jueves, 18 de agosto de 2011

LA VOLATILIDAD: ORIGEN Y CONSECUENCIAS

Parece lógico que los mercados financieros sean volátiles por naturaleza, pues se supone que adaptan sus precios a una realidad cambiante. Una volatilidad muy alta en los mercados financieros no es buena para la economía pues paraliza inversiones, dificulta la financiación, las nuevas emisiones, fusiones, etc. En definitiva, aporta lo que más daña a las empresas: incertidumbre sobre sus costes, proyectos, resultados, viabilidad, crecimiento, etc. En economía y en los mercados financieros, a menudo, lo que ocurre es menos importante que cómo ocurre. Los cambios rápidos en hábitos de consumo, de inversión, de financiación, de perspectivas, etc dañan más a la economía y a la sociedad por su incapacidad para adaptarse a ellos en un plazo muy corto de tiempo que por la naturaleza del evento en sí mismo.


En el sistema financiero, hay varios elementos que magnifican la volatilidad en los mercados. A continuación te detallo algunos que considero que han tenido un papel primordial en los vaivenes de las últimas semanas.
  1. Tipos de interés extremadamente bajos. El hecho de que los principales bancos centrales llevan tres años dando barra libre de liquidez a la banca a tipos realmente bajos y acompañándolo de discursos tipo “low rates for an extended period” hace que los traders de los bancos de inversión y algunos de sus grandes clientes, los hedge funds, inviertan muchísimo a crédito, pues éste resulta muy barato. El efecto es que magnifican las tendencias al alza cuando compran todos a la vez con el dinero prestado del banco central. Cuando la realidad económica se deteriora, o sea, ahora, esos mismos traders y hedge funds deshacen simultáneamente esas posiciones compradas con gran apalancamiento, magnificando las caídas más allá de cualquier valoración razonable. En resumen, en lo que a volatilidad se refiere, las políticas extremas de los bancos centrales ayudan a algunos a ganar especulando con dinero público pero dañan al resto con la volatilidad que generan. 
  2. Las decisiones políticas improvisadas. Si la certidumbre es el mejor compañero de viaje para los proyectos empresariales, la previsibilidad/coherencia en las decisiones políticas y financieras lo es para los mercados financieros. La retahíla de decisiones políticas improvisadas que nos vienen brindando nuestros dirigentes desde que empezó la crisis son el principal lastre para la confianza en la recuperación económica y el bienestar social. El día a día nos recuerda que nuestros políticos no saben ni dónde están, ni a dónde van. Guiados por su ignorancia y falta de criterio, sueltan en cada escenario el comentario/propuesta que consideran más idóneo para apaciguar a su auditorio.  
  3. Las políticas monetarias extremas, arriesgadas y no convencionales. El experimento monetario que están realizando los bancos centrales en la gestión de esta crisis utilizando medidas que distorsionan el normal funcionamiento de los mercados es el mejor caldo de cultivo para provocar una crisis mucho peor que la vista hasta ahora. De hecho, el propio Bernanke ha reconocido que desconocemos los riesgos reales de algunas de esas medidas como el Quantitative Easing. Por ejemplo, el fin de semana pasado, el BCE anunció que compraría deuda soberana italiana y española. Independientemente de mi opinión sobre los riesgos a medio y a largo plazo de ese teórico sacrilegio macroeconómico, la volatilidad que generó en el corto plazo en ese activo y en otros, como las bolsas, no es nada sano. (Recuerda que casi todos los activos financieros están interconectados pues algunos operadores actúan sobre ellos simultáneamente). El gráfico adjunto muestra la violenta caída de la rentabilidad del bonos español a diez años del 6,25% al 5% causada por la subida del precio tras el anuncio del BCE.
Apenas hace un año, Europa anunció el plan de ayuda a Grecia, y el Ibex35 lo celebró con la mayor subida diaria de su historia, ganando un 14,5%. Hoy está un 15% más abajo ¿Qué crees tú que era lo correcto, solucionar la incómoda y real insolvencia griega o vender un optimismo oportuno, irracional e irresponsable? Hoy resalvamos a Grecia, salvamos a Irlanda y Portugal, y España e Italia ya calientan en la banda ¿Alguien en su sano juicio se cree que los bancos centrales pueden sustituir con su dinero artificial a todos los consumidores y/o inversores del planeta? Ya empezamos a ver uno de los costes de tanta irresponsabilidad, la alta volatilidad. Otro coste que apunta maneras es la inflación, pero de ella hablaremos otro día.

martes, 16 de agosto de 2011

LA REENCARNACIÓN DE LAS CAJAS

¡Quién las ha visto y quién las ve! Las cajas se están convirtiendo en bancos, ¡y cotizan! ¿Por qué? Muy sencillo: Los gobernantes las han exprimido hasta la saciedad durante varias décadas, imponiendo en ocasiones criterios de amiguismo político absolutamente contrario a la lógica económica y empresarial. Que si préstale a éste (amigo mío), que si financia a este otro proyecto (afín a mi ideología), que si contrata a aquel (aunque nunca pisará dicha entidad). Todo esa ineficiencia empresarial prolongada año tras año ha debilitado tanto a las cajas que cuando ha llegado el tsunami financiero han sido las primeras en caer. Hoy, al convertirlas en bancos cotizados, los gobernantes dan un primer paso para devolvérselas al pueblo de la única forma posible: alejándoles a ellos de la gestión. No lo hacen por su generosidad ni su profundo sentimiento democrático sino porque estaban tan quebradas que ni el banco central quería seguir financiándolas. Todavía hace falta que los gobernantes dejen de tener tanto peso en su dirección para que los inversores confiemos en ellas como empresas y dejemos de verlas como el brazo financiero del partido político local.

