sábado, 23 de junio de 2012

RAJOY DEBE ELEGIR ENTRE SUS DOS POSIBILES INMOLACIONES

Rajoy ganó las elecciones el 20 de noviembre de 2011 con mayoría absoluta para gobernar. Apenas un mes después terminó el traspaso de poder y empezó a gobernar. Lo hizo dándonos la primera en la frente, es decir, haciendo lo contrario de lo que había prometido. Nos subió los impuestos a los ciudadanos de forma masiva aludiendo que las cosas estaban muy mal. Muchos ya lo sabíamos desde hacía tiempo, y lo único que nos preguntábamos cuando repetía en campaña que no los subiría era, si era un ignorante (tiene tela tras cuatro años de crisis), o un mentiroso. Quizás las dos. Lo más positivo que muchos veíamos en Rajoy era la comparativa. Por mediocre que fuera, difícilmente sería más ignorante y mentiroso que el anterior, lo cual ya era una mejora.

Las primeras medidas fueron las fáciles, las de crujir a los indefensos (legalmente), los ciudadanos. Los que vivimos del sector de la economía sabíamos que esas medidas eran sólo parches para ganar algo de tiempo, pero que lo importante eran temas como la insostenibilidad del actual sistema de pensiones, del actual sistema sanitario, la reforma bancaria, la reforma de la superestructura laboral pública y de las Instituciones Públicas, diversas reformas como la laboral (mediocre), la energética, etc.

Sin idolatrarle, algunos manteníamos la esperanza de que, tras las elecciones andaluzas de marzo, tras haber priorizado sus intereses electorales a la aplicación de las reformas necesarias e impopulares electoralmente, por fin nos tocaría ver dichas reformas. Total, si habíamos esperado varios años con el anterior inepto de La Moncloa, podíamos esperar un poco más (aunque quizás los mercados no). 

En los siguientes meses, estamos asistiendo a la reforma financiera (hablo en gerundio porque es como una telenovela en vigor, cada día un capítulo con novedades). Mejor o peor, pero una reforma que obliga a la banca a reconocer pérdidas guardadas debajo de la alfombra contable desde hace años. En mi opinión, algo necesario económicamente y menos injusto socialmente. ¿Cúantos inversores en Bankia y otras entidades financieras se acaban de enterar, de la peor forma posible, de que nuestro sistema financiero no es la envidia europea que ZP predicaba? Claro, si les permitían no reconocer pérdidas, parecían más solventes. Así cualquiera. Sin embargo, antes de recurrir al dinero público para recapitalizar a la banca tras absorber perdidas, los países (no sólo España) deberían establecer de una vez por todas un sistema de conversión rápida de bonistas en accionistas sin pasar por el largo concurso de acreedores y sin que se les garantice sistemáticamente su rentabilidad con el dinero de todos.

Mi gran reproche a Rajoy no es lo que ha hecho (aunque creo que la subida de impuestos es excesiva y detraerá demasiada actividad económica), sino lo que no ha hecho. ¿Para cuándo la reducción A GRAN ESCALA del número de empleados públicos?, ¿Y la fusión de los muchos ayuntamientos insolventes (por sus deudas) e inviables (por sus gastos muy superiores a sus ingresos)? ¿Cuándo reducirán drásticamente el número de Empresas Públicas sistemáticamente deficitarias (es decir, que viven de tus impuestos)? ¿Para qué necesita el pueblo tantos cargos políticos si no hay listas abiertas sino disciplina de partido? Que vaya uno y vote por los votos de todos.

¿Cuáles crees tú que serán las próximas medidas de "crecimiento" que veremos próximamente, alentadas desde la Europa de Hollande? ¿Qué infrestructura será la que utilicen para dar dinero a las grandes empresas contructoras? ¿O de telecomunicaciones? ¿O de autopistas? Si Rajoy quiere crecimiento sano, que baje el IRPF vía subir el mínimo personal hasta, por ejemplo, €9000, y el coste de la Seguridad Social a cargo de la empresa (automáticamente todos los trabajadores serán un poco más eficientes). Por desgracia, el modus vivendi del político es sucumbir a los encantos de los grandes lobbies empresariales.

Creo que Rajoy no puede, o no sabe, o no se atreve a darle ese "revolcón" necesario a la estructura económica y social que España necesita porque cree que se inmolará políticamente de cara al futuro (además de fastidiar en el corto plazo a algunas castas influyentes). Probablemente se inmole, pero quizás, y sólo quizás, si lo hace rápido lleguemos a ver los primeros brotes verdes antes de su reelección, lo que le daría opciones.

