viernes, 9 de mayo de 2014

NO HAY INFLACIÓN, ¿NO?

Nuestro sistema socioeconómico está basado en principios que rigen las relaciones entre las personas. Éstos se materializan en normas legales y políticas a aplicar por parte de los gobernantes. Como la sociedad evoluciona, esos principios también. En ese sentido, el plano económico no es una excepción.

En el último siglo y medio son muchas las teorías experimentadas en la vertiente económica. Algunas veces hablamos de capitalismo, otras de comunismo, de keynesianismo, de monetarismo, de intervencionismo, de liberalismo, etc. Hoy probablemente vivimos económicamente en una mezcla de muchos "ismos".

Hoy, entre las teorías que orientan las decisiones de los Bancos Centrales que nos gobiernan prevalece la idea de que la inflación (subida generalizada de los precios) es buena, si no es muy alta (de gran magnitud). Igualmente, piensan que la deflación (caída de los precios) es mala. El motivo de semejante creencia es el siguiente: desde hace varias décadas, desde que se abandonó el patrón oro en 1971, los BCs empezaron a poder imprimir tantos billetes como creyeran oportuno (antes sólo podían hacerlo en base a la cantidad de reservas de oro que tenían). Con este cambio de planteamiento, los BCs utilizaron la creación de nuevo dinero como medicina para la economía. Cuando la economía entraba en un ciclo de ajuste (recesión) tras un ciclo expansivo, los BCs intentaban minimizar la duración y la magnitud de ese freno económico propio de esa fase del ciclo económico bajando los tipos de interés y creando dinero nuevo que era metido en el sistema para favorecer la reactivación económica. Esa práctica tiene virtudes y defectos. Como suele ocurrir en lo referente al ser humano, prevalece lo que genera beneficios a corto plazo hasta el punto de obviar los riesgos a largo. Por desgracia, ese largo plazo, al final siempre llega, y es lo que estamos viviendo tras casi cuatro décadas.

La virtud de estimular la economía con más dinero es que ayudas a que ésta se acelere: como hay más dinero hay más gente haciendo transacciones. El defecto: que la economía no purga sus excesos y va acumulando, ciclo tras ciclo, esa falta de ajustes. Ésta se maquilla en la economía mediante el impulso que genera en el corto plazo más y más crédito barato. Con el tiempo, ese crecimiento sistemático del crédito tiende a generar inflación (presión al alza en los precios) y turbulencias financieras (burbujas al entrar el dinero nuevo rápidamente en un activo, y crisis cuando se revierte esa tendencia). Otro problema adicional que genera el uso del crédito como medida expansiva, no sólo como vehículo económico necesario en una economía moderna, es la dependencia. Sólo aporta a la economía en la medida en que se incrementa la cantidad de crédito existente, lo que obliga a crear y favorecer sistemáticamente el acceso y el deseo de más crédito. Al final, el crédito no sirve para lo que fue creado. En vez de servir para favorecer transacciones en la economía que generan valor pero que están a la espera de obtener recursos que las financien, el crédito sirve a sí mismo. Éste debe crecer simplemente para que haya crecimiento económico independientemente de si se canaliza hacia una utilización productiva, que añada valor a la sociedad, o sirve simplemente para hacer ruido económico, para circular por el sistema. La inflación y las burbujas son diferentes síntomas de la excesiva acumulación de dinero en una parte de la economía que supera a la que ésta puede absorber en el corto plazo.

