jueves, 3 de octubre de 2013

SE VEÍA VENIR

Dice el refrán que la cabra tira al monte, y es que hay muchas cosas en la vida que son fáciles de prever, aunque no sepamos exactamente la fecha en que ocurrirán. Los lectores habituales de este blog ya saben qué opino de la actual política monetaria de la Fed y de otros Bancos Centrales (peligrosísima, adictiva y socialmente injusta). Desde que creé este blog hace dos años he ido argumentando estas opiniones.

La Fed lleva semanas preparando a la manada especulativa financiera, los bancos de inversión, para que no se pongan nerviosos cuando empiece a reducir el ritmo de sus compras mensuales de bonos y paquetes de hipotecas. En septiembre, la Fed dejó a esa plebe boquiabierta al no atreverse a reducir ni un ápice esos estímulos monetarios. Como algunos llevamos años advirtiendo de que en este laberinto monetario es fácil y agradable meterse pero muy difícil salir, hoy considero oportuno exponerte algunos fragmentos de un artículo de Mike Mackenzie en Financial Times en enero de 2010 sobre el Quantitative Easing. Leyendo estas líneas te darás cuenta de que aplicar políticas monetarias y fiscales cortoplacistas (que maquillan un poco la foto de hoy a costa de envenenar la realidad futura) no es sostenible. Tarde o temprano llega ese futuro acompañado de los problemas que has estado sembrando. Mackencie escribió frases como éstas:
  • Equity and commodity markets have exuded confidence lately that a V-shaped recovery beckons this year - but not so the US Federal Reserve. (La bolsa y el mercado de materias primas apuesta por una recuperación vertical de la economía este año pero la Fed no)
  • But, policy-makers are in a very difficult position and it is one of their own making. (Los dirigentes de la política monetaria están en una situación muy difícil que ellos mismos han creado)
  • For 2010, with the Fed on the sidelines, the market will have to find a home for more than $2,000bn of net issuance. (En 2010, el mercado deberá encontrar dónde poner los más de $2 billones en nuevas emsiones)
  • Becoming the buyer of last resort in the past year resulted in the Fed crossing an important line in the bond market. (Ser el comprador de último recurso en el mercado de bonos durante el año pasado hizo que la Fed cruzara una línea importante)
  • The exit from QE is always going to be messy... (Salir del QE será siempre complicado...)
  • The danger, however, is that the bond market seeks a resumption of buying. A lot of easy money was made on Wall Street bond desks last year thanks to the Fed's buying. Can you blame dealers for not wanting to see that party end? (El peligro es que el mercado de bonos espere que continúen las compras... Los departamentos de Renta Fija de los bancos de WallStreet ganaron mucho dinero el año pasado gracias a las compras de la Fed. ¿Puedes culpar a esos operadores (traders) por no querer que termine la fiesta?)
  • This potentially leaves the Fed trapped, for any sign of a recovery in the economy will be accompanied by rising rates, which in turn threaten sustainable growth and could well shake the equity market.To prevent such a scenario, it is very likely that the Fed will reinforce its role as the buyer of last resort. (Esto mete a la Fed en un atrampa potencial. Una mejora económica iría acompañado de una subida en los tipos de interés, lo que amenazaría la sostenibilidad de esa misma recuperación y convulsionaría a la bolsa. Para evitarlo, la Fed probablemente deberá volver a hacer de garante comprador)
  • All which entails that the eventual end of QE will be a messier affair than perhaps many investors care to think. And one that bodes ill for the dollar and US fiscal policy down the road. (Todo esto sugiere que terminar con el QE será mucho más complicado de lo que muchos inversores piensan. Además, daña al dólar y a la política fiscal del gobierno) 
Hace aproximadamente 3 años, a Bernanke le preguntaron lo siguiente:
"You have what degree of confidence in your ability to control this?" Bernanke: One hundred percent.
Entonces, el ingenuo de Ben también dijo: "We could raise interest rates in 15 minutes if we have to." 

Hace pocos días, Dudley, Presidente de la Fed de Nueva York dijo sobre la esperada salida del QE:
Dudley: "Exit from these unconventional set of policies is certainly feasible... But we do have to be a bit humble about what we don’t know."
Termino con una frase de Joseph Baratta, Global Head of Private Equity de Blackstone, en una entrevista del viernes en la CNBC. Te ahorraré los pormenores: "Estamos en una burbuja del crédito épica... como no he visto en mi carrera en private equity".