El problema para Rajoy es que la alternativa, no hacer dichas reformas, también le está acercando a la inmolación. Lo que Rajoy empieza a descubrir (y quizás Montoro también) es que "cuanto peor, mejor", no funciona. Seguramente están enterándose por fin de dónde estamos y hacia dónde vamos sin esas reformas, y que eso también les inmolará electoralmente. Los mercados, por su parte, no van a dar dinero a unas Instituciones Públicas quizás ya insolventes y poco dispuestas a corregir el rumbo. Ayer me ofrecían deuda de la Generalitat de Catalunya a 2 años al 13,75% anual, y de Andalucía al 13,5%. Muchas emisiones catalogadas como "bono basura" dan menos rentabilidad. El mercado lo tiene claro, como lo tenía con Grecia, a pesar de todo el ruido mediático de los Teleñecos de Bruselas.

Ojalá Rajoy tenga el coraje político (y la desesperación) de hacer un "de perdidos al río", de hacer lo correcto y necesario sin más medias tintas. Para mí, eso pasaría por aplicar ya esas reformas incómodas, primero, e ir a Bruselas a pedir prestado muchísimo dinero barato, por ejemplo una línea de crédito de €500.000M al 1%, similar a las condiciones para la banca, a cambio de esas pruebas de ajuste a la realidad de esta crisis. Si tras esas muestras no se lo dan, ya puede amenazar con irse del euro y hacer un quita del mismo importe, y verás como se les atraganta la cena y le aplauden públicamente. En realidad, aunque no amenace con ello, ahí creo que acabaremos si no hace las reformas. Además, seguro que se lo prestarían, con las ganas que tiene el amigo Hollande de echar mano a esa bomba nuclear que tiene el BCE llamada "printing machine" (máquina de imprimir billetes). El préstamo, por sí solo, únicamente pospone el impago a costa de aumentar la carga futura, por eso no devuelve la confianza de los mercados. Son las medidas de solvencia de cara a los próximos años lo que generan confianza en tu sentido de la responsabilidad.

Mi propuesta/opinión puede parecer descabellada pero yo trabajo diariamente en los mercados financieros y soy uno de esos miles de inversores profesionales que no van a invertir ni duro (¿te acuerdas de él?) en más gobernantes cobardes e irresponsables, porque son la mayor garantía de destrucción de riqueza. También soy drástico porque tengo claro que la ruptura del euro no es un bulo ni una hipótesis improbable sino un camino largo pero cierto que venimos recorriendo desde hace años en la Eurozona.

Termino con una cuestión: ¿realmente tienes alguna duda que mi órdago a Bruselas saldría bien? Mientras la Troika lleva días diciendo que no van a cambiar sustancialmente el acuerdo con Grecia (de hace pocos meses, te recuerdo), el nuevo gobierno griego ya ha anunciado que presionará a La Troika para no hacer más recortes en el sector público (¡si apenas los ha hecho!), para derogar la reciente norma que rebajaba el salario mínimo, y para no anunciar más recortes de sueldos en 2013-2014. Todo eso tras incumplir recurrentemente lo acordado en los últimos años (¿quizás desde 1999?), recibir más de €200.000M, perdonarles unos €130.000M, y prometerles otros €130.000M para los próximos años (¡a un país con un PIB de unos €225.000M!). Los griegos no tienen nada que envidiar al caballo de Espartero. Mi intuición me dice que los mejores jugadores de la eurozona se están planteando hacer su propio equipo porque éste lo tiene todo para acabar mal, muy mal.

miércoles, 20 de junio de 2012

LA FACTURA PERIODICA DE BERLIN

Durante muchos años, Alemania invirtió en la Unión Europea. Su inversión consistió en dar dinero (subvenciones temporales) a los nuevos entrantes más pobres en el club del euro como acicate para que éstos entraran. Una vez dentro, los nuevos países tendrían que competir de igual a igual con alguien mucho más eficiente que ellos sin que la divisa pudiera hacer de factor de ajuste, de defensa exportadora. Entrar suponía cobrar en el corto plazo a cambio de jugarte la habichuelas durante toda la vida compitiendo sin handicap contra algunos de los mejores jugadores del mundo.