Otro efecto nocivo que tiene el crédito es una consecuencia derivada de la dependencia: la acumulación excesiva, es decir, el riesgo de insolvencia. Los ciclos económicos que se van sucediendo nos encuentran cada vez con más crédito acumulado (endeudamiento) y más ajustes necesarios sin realizar. Los más optimistas con estas teorías opinan que eso no es un problema porque todas las magnitudes económicas, por ejemplo el PIB, también crecen. ¿El problema? Que en el mundo real acaba creciendo mucho más el crédito fácil y barato y, por extensión, el endeudamiento acumulado, que la dura y exigente creación de actividad económica. El resultado: una economía que cada vez depende más de mucho dinero y muy barato. Ha de ser muy barato no sólo para conseguir el incremento necesario para favorecer el crecimiento económico sino además para no caer en la insolvencia. En mi opinión, la insolvencia a gran escala es el futuro probable de un sistema monetario de estas características. Si en una escuela, para aprobar, se permite sistemáticamente hacer trampas a los alumnos en vez de estudiar, ¿qué futuro les auguras a ese conjunto de alumnos? Acabarán con un título oficial pero sin conocimientos ni práctica en el esfuerzo. Y ¿qué es lo que ayuda principalmente a que funcione el sistema, aprender conocimientos o que muchos aparenten tenerlos? Se suple el esfuerzo necesario para sembrar un buen fondo por la comodidad en la forma.

Cuando yo critico las estadísticas oficiales con que convivimos no es que piense que son mentira, es que tengo claro que son medias verdades modificadas convenientemente por las autoridades para sus fines y amparándose en que eso responde al bien común, algo falso a mi modo de verlo. Maquillan y manipulan los datos para esconder la materialización, en parte por sus políticas, de riesgos como los que te acabo de comentar. En ese sentido, Sir John Cowperthwaite lo tenía muy claro. Hoy es políticamente correcto aplicar desde la oficialidad el "fake it until you make it", que podríamos traducir como "miente hasta que consigas que sea realidad lo que has dicho".

Un ejemplo claro es el PIB. Sólo en los últimos meses se ha ajustado la forma de medir el PIB desde África hasta EEUU, pasando por Reino Unido. Casualmente, siempre son cambios que te dicen que el PIB es ahora mayor que hace un minuto. Este ejemplo es muy importante para la imagen política. Con crisis o sin ella, los gobernantes siguen gastando muchísimo más de lo que ingresas, lo que se llama déficit en los Presupuestos del Estado y conlleva aumentar la emisión de nueva deuda para poder pagar esos excesos adicionales. El endeudamiento no se mide sólo por la cantidad de deuda existente sino que se pone en relación a algo, por ejemplo el PIB (popular medida del tamaño de la economía). Como las economías occidentales han aumentado desde el inicio de la crisis su deuda sobre el PIB de aproximadamente el 65% a niveles del orden del 100%, decir que tengo un PIB mayor implica decir que estoy menos endeudado en relación a mi economía, que estoy más lejos de la insolvencia de lo que "algunos exagerados y pesimistas, que no prudentes realistas" opinan.

Otro dato clave para que los BCs puedan hacer tantos billetes nuevos como quieran y dárselos a quien quieran es la inflación (subidas de precios). Mientras ese indicador oficial no suba mucho anualmente se supone que sus políticas no son nocivas (como las burbujas no son fácilmente definibles, esta variable tampoco cuenta demasiado). Cambiar oficialmente el peso de los elementos utilizados al medir la inflación sirve para que el canal mediático pueda vender que la ciudadanía no apenas pierde poder adquisitivo al subir los precios en pequeña magnitud. 

Como yo no estoy aquí para vender bulos ni perder el tiempo, simplemente te adjunto unos gráficos recientes de la evolución en EEUU de alimentos básicos como la carne de vacuno:



La de cerdo:


O incluso las gambas:

Mientras algunos miembros de la Fed, como el Presidente de la Fed de Dallas, Fisher, reconocen que las políticas de la Fed han hecho a los ricos mucho más ricos y no está claro si ayudarán a la clase media, otro (hoy digo el pecado, no el pecador), tonto como un zapato, dijo hace meses que no había inflación como podía verse por las bajadas de precio de gadgets tecnológicos como los iphones, tablets, etc.

Hoy te regalo otra medición de la recuperación forjada por los servidores públicos y con dinero público desde hace aproximadamente un lustro.

http://www.zerohedge.com/sites/default/files/images/user5/imageroot/2014/05/Yellen%20hearing%20slide.jpg

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