Ante tanta evidencia sólo nos queda esperar oír lo que he oído en todas las burbujas que he vivido: primero, "no hay burbuja", luego, "esta vez será diferente, se desinflará poco a poco", para terminar con un "que alguien haga algo, que el gobierno haga algo, que el Banco Central haga algo". Hasta ahora, ese "algo" ha consistido en crear otra burbuja todavía más grande, pero la actual ya toca a los últimos eslabones del sistema socioeconómico: gobiernos y Bancos Centrales. ¿Queda alguien más allá? ¿Es ahora cuando aparece Superman portando riquezas de su planeta con las que pagar las deudas acumuladas por el insostenible nivel socioeconómico que nos regalamos día a día? ¿Hacemos una colecta entre los Reyes Magos? Se aceptan sugerencias.

domingo, 29 de septiembre de 2013

DEBT CEILING, DE NUEVO

Financieramente, vivimos en el día de la marmota de la película de Bill Murray, donde la cura eterna de Bernanke y su Reserva Federal consiste en aplicar, durante cinco años, cantidades crecientes de la misma medicina a esta economía languideciente: drogas monetarias que sustituyan los sentidos, especialmente el sentido común, por los deseos. Así forjan los gobiernos y sus Bancos Centrales esta recuperación: en vez de sanear realmente la economía (algo que sí vienen haciendo empresas y consumidores) condicionan la recuperación con medidas que agravan los desequilibrios de las cuentas públicas y aumentan más de lo inevitable en toda crisis las diferencias entre ricos y pobres (a los primeros les hacen subir el valor de sus activos y a los otros les regalan inflación en alimentos, energía y vivienda). Está claro, no se puede gobernar en interés de todos y si hay que elegir...

EEUU acumuló $5 billones de dólares de deuda pública en sus primeros 200 años de historia hasta el año 2000. Luego, Bush le añadió (con su "más gasto que ingresos") otros $5 billones. Obama, aumentando deuda, es el campeón de campeones. Ha incrementado su deuda pública en cinco años hasta casi $17 billones ($7 billones), superando ligeramente el tamaño del PIB estadounidense.

Al igual que ocurre en la mayoría de Occidente, la deuda soberana estadounidense sube a velocidad supersónica y todas las previsiones oficiales, que no suelen pecar de pesimistas sino de todo lo contrario, reconocen que va a seguir creciendo. La "venta" de la esperanza ante tan irrefutable realidad la hacen diciendo que en la próxima década habrá bajado esa deuda. Como apunte: en 2001, la Oficina Presupuestaria del Congreso de EEUU vendía la moto de que una década después habrían reducido su deuda a 0. ¡Qué gran capacidad de estimación! Me pregunto dónde compran su bola mágica. Supongo que se la provee su asesor electoral.

El resultado de ir aumentando la deuda pública más rápido de lo que proliferan los conejos es que, periódicamente, esa deuda pública estadounidense supera el máximo legal autorizado. Entonces, tiene lugar un "show" mediático en el que los legisladores americanos intentan ganar imagen pública diciendo lo que habría que hacer y cuyo final es siempre predecible: el aumento del límite de la deuda y hasta dentro de un tiempo, en que habrá que repetir el show.  Todo ello para poder seguir gastando el dinero que no tienen y que se supone que algún día alguien deberá devolver (quizás los actuales universitarios, esos que acaban sus estudios con cerca de $30.000 de deuda de media por familia).

Como viene ocurriendo periódicamente en los últimos años, el Secretario del Tesoro, actualmente Jacob Lew, anuncia a los legisladores que el gobierno lleva meses (desde mayo) sobreviviendo económicamente con medidas extraordinarias (por ejemplo, retrasar las aportaciones debidas a los planes de pensiones públicas) y que, en pocas semanas, se acabó lo que se daba. O suben el límite o el gobierno empieza a cerrar servicios. En este caso, la fecha límite oficial se ha establecido en el 17 de octubre de 2013.

Esta historia que se repite me trae a la memoria dos recuerdos. El primero es la comparecencia del Ex-Secretario del Tesoro Henry Paulson ante el Congreso a finales de 2008 para pedir $850.000 millones para salvar a la banca bajo amenaza del "fin del mundo" y con vendiendo que "a partir de ahora serán responsables de sus actos".

Termino con el segundo recuerdo. Ya te lo he mostrado anteriormente y pienso repetirlo cada vez que Obama alcance su límite de deuda y vuelva a utilizar el discurso del miedo para que las Cámaras lo suban y pueda seguir así gastando lo que no tiene: 

En 2006, cuando Bush era Presidente, un senador le dijo algo perfectamente aplicable hoy: "The fact that we are here today to debate raising America’s debt limit is a sign of leadership failure. It is a sign that the U.S. Government can’t pay its own bills. It is a sign that we now depend on ongoing financial assistance from foreign countries to finance our Government’s reckless fiscal policies. … Increasing America’s debt weakens us domestically and internationally. Leadership means that ‘the buck stops here. Instead, Washington is shifting the burden of bad choices today onto the backs of our children and grandchildren. America has a debt problem and a failure of leadership. Americans deserve better." Este reproche lo hizo el Senador por Illinois Barak Obama, quien entonces votó en contra de aumentar el límite legal de deuda.
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