Una década después, tal y como predijo Margaret Thatcher, los más ineficientes (Grecia, España, etc) nos hemos arruinado. El dinero inicial ya lo malgastamos, la burbuja inmobiliaria (causada entre otros factores por los bajos tipos de interés que el BCE mantuvo por conveniencia de los países que mandan en Europa) retrasó esta evidencia, la de que nuestra ineficiente economía importa mucho más de lo que exporta, por lo que nuestro dinero se marcha a manos de extranjeros mes a mes, año a año. Al no tener una divisa propia que plasme esta debilidad, perdiendo valor y favoreciendo la exportación, la balanza comercial ha sido y sigue siendo un goteo constante de riqueza de España hacia fuera. Este hecho también se ha materializado en nuestra banca, que ha necesitado irse fuera (donde hay más riqueza) para financiarse.

Alemania fue recuperando su inversión a medida que se le abrían nuevos mercados con competidores más débiles a los que la divisa ya no protegía y, mes a mes, iban exportando a estos países más de lo que importaban. Además, los tipos de interés de Europa se situaban según los intereses del país germano. Por si fuera poco, el euro, al tener miembros débiles en su interior, estaba mucho más débil de lo que hubiera estado el marco alemán, lo que también les permitió exportar más fuera de la zona euro que estando sola. Por el contrario, ese euro demasiado fuerte para los socios débiles también ha colaborado en debilitar más todavía a sus socios pobres/débiles/ineficientes, cuya divisa estaría hoy mucho más depreciada.

Hoy, Alemania disfruta su máximo esplendor (apoyada por una burbuja monetaria, en mi opinión). Gran parte del dinero/ahorro de los países periféricos ha fluido hacia otras economía más solventes como la alemana. Cuando se solucione la crisis del euro o cuando éste se rompa, ese dinero saldrá de Alemania y volverá a su país, creando entonces una crisis en Alemania, tal y como la historia nos ha enseñado una y otra vez. Alemania disfruta y alarga este momento por su conveniencia, pero no le durará eternamente. En la medida en que los mercados perciben que parte de Europa (y yo creo que de Occidente) da muestras de ser insolvente, le exigen más rentabilidad a los bonos soberanos por asumir ese riesgo que ahora es mayor. A Alemania no le queda mucho tiempo de mantener este castillo de naipes pues ya hay gente demasiado grande (España y Italia) sin poder financiarse en los mercados.

En los próximos meses/semanas, los alemanes deben decidir qué hacer, porque esta situación no se sostiene. Tienen varias opciones:
  • Aceptar deuda común (llámese eurobonos, EFSF, ESM, etc). Esta opción es mejor para Alemania en el corto plazo (conserva sus mercados de exportación) pero peor a la larga pues se hará cómplice y víctima conjunta de la gestión irresponsable de otros gobiernos (en la práctica sería darle tu tarjeta de crédito a tu vecino moroso). Intentarán atarlo mediante compromisos de reducción de déficit y bla, bla, bla pero eso ya existió durante Maastricht y casi nadie lo cumplió, ni Alemania. Además, para Alemania, esto sería como el euro: entrar es fácil, pero salir cuesta mucho.
  • Salirse ellos del euro (probablemente con Austria, Finlandia, y quizás Holanda) tras ver que aquí van a aplicar unas políticas monetarias tercermundistas que conllevan riesgo de inflación y burbujas, para acabar probablemente aceptando quitas generalizadas de sus socios vestidas como "algo bueno". Además, una salida voluntaria de los fuertes sería mucho menos traumática para todos que a la inversa.
  • Hacer que quien no acepte el status quo sea extraoficialmente expulsado del euro (Grecia, el primero). Esta opción conlleva el riesgo de que varios puedan unirse contra Alemania (como ya se ve con Monti-Hollande-Draghi) y que puedan invitarla a irse (la opción anterior).
El "timing" para ver qué escenario será el real viene marcado por varios temas. Por un lado, a los alemanes les beneficia la crisis en su forma actual. Están en su mejor momento, recibiendo dinero diariamente desde los países con problemas, lo que les inunda de liquidez y hace que se financies como no lo harían ni es sus mejores sueños. Cuando el euro se salve o reviente, ese dinero volverá a su país, por lo que éste es el climax germano. Para España, la urgencia se traduce en un bono a diez años que cotiza con una rentabilidad superior al 7%, un coste de financiación inasumible para un país no emergente y además en recesión. En Francia, ya se ha materializado el cambio político, con la izquierda ya en el poder y con mayoría. Creo que en breve conoceremos realmente a Hollande, quien se supone dista mucho de las tesis alemanas. El escollo que considero que puede romper el euro por arriba (salida de los fuertes) son los eurobonos, porque son un pérdida de soberanía nacional (poniéndote financieramente en manos de otros países) y porque requiere además cambios constitucionales en muchos países.

