viernes, 12 de octubre de 2012

Y TÚ, ¿EN QUÉ TRABAJAS? ...YO VENDO HUMO

Estos días en que el paro es un tema de actualidad a nivel mundial, y especialmente en algunos países como España, me vienen a la cabeza algunos recuerdos previos a la crisis. Un amigo y lector de este blog con el que trabajé hace años me dijo un vez: ¿a veces no te da la sensación de que vendemos humo? Él lo decía porque la banca, para atraer a los clientes, o más concretamente al dinero de los clientes (el cliente les importa un bledo), siempre vende esperanza. Todos sabemos que una dulce mentira es mucho más apreciada, en la práctica, que una dura realidad. Lo malo no es que vendan esperanza sino que lo hacen por su propio interés y sin importarles si esa esperanza es remotamente posible o sólo un sueño eterno.

En los últimos meses, el crecimiento de los beneficios empresariales se ha ralentizado de forma importante. Es normal, si tenemos en cuenta que la economía americana ha frenado su crecimiento (a pesar de los permanentes y periódicos "chutes" monetarios). Los emergentes acusan el cansancio de una década prodigiosa (algunos como China e India rebajan su crecimiento de niveles cercanos al 10% hacia el 7%, y Brasil del 7% a menos del 3%). Europa sigue siendo una tragedia, y no sólo griega. Sus desequilibrios, sus déficits, y su desunión siguen avanzando, en vez de retroceder. Los osados ignorantes que nos gobiernan ya no se atreven a decir tonterías como "lo peor ya ha pasado", o "Grecia es solvente". Sólo el dictador monetario de la zona euro, el Presidente del BCE, Mario Draghi, osa farolear mediáticamente con los mercados. Se supone que es por una buena causa: manipular los mercados para que reflejen su voluntad y no la de los ciudadanos/inversores. ¿Crees que deberíamos darle las gracias?

El resultado de esta mediocre economía global no es el natural, que los mercados la reflejen. Gracias a los manipuladores monetarios oficiales, los mercados viven en su propia dimensión (aunque todos sabemos lo que ocurre cuando finalmente vuelven a la nuestra).

Como te explicado en alguna ocasión, el sector financiero (y la sociedad en general) vive mejor cuando todo sube, cuando todo va bien. Se generan más comisiones de intermediación, de gestión de los patrimonios, de operaciones de compra/venta entre empresas, más créditos, etc. Por ello, el sector tiene un sesgo permanente a vender optimismo, o mejor dicho, a estimular interesadamente el optimista que todos llevamos dentro. Sólo hay que vestirlo todo un poco (o bastante), y encender la neurona de la avaricia metiendo prisa al cliente para que no pierda esta oportunidad histórica de hacerse rico. Hoy te mostraré datos que apoyan mis argumentos.

Como ejemplo de lo que hablo, te detallo el título de un informe que publicó en primavera uno de los mayores (y mejores) bancos mundiales de inversión: "Previsión de Resultados del 1er trimestre 2012 del S&P500. CUATRO MOTIVOS POR LOS QUE UNOS DÉBILES RESULTADOS SERÁN BUENOS PARA LAS COTIZACIONES..."
 
Cuando analizas algo y encuentras un patrón, una pauta que se repite, intentas modelizarlo, identificar los drivers, ya sea matemática o intuitivamente. A continuación te adjunto un gráfico interesante, a ver qué patrón identificas tú.

El gráfico comprara los beneficios operativos (los que se producen por la práctica habitual de la compañía) de las 500 compañías del S&P500 estimados por los analistas con doce meses de antelación, frente a los beneficios que realmente se han producido en los doce meses. En mi opinión, el resultado está claro: hay un permanente exceso de conveniente optimismo arraigado en la médula del sistema.

Te adjunto otra forma de verlo: calculando los errores de estimación sobre la realidad materializada. Observando que el error es mayoritariamente de sobreestimación, de ver sistemáticamente el vaso medio lleno y casi nunca medio vacío, uno se pregunta cuantas gotitas bastan para dar rienda suelta a esa tendencia.



Una encuesta reciente realizada por Social Science Research Network a unos 170 Directores Financieros (Chief Financial Officer, CFO), mayoritariamente de empresas cotizadas, indicaba que un 20% maquillaría los resultados convenientemente, y más del 93% admitió que el valor de sus acciones, les influye. Teniendo en cuenta que su audiencia, sus clientes a los que vender las bondades de su empresa, los analistas de los bancos, también tienen un incentivo para vender un sobreoptimismo, se juntan el hambre y las ganas de comer.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...