sábado, 25 de agosto de 2012

¿ES BERNANKE UN ARMA DE EEUU?

El otro día, mientras conducía, escuché en la radio algunos datos sobre la cantidad de personas que mueren diariamente en el Norte de África por desnutrición. La actual sequía que sufren muchos países ha mermado las cosechas. Por si fuera poco para los que no tienen casi nada, al haber menores cosechas, el precio de los alimentos sube porque hay menos oferta para satisfacer la demanda global.

Como te comenté en SEQUÍA EN EEUU: ¿SERÁ EL TALÓN DE AQUILES DE LA BOLSA?, ese mismo clima anormalmente caluroso que ha favorecido la actividad inmobiliaria en EEUU en los últimos meses (cuando hace mejor tiempo, se venden más casas y también se ven menos películas de vídeo), ha producido una sequía que ha dañado las cosechas. En consecuencia, la producción global de alimentos es menor y éstos se encarecen en los mercados financieros globales. Para la población de los países desarrollados es un problema porque es más inflación. Es un encarecimiento de los bienes básicos en plena crisis. Aunque los chinos maquillen más sus datos del IPC (Índice de Precios al Consumo) volviendo a reducir arbitrariamente el peso de los alimentos en su cálculo (así el total sube menos), o aunque Bernanke diga que la inflación es baja, la realidad es que la fuerte subida afecta a los consumidores globales. Si para el occidental es un problema, para el subdesarrollado y su supervivencia es un drama.

Mientras escuchaba en la radio algunos detalles de la difícil situación que atraviesan muchos seres humanos en referencia al encarecimiento del precio de los alimentos, pensé: ¿qué podemos hacer los demás para paliar parcialmente esa penuria? Se me ocurrió alguna medida como donar dinero una ONG. Además, me pregunté: ¿Qué podríamos haber hecho para evitar ese problema?  Y, ¿sabes en quién pensé? En Bernanke.

Obviamente, yo no le culpo a él de la sequía pero, metafóricamente, llueve sobre mojado. Hace meses, cuando la Fed lanzó el programa Quantitative Easing 2 te hablé de algunos riesgos que yo identificaba y, entre los efectos colaterales estaba el encarecimiento de las materias primas, entre otras, las agrícolas. Hoy te muestro actualizado el gráfico de un índice de la FAO (Food and Agricultural Organization, de la ONU) que se calcula en base al precio de 55 materias primas agrícolas cotizados en mercado internacionales. Como ves en el gráfico, primero cayeron los precios en 2008 por la crisis. Luego rebotaron en 2009 con el inicio de la recuperación. A mitad de 2010, cuando el amigo Bernanke manipuló los mercados financieros con el QE2 buscando espolear el precio de los activos cotizados, el índice se fue a las nubes. Como ves, el índice le debe mucho a Bernanke y sus políticas (y los más ricos del planeta también). A los países más pobres les generó más inestabilidad social. En mi opinión, sus medidas hicieron explotar el orden social en sistemas socioeconómicos débiles como algunas dictaduras de MENA (Oriente Medio y Norte de África). Exagerando, diría que Bernanke ha sido el padre de la primavera árabe. Hoy, la subida en los precios generada por la sequía se suma a la provocada por la Fed.

China se encuentra hoy en una situación delicada: en plena contienda comercial con EEUU, Europa y Japón. Además, acusa un fuerte freno económico. También, se disputa calurosamente algunas islas con varios de sus vecinos. Y por si fuera poco, las importantes subidas de precios de los alimentos generadas por la sequía, por ejemplo en el haba de soja, amenazan con provocar desórdenes sociales. Hasta ahora, se suponía que si la relación de China con EEUU se tensaba, China podía amenazar con no seguir comprando la deuda soberana (Treasuries) que emite su cliente (EEUU) para poder pagarle. Ahora, queda claro que otro QE americano orientado a manipular al alza las materias primas sería un fuerte golpe para la estabilidad interna en China.

Cuando veo, a nivel global, la incidencia social que tienen los precios de las materias primas agrícolas cotizadas, me pregunto: ¿será Bernanke, con su máquina de hacer billetes, el arma definitiva? Si pudiera, le enviaría a Bernanke la cínica foto que me envió un amigo hace algún tiempo. Quizás se le revolvería el estómago como a mí.


miércoles, 22 de agosto de 2012

VIVIR "CON" VERSUS "DE"

Son extremos diferentes, obviamente, con resultados diferentes. A largo plazo, vivir "con", es necesario, vivir "de", catastrófico. Nuestra sociedad lleva muchos años viviendo más "de" que "con". Tanto en la economía como en la vida personal es necesario vivir "con" ilusión (por alcanzar nuestros objetivos), pero no "de" ilusiones, como hacen los mercados financieros cada vez que un gobernante anuncia que va a crear por arte de magia el paraíso terrenal (y encima te lo dice un miembro de una de las castas sociales con mayor responsabilidad en sembrar y empeorar esta crisis).