Les guste o no, los alemanes deberán elegir si atarse al barco europeo sin posibilidad de volver atrás (por todo lo que tendrán avalado), y de hundirse con él, si fuera el caso. Yo creo que Alemania tiende a la primera opción, el problema está en si tienen claro que eso, en la práctica, y a los hechos me remito, implicará transferir su riqueza a miembros del sur (¿y a Francia?) periódicamente, ya sea aceptando quitas, o concediendo préstamos muy por debajo del precio de mercado para el riesgo que se asume. Esa es la factura que hoy, y periódicamente en el futuro, debe aceptar Berlín si quiere seguir en el euro. ¿Tú lo harías?

domingo, 17 de junio de 2012

HUELE A OTRO FESTIN MONETARIO

La incertidumbre griega es la excusa perfecta para hacer más de lo único que las autoridades saben hacer para solucionar esta crisis: imprimir más billetes. Los mercados ya lo celebran.

Lo bueno es que se prepara otra gran fiesta. Lo malo es que sólo es para los mismos de siempre (el triunvirato Bancos Centrales, banca, y gobiernos) y la pagan los de siempre. Los organizadores vuelves a ser los Bancos Centrales. Sus invitados, a los que van a volver a regalar mucho, mucho, mucho dinero son las entidades financieras y los gobiernos (cuya nueva deuda será comprada por las entidades financieras). Y todo, ¿para qué?, ¿por qué? ¿Para salvar al mundo (la excusa de siempre)? NO. Para que los gobiernos puedan seguir gastando el dinero que no tienen y para que la banca no tenga que recapitalizarse como debiera, haciendo menos ricos a sus dueños y directivos y haciendo que los bonistas y depositantes asuman la responsabilidad que asumen cuando cobran esos intereses. Falta una cuestión, ¿quién paga la fiesta? Los de siempre, tú y yo, a través de la nueva deuda que emiten en nuestro nombre y que nosotros y nuestros hijos tendremos que devolver, mientras nos siguen subiendo toda clase de impuestos, tasas, y recibos regulados (agua, gas, electricidad, teléfono, transporte público, etc).

Si supieran algo de economía y tuvieran algo de moralidad sabrían que, quien puede y debe sacarnos de esta crisis es el consumidor y las empresas. Los verdaderos protagonistas de una economía de mercado sostenible porque son los más eficientes gestionando el dinero, y sus legítimos dueños. Estos a quien esquilman de forma recurrente.

El viernes, Merkel dijo que los inversores no confían en la eurozona. Se quedó muy corta. Ni los inversores, ni los ciudadanos. ¿Cómo podemos confiar en gente que acuerda algo y, en seguida, no lo cumple y/o no exige que otros lo cumplan? La sensación que se transmite es que no hay criterio, no hay firmeza, no hay sinceridad, no hay seriedad, y no hay responsabilidad. Por ejemplo, el 90% de 89 entidades pasaron el "super exigente" stress test europeo. Hoy no estamos, ni de lejos en esos supuestos tan exigentes e improbables que se contemplaban, y aún así, diversos bancos han caído y/o han necesitado capital. ¿Quién responde por ello, por habernos vendido semejante irrealidad/mentira? Como siempre, nadie. Entonces, ¿por qué creernos lo próximo que nos digan? Si los ciudadanos no vemos ninguna consecuencia en sus actos, todo lo contrario que en los nuestros, ¿cómo podemos llamarle a esto democracia cuando vemos como varias castas, sin ningún pudor ni vergüenza, viven al margen de las normas que sí nos someten al resto?

