domingo, 4 de octubre de 2015

¡EL SOUFFLÉ SE DESINFLA!

Muchas veces te he explicado que vivimos en una época de "financialización", donde los mercados financieros "empaquetan", de forma masiva, activos del mundo real para poder comerciar con ellos de forma más homogénea. La financialización no es mala en sí misma, todo lo contrario, facilitar el movimiento de dinero favorece la actividad económica. A través de la financialización conectas de forma imperfecta pero bastante directa los bienes y derechos del mundo real con el mundo de los mercados financieros, con las cotizaciones. La financialización es simplemente una herramienta que, como tal, puede ser utilizada bien o mal.

El problema que hoy presenta la financialización es el siguiente: desde que en 1971 se abandonó el patrón oro y especialmente en las últimas dos décadas, los bancos centrales se han comportado anárquicamente a la hora de crear nuevo dinero. Más allá de sus teorías económicas, que no sé si ellos todavía se creen o simplemente las utilizan para justificar popularmente un desdén monetario que claramente sirve a los intereses de una minoría, los bancos centrales mundiales nos han metido a todos en la mayor burbuja monetaria de la humanidad.

Los bancos centrales se han dedicado a crear muchísimo dinero y a meterlo arbitrariamente en los mercados financieros, a la vez que bajaban el precio del dinero prácticamente a 0% (en el caso de la Fed lleva ya 81 meses con tipos al 0-0,25%). Fruto de esa hiper-manipulación monetaria, el conjunto de los activos cotizados ha recibido entradas ingentes de dinero de especuladores profesionales (bancos de inversión, fondos de inversión, etc) que, por la proximidad de su gremio a los bancos centrales, ha podido invertir con financiación "casi" ilimitada y gratis. Por todo ello, el precio de esos activos financieros y, por extensión, de los activos del mundo real que "empaquetan", ha pasado a estar más influido por los titulares de los bancos centrales sobre cuándo dejarán de fomentar ese dinero gratis, ese "money for nothing", que por el valor intrínseco que el conjunto de la sociedad atribuye a esos activos.

Esta burbuja monetaria, como todas las burbujas, acaba pinchando, y ese es un proceso que empezó hace ya tiempo. Las burbujas pinchan porque éstas requieren estar permanentemente inflándose y alimentando la esperanza de seguir más y más, lo que exige recurrentes entradas crecientes de dinero nuevo, algo imposible de prolongar eternamente aunque las autoridades quieran, ya que muchas cosas empiezan a romperse por el camino.

En mi libro ¿Alguna vez fuimos ricos? te expliqué que Bernanke fue, en gran medida, el responsable del polvorín social que vive MENA (Middle East and North Africa). No le hicieron falta tanques. La burbuja especulativa que generó con su Quantitative Easing hizo que prácticamente doblaran en precio muchas materias primas, lo que hizo que se rompieran algunos eslabones socioeconómicos débiles. Me explico: si dobla rápidamente el precio del trigo y otros alimentos y ya no puedes alimentar a tu familia, tienes un buen motivo para crear una revolución. Si añadimos que políticamente hablamos de dictaduras, con el lógico malestar social por la falta de libertad prolongada durante décadas, el outcome era indiscutible: fuego y sangre.

Esto es un ejemplo de cómo la manipulación de los mercados financieros puede tener consecuencias directas en el mundo real. Hoy vemos ya otro ejemplo: La imposibilidad de China (o de cualquier país) de crecer permanentemente a grandes tasas hizo que se evidenciara ese exceso de precio en las materias primas hace ya un par de años (otro elemento influyente también aniticipado en mi libro de 2013 fue el aumento de la producción petrolera mundial fruto del fracking). Desde entonces, la burbuja de las materias primas viene desinflándose, lo que se está llevando por delante a otros países diferentes de los que sufrieron al inflar la burbuja: los exportadores de materias primas. Hoy sufren grandes turbulencias financieras y su consiguiente riesgo de gran freno económico países como Brasil, Venezuela, Rusia, Chile, Canadá, los países del golfo Pérsico, etc. La burbuja generada por Bernanke y su posterior estallido está reafirmando el status de potencia mundial de EEUU más de lo que hubiera podido aspirar su ejército. Sin embargo, en este mundo global, las economías desarrolladas (EEUU, Europa, y Japón) no son inmunes al freno económico emergente ni al desorden social (véanse las oleadas de inmigrantes que intentan llegar a Europa).

Hoy, la Fed sigue prometiendo que todo va bien mientras no se atreve ni a subir mínimamente el tipo de interés. Tras más de un lustro siguiendo a esos flautistas de Hamelín que son los bancos centrales, quizás hasta los especuladores estén empezando a darse cuenta de que este soufflé monetario global está deshinchándose y de que pueden ser ellos los que se queden sin bote salvavidas cuando se hunda el barco.

Como ya comenté al principio del mandato de Janet Yellen como Presidenta de la Fed, a ella le toca un papelón: intentar deshacer la mega burbuja monetaria creada por sus antecesores Greenspan y Bernanke evitando que estalle todo el sistema financiero global y que entremos en la "Depresión de Depresiones". Por Greenspan no te preocupes, pues tras años cobrando millones por sus conferencias, ya ejerce en una institución financiera. Bernanke, además de dar conferencias sacará próximamente sus memorias. Sirva de evidencia de que estos sujetos nos han sembrado a todos la del pulpo las palabras de Greenspan reconociendo que el oro es el verdadero dinero (frente al papel moneda que ellos multiplicaron como los panes y los peces), y las de Bernanke sugiriendo que él no verá la normalización de los tipos de interés en lo que le queda de vida. ¿Se puede tener más cara?
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