Es bueno vivir "con" la esperanza de poder superar las adversidades. Pero no "de" esperanza como herramienta que sustituye al esfuerzo, sino como complemento de éste.Para casi todo es imprescindible el optimismo, pero es necesario también que éste parta de la estación del realismo.

Para mí, el optimismo no consiste en creer que el euro, tal y como lo conocemos hoy, "se salvará" (algo a lo que le atribuyo pocas posibilidades). Mi optimismo viene por la capacidad de adaptación del ser humano, no por la negación de lo que cada día parece más evidente. Aunque hubiera una ruptura, tras la convulsión inicial, nos adaptaríamos y volveríamos a crecer. Algunos creen que perderíamos mucha riqueza generada, mucho nivel de vida. Es cierto, pero probablemente inevitable, porque esa riqueza nunca fue totalmente nuestra, era prestada, estaba excesivamente sustentada en el crédito. La burbuja del crédito, mucho del cual se fue a los inmuebles y al (mal)gasto público, consistió en pasar de vivir "con" crédito a vivir "del" crédito.

Ahora, la sociedad culpa de todo a la falta de crédito (y a la banca por no prestar, y a los gobiernos por no obligarles a prestar), pero nadie dice que ha sido precisamente ese exceso de crédito (que tanto gustaba) lo que nos ha traído hasta aquí y que un exceso se soluciona a la inversa (en un plazo realista no una década como quiere Obama y los de su logia). Las autoridades no explican (por ignorancia o cobardía), que en algún momento, la realidad o nosotros mismos (vía las decisiones individuales) pinchamos la burbuja. Las casas no cayeron por culpa del Dios del trueno sino porque los ciudadanos empezaron a frenar las compras porque los precios, espoleados por el exceso de crédito, habían subido hasta niveles más allá de lo razonable/asequible. Los bancos también dejaron de dar créditos porque vieron que habían prestado más allá de lo razonable y empezaban a sufrir impagos. Ese freno económico hizo que las empresas descubrieran que sus bonitas perspectivas futuras, basadas en una prolongación lineal de los años de bonanza al hincharse la burbuja, tampoco eran realistas. Los mercados también empezaron a concienciarse de que ese exceso de gasto público que se suponía sería sostenido por una bonanza eterna, amena hoy la solvencia de muchos países.

Muchos reclaman medidas para que haya ya más crédito y crecimiento. Yo creo que se equivocan porque no se preguntan por qué no fluye el crédito y por qué no crece el consumo y/o la inversión. Ambos se basan en la liquidez y la confianza. La liquidez sobra en el sistema financiero (tanto la Fed como el BCE "guardan", cada uno, cerca de un billón de euros de la banca), aunque luego no llegue, por varios motivos, a la  economía real. Yo quiero tanto como el resto que fluya el crédito, pero de una forma sana, para que sea sostenible y no otra burbuja. Obligar a la banca a prestar por imperativo legal (y no por libre elección) no generará confianza y no funcionará (porque harán trampas para cubrir el expediente prestando a quien no lo necesita y casi no tiene riesgo).
 
Ludwig Von Mises, de la escuela austríaca, definió muy bien el proceso que hoy vivimos: No hay forma de evitar el colapso final de un boom creado por la expansión del crédito. La única duda es si la crisis llega antes, por el freno voluntario en el crédito, o después, con el colapso total del sistema monetario implicado. ¿Tú dónde crees que estamos? Si no lo sabes, mira cómo los políticos y los dirigentes de los bancos centrales intentan sustituir a la economía de mercado, a las libres decisiones individuales, creando billetes para darlos a dedo. 

Por desgracia, el sobreapalancamiento  (sobreendeudamiento) global es todavía tan alto (tras muchos años de crecimiento desmesurado del crédito), que necesitamos más tiempo/años de purga para que la situación se estabilice y vuelvan a darse las condiciones para crecer de forma sana, es decir, equilibrada social y económicamente. A mí no me quitan el sueño los ajustes que creo que inexorablemente veremos, sino que después de cuatro años de parches infructuosos, insuficientes, todavía no hayamos descubierto/aceptado la medicina que nos toca tragar.

Es muy sencillo: el sistema necesita ajustarse a la realidad del momento para funcionar bien. Cuando no se permite ese ajuste, hay que intentar inventarse la confianza con grandilocuentes y/o falsas declaraciones (políticas) e inflando una burbuja monetaria que haga que circule el dinero (aunque apenas pase de la economía financiera a la economía productiva). En una economía de mercado, sin el intervencionismo actual, una burbuja en el crédito se soluciona liquidando esos créditos malos. Sin embargo, para evitar que la banca asumiera sus errores, los bancos centrales mundiales, de forma similar a como hizo Japón hace dos décadas, optaron por crear trillones de dólares y bajar los tipos a cero (con los diversos riesgos/problemas que ello conlleva) para mantener temporal y artificialmente a flote esos créditos no viables. 

