miércoles, 4 de junio de 2014

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y EL SELF-SERVICE INTELECTUAL

Self-service intelectual es donde yo diría que vive el mundo mediático actual que rodea a los mercados financieros. ¿Cómo funciona? Es muy fácil: cojo lo que me gusta e ignoro el resto de la realidad. En la práctica, coges los datos económicos que hayan sido publicados hoy, destacas aquellos que han mejorado y omites los que han empeorado. Para el self-service intelectual no es relevante qué datos son importantes y cuáles no a la hora de analizar la situación económica.

Este artilugio supuestamente "fabricante de confianza" tampoco profundiza en si hay factores que puntualmente han afectado a esos datos, pues eso exigiría rascar en los números y el objetivo no es conocer mejor la realidad que nos rodea sino crear la percepción que las autoridades consideran que más nos conviene. Cualquiera que no actúe así es un hereje en medio de un sistema feudal de creyentes. Además, de la misma forma que no importa conocer bien lo que hay, tampoco se compara con lo que había, es decir, ¿tiene sentido destacar datos que han mejorado este mes y obviarlos en los meses pasados cuando no brillaban? Pues da igual porque no se trata de que tenga sentido sino de que veas la imagen que algunos han decidido que te conviene ver. El sentido es para los que piensan y tú, para ellos, eres sólo sensibilidad. Una sensibilidad que vota.

Resulta curioso ver cuánto le cuesta a los que ocupan un puesto relevante reconocer lo que no funciona y, en contraposición, qué fácil les resulta cuando ya no lo ocupan. Si tiras de hemeroteca verás a Strauss-Khan reconociendo, tras dejar el FMI, que Grecia no era solvente (pero su FMI le había dado mucho dinero poco antes), y a Lagarde reconociendo que los bancos europeos necesitaban más capital tras dejar de ser Ministra francesa de Economía para irse al FMI. Vamos, que soy moro o cristiano según la creencia que me interese vender en cada sitio y momento.

Como ya sabes, yo no coincido con los que hablan de la gran recuperación americana y que seguro se extenderá, en breve, al resto del planeta y, posteriormente, al resto de la galaxia. Sí creo que hay una recuperación americana tibia (la menor desde la Segunda Guerra Mundial), desigual (la propia crisis acentúa las diferencias económicas en la sociedad y las políticas aplicadas oficialmente las han magnificado todavía más), e insostenible (por estar basada en medidas que la historia dice que acaban destruyendo muchísima riqueza). Sí coincido en que EEUU es hoy el enfermo menos debilitado por la pandemia (aunque algunas de sus medicinas pueden acarrear efectos secundarios gravísimos).

Para todos esos que creen que, a pesar las distorsiones monetarias y mediáticas, los mercados hoy son sanos les voy explicar un ejemplo real que muestra cómo sólo valoran aquella parte de la realidad que les gusta. El 26 de abril de 2013 se publicó la primera estimación oficial del PIB estadounidense del primer trimestre de 2013. Como los BCs han fomentado el "de ilusión también se vive" en los mercados financieros, el consenso de analistas esperaba un crecimiento trimestral anualizado del 3%, que era un crecimiento normal antes de la crisis y parecía factible porque veníamos de un anémico cuatro trimestre de 2012. Se publicó un crecimiento del 2,5%, es decir, más flojo de lo esperado. A pesar de eso, el S&P reculó la friolera de un 0,18% ese día, para continuar con su senda alcista en las siguientes sesiones. El 26 de junio revisaron ese mediocre 2,5% al 1,8%. Más horrible todavía. Y... ¿qué hizo el S&P? Pues subir un 0,95%. 
 
Posteriormente, el 31 de julio de 2013, se publicó un dato del PIB del segundo trimestre de 2013 en el que la economía creció un 1,7% comparado con el trimestre anterior y expresado de forma anualizada. Entonces, el mercado esperaba un crecimiento del 1%. ¿Realmente fue bueno el dato? Pues no exactamente porque el dato anterior se revisó a la baja desde +1,8% a +1,1%. Es decir, lo que batía al mercado no era más que el reflejo de rebajar el punto de partida anterior sobre el que lo comparabas.

Te he explicado múltiples ejemplos del irrealismo alcista que, día a día, va sucediéndose en los mercados financieros y en la economía. Ya puestos, te cuento otro ejemplo. Keith Hall, fue el responsable de la Oficina de Estadísticas Laborales (Bureau of Labor Statistics) desde 2008 hasta enero de 2012. Tras dejar el cargo opinó que la economía americana estaba mucho peor que lo que se deducía del cálculo del desempleo del 7,6%, ya que ese dato estaba distorsionado y, en su opinión, la realidad rondaría un 3% superior, es decir, más del 10%.

En resumen, una y otra vez, los mercados, espoleados por unas autoridades y unos medios de comunicación obsesionados por contar sólo aquellas partes bonitas de la película de la realidad, avanzan distanciándose más y más de esa realidad. ¿Es que nunca aprenderemos que distorsionar positivamente la imagen de lo que hay contribuye más a empeorarla que a mejorarla? ¿Qué es mejor para sembrar el futuro, diagnosticar bien una enfermedad o autoconvencerse de que estamos sanos?
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