Yo no invertí el dinero de mis clientes en las recientes salidas a bolsa de las cajas (OPVs). Resulta sorprendente que, a pesar de lo baratas que salieron desde una comparativa histórica, la mayoría de inversores institucionales decidieran no invertir, salvo los presionados para ayudar al ejecutivo a colocarlas en mercado (estamos en lo de siempre, esto no es gratuito). En mi opinión, esto ocurre porque no nos fiamos de su contabilidad, pues sabemos que durante la crisis, los gobiernos han suavizado la contabilidad de las entidades financieras para que sigan pareciendo hermosas. Los mercados cotizan mejor un mal dato que la incertidumbre pues éste se cuantifica y se incorpora a los precios actuales. La incertidumbre te hace preguntarte constantemente si el verdadero problema supone 3 ó 300. Ese maquillaje contable justificado en “generar confianza” y contrario al principio contable de prudencia ha aportado incertidumbre sobre el realismo de sus cuentas y, ahora, nos pasa factura. No me cansaré de decirlo, las chapuzas económicas/financieras no son gratuitas.

Entonces, ¿por qué fomentar este maquillaje? Para ayudar al lobby financiero mundial. Con esta medida, las entidades financieras del planeta han evitado recapitalizaciones (ampliaciones de capital) mucho mayores, que hubieran hecho a los banqueros mucho menos ricos, hubieran pulverizado el valor de sus stock options, y muchos directivos de banca hubieran tenido que dimitir sin maravillosas indemnizaciones en lo que podría ser considerado un despido procedente por negligencia grave en sus funciones. Es decir, por asumir grandes riesgos hasta hundir la empresa que dirigían. Además, muchos fondos de inversión habrían sufrido las pérdidas que realmente existían, tan justas como los beneficios que estas entidades les reportaron durante años. Paralelamente, muchas entidades habrían tenido que ser nacionalizadas temporalmente, es decir, salvadas por el estado, pero esta vez a cambio de un justo precio por el riesgo asumido: la propiedad.


domingo, 14 de agosto de 2011

OPTIMISMO, PESIMISMO, REALISMO

Un amigo y compañero de sector me ha sugerido inteligentemente que complemente mis noticias negativas con otras positivas, para dar esperanza al lector y conseguir también sorprenderle. Sobre eso llevo tiempo pensando y creo que merece una explicación. 

La cuestión es: ¿qué busco yo con este blog?

No busco sustituir a los diarios. Tampoco pretendo redefinir el mundo financiero sino aportar más información sobre el mismo, mostrando una parte a la que la mayoría no tiene acceso y a la que yo, por mis circunstancias, sí. Las informaciones oficiales, por conveniencia de los que las trasmiten, se centran básicamente en lo positivo. Lógicamente, las partes más negativas son las que no les interesa mostrar. Yo no niego lo positivo, sólo intento complementarlo mostrando otros lados menos visibles de esa compleja figura que es la realidad.

Mi pesimismo no es permanente sino coyuntural, tiene relación con la situación económica pero sobre todo con las políticas cortoplacistas, irresponsables, y socialmente injustas que se aplican. En 2007 era pesimista y perdí clientes por ello. A primeros de 2009, mientras la banca recomendaba prudencia yo defendía invertir en bolsa. Rascando en los pobres datos de actividad publicados veía brotes verdes, como los índices de pedidos nuevos volviendo a crecer o los inventarios en niveles insosteniblemente bajos.

Yo no veo brotes verdes en el nuevo rescate a Grecia. Hace un año, los gobernantes apostaron al rojo con mucho dinero nuestro y salió el negro. Hoy básicamente doblan la apuesta para recuperar las pérdidas. Hasta el BCE presiona ya para que el fondo de rescate le compre sus bonos griegos sin pérdida, lo que evidencia la unidad de criterio y la confianza interna en el plan.

Hoy veo brotes verdes donde el resto no, en el futuro económico del Reino Unido. Este es prácticamente el único país grande que ha aceptado que esta crisis es estructural y requiere cambios drásticos. Sus gobernantes están realizando importantes ajustes socio-económicos porque son conscientes de que la estructura y nivel de vida actual es insostenible. También saben que recortar de forma importante el gasto público conlleva dos problemas:
  1. Crítica social, manifestaciones, y pérdida de votos.
  2. La economía se debilita en el corto plazo y durante varios trimestres al gastar menos el gobierno.

Creo que todos acabaremos haciendo lo mismo. La diferencia es que unos aceptan voluntariamente someterse a quimioterapia para poder sobrevivir a una enfermedad grave y otros preferimos quitar la palabra cáncer, quita, e insolvencia del diccionario y cruzar los dedos.
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