El jueves, Francisco González, Presidente de BBVA, declaró que saldríamos de la crisis si le dieran al BCE poder político para que preste de forma ilimitada al Fondo de Estabilidad Permanente y que éste compre deuda de los Estados. Vaticinó que, al día siguiente, los mercados subirían un 30% ó 40%. ¡Tonto de mí! Y yo que creía que estábamos en una economía de mercado, donde los beneficios empresariales y no el dinero público metido a dedo debía mover las bolsas. Al margen del porcentaje, yo le diría varias cosas a este señor. Primera, ¿se olvida usted que el BCE ya les inyectó dinero de forma "ilimitada" a finales de febrero de 2012 y a finales de diciembre de 2011? Por lo visto no fue suficiente ¿existe dinero suficiente para ustedes? Segundo, ¿cada cuánto se supone que deben prestarles barato el dinero DE TODOS a su gremio y a los gobernantes a quienes los mercados, libremente, no quieren refinanciar? Tercero, ¿cree usted que vivimos en la economía del Monopoly, donde el dinero es infinito y se puede dar a dedo? En el mundo real, prestar ilimitadamente te aproxima a arriesgar ilimitadamente. Cuarto, ¿tan poco cree en la economía de mercado que propone esa planificación centralizada que tan malos resultados ha dado históricamente a la humanidad ... o es sólo cuando les toca ajustarse a la realidad a ustedes y a los gobiernos? (recuerda lo de privatizar beneficios y nacionalizar pérdidas).

Lo que está muy claro es lo poco que les gusta la democracia económica (el mercado) a las castas dominantes. Los banqueros mundiales prefieren unos pocos poderosos a los que apoyar en campaña, subvencionar, prestar, etc. (no he dicho "comprar", aunque lo hayas pensado) ¡Cuanto les gusta esta oligarquía en la que las consecuencias de sus errores, a diferencia de las de los ciudadanos de a pie y las pymes, se financian con el dinero de todos los ciudadanos! Es tan vergonzosa la situación que hasta pueden reclamar públicamente más dinero sin que nada chirríe.

En EEUU, aplican una política monetaria relativamente similar a la europea: la del dinero fácil para aquellos cercanos a la Fed (gobierno y banca). Sin embargo, allí Bernanke cree en lo que hace, aunque a mí me parezca una irresponsabilidad (por los riesgos gigantescos que asume de inflación y burbujas), un acto de soberbia (al manipular los mercados como si él fuera más eficiente decidiendo qué necesitan millones de ciudadanos que ellos mismos), y la más absoluta injusticia social (utilizando dinero público como dinero fácil para los de su entorno). El 21 de noviembre de 2002, Bernanke dio una conferencia en la que explicaba cómo actuar en caso de riesgo de deflación. Lo que allí definió es lo que hoy conocemos como Quantitative Easing1, QE2, y QE 2.5 (conocido como operación Twist). El QE3, que te auguro veremos dentro de poco, seguramente se parecerá a una de las medidas del QE1, comprar bonos de Agencia (Freddie Mac, Fannie Mae, Ginnie Mae) y/o paquetes de hipotecas/préstamos que éstas tengan.

Hoy, tras varios años de crisis y medidas anti-crisis, veo claro cómo la sociedad ha ido deshojando la margarita. Cada vez, mi ingenuo optimismo de que elegiremos el camino sostenible aunque sea cuesta arriba, se va disipando. Al igual que en burbujas anteriores, la sociedad se niega a parar esta burbuja monetaria que estamos creando porque teme los efectos de su explosión. Pero eso no soluciona el problema, lo agrava como precio por aplazarlo un poco más. En algún momento, reventará esta burbuja monetaria, y entonces no habrá dinero suficiente para inflar otra que suavice los dañinos efectos de la que explota. Esta vez no habrá dinero suficiente porque cada burbuja que se crea debe ser mayor que la anterior para tener efectos importantes, y ésta se está sembrando en torno a los gobiernos y el sistema financiero, los dos mayores pilares del riesgo sistémico. Nuestros errores pasados nos trajeron hasta esta crisis. Los presentes la agravan. En Occidente, el desorden social y la necesidad de quitas es el camino que estamos eligiendo para el futuro. No son los recortes sociales la semilla sino que éstos, absolutamente necesarios y apenas aplicados, combinados con la injusticia de beneficiar a algunos a dedo, es lo que garantizará el descontento social y la negación de nuestra obligación de pagar las deudas que los gobernantes de hoy están contrayendo en nuestro nombre.

En los libros de historia se verá muy claro, y los jóvenes se preguntarán: ¿por qué nadie hizo nada? La respuesta siempre es la misma: porque nadie quiere ser el malo que para la música, prefieren ser los salvadores que invitan a otra ronda (con nuestro dinero).
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