En mi opinión, hay tres ajustes necesarios y pendientes en gran medida ¡DESDE HACE CUATRO AÑOS! para que la economía vuelva a crecer de forma sana:
  • Obligar a toda la banca mundial a aflorar las pérdidas ocultas y a recapitalizarse, si es necesario, convirtiendo a los bonistas en accionistas (como mandan las reglas del juego mercantil). En vez eso, ha habido tímidas recapitalizaciones, una contabilidad más flexible para maquillar pérdidas, y unos bonistas intocables, que podrían haber absorbido muchas pérdidas porque representan varias veces el tamaño del capital. Esta solución, limpia y justa hubiera convertido, por sus propias decisiones, en clase media a muchos grandes millonarios y ejecutivos de banca de todo el planeta, una de las castas dominantes. Además, exigirle a la banca en plena crisis coeficientes de capital más altos era asegurar y prolongar la seguía del crédito.
  • Que los gobernantes expliquen que la superestructura laboral pública no es sostenible por la sociedad y que apliquen, no prometan, recortes de verdad (con reducciones de plantilla y cierres de empresas ineficientes), que es como se sanea el sector privado y la economía. (Para evitar desórdenes sociales, también deberían aplicarse el cuento en sus carnes y reducir su número ya).
  • Rebajar dos impuestos directos: IRPF (subiendo el mínimo personal exento) y Sociedades (vía rebaja drástica de las cotizaciones sociales, especialmente a las pymes). Esto sería una inyección de liquidez en vena para LOS DOS ÚNICOS Y VERDADEROS MOTORES DE NUESTRAS ECONOMÍA, los ciudadanos y las empresas. ¿De dónde se creen los que abogan por más gasto/endeudamiento público que viene el dinero de las Administraciones Públicas? Casi exclusivamente de la riqueza que generan empresas y ciudadanos. Aumentar su renta disponible es la forma más rápida y evidente de acabar con la crisis, porque mejorarían sus finanzas, el consumo y la inversión, que es la ÚNICA forma sostenible de salir de la situación actual. Lo demás es populismo cortoplacista.
¡Qué planteamientos tan diferentes de lo que han hecho realmente! Como ejemplo, en España, ahora empiezan a exigirles a la banca que aflore de verdad sus pérdidas por el ladrillo. El gobierno habla de recortes mientras reconoce que debe cerrar/vender/fusionar 600 empresas y que sólo lleva 2. A las empresas les suben impuestos, pero es que a los ciudadanos los destrozan subiendo, creando, y resintaurando impuestos, además de subir todos los precios regulados (agua, gas, electricidad, transporte público, etc). Pues nada,  a seguir sufriendo "con" paciencia a estos gobernantes ineptos que continúan llevándonos por el camino que consiste en seguir viviendo "del" crédito. Lo que empezó siendo una útil herramienta macroeconómica, el crédito, la marcada tendencia cortoplacista de nuestra sociedad lo ha convertido en nuestra droga.

domingo, 19 de agosto de 2012

ENTENDIENDO EL COMPORTAMIENTO DEL EURO/DÓLAR

Hoy, quiero dedicar este artículo a diseccionar el comportamiento del euro frente al dólar en los últimos años. El valor de una divisa, en cada momento, viene determinado por un conjunto de factores que favorecen que ésta se aprecie o deprecie frente a otra/s. Además de tenerse en cuenta criterios teóricos de valoración, también influyen los eventos prácticos que generan flujos de capitales de un lado hacia otro.

Las divisas tienen una característica muy diferente de las del resto de activos que las hace muy valiosas como instrumento de inversión en un escenario tan incierto y peligroso como el que yo contemplo para los próximos años: su valor no es absoluto sino relativo, no tienen un valor por sí mismas sino que son un mero instrumento de valoración cambiaria de tu moneda frente a las del resto del mundo, son una forma de valorar tus bienes frente a los del resto del mundo. En ese sentido, te recuerdo que el dólar ha perdido casi un tercio en la última década frente a sus principales contrapartidas. Igualmente, desde que empezó la crisis, el euro y el dólar se han debilitado de forma generalizada frente al resto de divisas.

Desde un punto de vista fundamental (teórico), utilizando diferentes teorías de valoración como la paridad del poder adquisitivo (que equipara el coste de vivir en un sitio con otro), o el diferencial de tipos de interés oficial (entre dos divisas), la mayoría analistas sitúan el valor teórico de euro alrededor de 1,10 dólares.

