social y la negación de nuestra obligación de pagar las deudas que los gobernantes de hoy están contrayendo en nuestro nombre.

En los libros de historia se verá muy claro, y los jóvenes se preguntarán: ¿por qué nadie hizo nada? La respuesta siempre es la misma: porque nadie quiere ser el malo que para la música, prefieren ser los salvadores que invitan a otra ronda (con nuestro dinero).

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