Sin embargo, el movimiento de la cotización hacia una valoración del consenso del mercado también se ve afectada por otras circunstancias ajenas a la valoración que generan flujos de capitales. Por ejemplo, en varias ocasiones te he comentado como las políticas monetarias de la Fed (bajar tipos a 0, crear billetes para comprar su propia deuda, etc) están claramente orientadas (aunque no sea su único objetivo) a depreciar su divisa. Incluso los “faroles  mediáticos” de los Bancos Centrales (sobre que medidas tomarán, tomarían, se plantean tomar, prometen que tomarán, etc) buscan manipular la cotización de su divisa (recuerda la promesa del Banco Nacional de Suiza de no permitir que el franco se fortalezca por debajo de 1,20 euros).

En el caso del euro frente al dólar, mucha gente no entiende que la moneda común se mantenga a los niveles actuales (1,23) dada la gran crisis y el incierto futuro de la zona euro. En ocasiones te he comentado que uno de los factores que favorecían la apreciación del euro eran las oleadas especulativas generadas por la Fed (con varias operativas financieras de corto plazo que pasan por vender dólares). Hoy te explico otro factor, que esta vez viene de la economía real, y que está influyendo de forma importante en la fortaleza del euro.

Desde los inicios de la crisis quedó claro que el sistema financiero global estaba hyperapalancado, que el endeudamiento generalizado era muy alto. Por eso, era previsible que la banca dedicaría los siguientes años a desapalancarse, a reducir el tamaño de su balance, a dejar vencer créditos sin conceder otros nuevos, a vender filiales, etc. Para facilitar ese proceso, los gobiernos le dieron a la banca una contabilidad generosa, flexible, a la hora de reconocer pérdidas, y los Bancos Centrales les prestaron muchísimo y baratísimo. Todo esto, junto con el también previsible acaparamiento del crédito por parte de los gobiernos (para financiar sus crecientes déficits) dejaba claro que la economía real no tendría fácil acceso al crédito durante muchos, muchos años.

Había que ser muy ingenuo o ignorante para creerse que una economía moderna, que ha basado gran parte de su crecimiento en el crédito, podría volver a crecer de forma “normal” mientras se reduce el crédito. Si la banca no reconoce sus pérdidas y después se recapitaliza, no prestará. Si además le han aumentado notablemente los requisitos de capital, menos todavía (algo absurdo a mi entender pues no fue la falta de capital sino el shadow banking lo que magnificó el problema). Si los gobiernos no ajustan a la baja el gasto público, necesitan el crédito que la banca pueda conceder (vía compra de los bonos que aquellos emiten) y no hay dinero para la economía privada. En resumen, un problema previsible y gestionado por la banca y los gobiernos a su conveniencia y en contra del conjunto de la sociedad.

Desde 2008, la banca americana reconoció muchas pérdidas y se recapitalizó más que la banca europea, que dejó ese trago amargo para el futuro (lo de siempre). En países como España, la banca incluso se ha permitido (y sigue haciéndolo) seguir dando grandes dividendos, algo incoherente en una situación tan crítica. Todo menos reconocer la gravedad de la crisis (recuerda que la máxima de ese sector es “antes muerta que sencilla”).

Por todo ello, la banca europea lleva varios años desapalancándose, vendiendo activos muchos de los cuales están denominados en dólares. Se estima que las desinversiones bancarias desde el inicio de la crisis podrían rondar los 4 trillones (americanos) de dólares. Convertir periódicamente esos dólares a euros es lo que ha ayudado a mantener la fortaleza del euro. Esos flujos de capitales generados por la progresiva (lenta) adaptación de la banca europea a la crisis y a las nuevas normas de capital (Basilea III) han influido significativamente en el euro, haciendo que mucha gente no entienda la fortaleza de una divisa con graves problemas internos.

De cara al futuro, al margen de la debilidad que el euro pueda acusar por su riesgo de ruptura, existe otro factor que temporalmente podría provocar el fortalecimiento del dólar: la posible repatriación de capitales por parte de las empresas americanas del más de un trillón de dólares que tienen en el extranjero. Muchas empresas americanas se endeudan en EEUU mientras mantienen miles de millones fuera. El motivo es que repatriarlos supondría pagar muchos impuestos en EEUU. Si Obama, o quizás Romney, acceden a favorecer fiscalmente esa repatriación, muchos de esos recursos mantenidos fuera en otras divisas podrían generar un fortalecimiento temporal del dólar al vender la divisa de origen y comprar dólares para llevar el dinero a EEUU. Creo que eso ocurrirá más pronto que tarde, porque EEUU hoy ya tiene problemas para colocar su deuda pública entre extranjeros (por eso se la compra su Reserva Federal), y ese dinero le iría muy bien al amigo Obama para seguir gastando lo que no tiene.
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