miércoles, 20 de junio de 2012

LA FACTURA PERIODICA DE BERLIN

Durante muchos años, Alemania invirtió en la Unión Europea. Su inversión consistió en dar dinero (subvenciones temporales) a los nuevos entrantes más pobres en el club del euro como acicate para que éstos entraran. Una vez dentro, los nuevos países tendrían que competir de igual a igual con alguien mucho más eficiente que ellos sin que la divisa pudiera hacer de factor de ajuste, de defensa exportadora. Entrar suponía cobrar en el corto plazo a cambio de jugarte la habichuelas durante toda la vida compitiendo sin handicap contra algunos de los mejores jugadores del mundo.

Una década después, tal y como predijo Margaret Thatcher, los más ineficientes (Grecia, España, etc) nos hemos arruinado. El dinero inicial ya lo malgastamos, la burbuja inmobiliaria (causada entre otros factores por los bajos tipos de interés que el BCE mantuvo por conveniencia de los países que mandan en Europa) retrasó esta evidencia, la de que nuestra ineficiente economía importa mucho más de lo que exporta, por lo que nuestro dinero se marcha a manos de extranjeros mes a mes, año a año. Al no tener una divisa propia que plasme esta debilidad, perdiendo valor y favoreciendo la exportación, la balanza comercial ha sido y sigue siendo un goteo constante de riqueza de España hacia fuera. Este hecho también se ha materializado en nuestra banca, que ha necesitado irse fuera (donde hay más riqueza) para financiarse.

Alemania fue recuperando su inversión a medida que se le abrían nuevos mercados con competidores más débiles a los que la divisa ya no protegía y, mes a mes, iban exportando a estos países más de lo que importaban. Además, los tipos de interés de Europa se situaban según los intereses del país germano. Por si fuera poco, el euro, al tener miembros débiles en su interior, estaba mucho más débil de lo que hubiera estado el marco alemán, lo que también les permitió exportar más fuera de la zona euro que estando sola. Por el contrario, ese euro demasiado fuerte para los socios débiles también ha colaborado en debilitar más todavía a sus socios pobres/débiles/ineficientes, cuya divisa estaría hoy mucho más depreciada.

Hoy, Alemania disfruta su máximo esplendor (apoyada por una burbuja monetaria, en mi opinión). Gran parte del dinero/ahorro de los países periféricos ha fluido hacia otras economía más solventes como la alemana. Cuando se solucione la crisis del euro o cuando éste se rompa, ese dinero saldrá de Alemania y volverá a su país, creando entonces una crisis en Alemania, tal y como la historia nos ha enseñado una y otra vez. Alemania disfruta y alarga este momento por su conveniencia, pero no le durará eternamente. En la medida en que los mercados perciben que parte de Europa (y yo creo que de Occidente) da muestras de ser insolvente, le exigen más rentabilidad a los bonos soberanos por asumir ese riesgo que ahora es mayor. A Alemania no le queda mucho tiempo de mantener este castillo de naipes pues ya hay gente demasiado grande (España y Italia) sin poder financiarse en los mercados.

En los próximos meses/semanas, los alemanes deben decidir qué hacer, porque esta situación no se sostiene. Tienen varias opciones:
  • Aceptar deuda común (llámese eurobonos, EFSF, ESM, etc). Esta opción es mejor para Alemania en el corto plazo (conserva sus mercados de exportación) pero peor a la larga pues se hará cómplice y víctima conjunta de la gestión irresponsable de otros gobiernos (en la práctica sería darle tu tarjeta de crédito a tu vecino moroso). Intentarán atarlo mediante compromisos de reducción de déficit y bla, bla, bla pero eso ya existió durante Maastricht y casi nadie lo cumplió, ni Alemania. Además, para Alemania, esto sería como el euro: entrar es fácil, pero salir cuesta mucho.
  • Salirse ellos del euro (probablemente con Austria, Finlandia, y quizás Holanda) tras ver que aquí van a aplicar unas políticas monetarias tercermundistas que conllevan riesgo de inflación y burbujas, para acabar probablemente aceptando quitas generalizadas de sus socios vestidas como "algo bueno". Además, una salida voluntaria de los fuertes sería mucho menos traumática para todos que a la inversa.
  • Hacer que quien no acepte el status quo sea extraoficialmente expulsado del euro (Grecia, el primero). Esta opción conlleva el riesgo de que varios puedan unirse contra Alemania (como ya se ve con Monti-Hollande-Draghi) y que puedan invitarla a irse (la opción anterior).
El "timing" para ver qué escenario será el real viene marcado por varios temas. Por un lado, a los alemanes les beneficia la crisis en su forma actual. Están en su mejor momento, recibiendo dinero diariamente desde los países con problemas, lo que les inunda de liquidez y hace que se financies como no lo harían ni es sus mejores sueños. Cuando el euro se salve o reviente, ese dinero volverá a su país, por lo que éste es el climax germano. Para España, la urgencia se traduce en un bono a diez años que cotiza con una rentabilidad superior al 7%, un coste de financiación inasumible para un país no emergente y además en recesión. En Francia, ya se ha materializado el cambio político, con la izquierda ya en el poder y con mayoría. Creo que en breve conoceremos realmente a Hollande, quien se supone dista mucho de las tesis alemanas. El escollo que considero que puede romper el euro por arriba (salida de los fuertes) son los eurobonos, porque son un pérdida de soberanía nacional (poniéndote financieramente en manos de otros países) y porque requiere además cambios constitucionales en muchos países.

Les guste o no, los alemanes deberán elegir si atarse al barco europeo sin posibilidad de volver atrás (por todo lo que tendrán avalado), y de hundirse con él, si fuera el caso. Yo creo que Alemania tiende a la primera opción, el problema está en si tienen claro que eso, en la práctica, y a los hechos me remito, implicará transferir su riqueza a miembros del sur (¿y a Francia?) periódicamente, ya sea aceptando quitas, o concediendo préstamos muy por debajo del precio de mercado para el riesgo que se asume. Esa es la factura que hoy, y periódicamente en el futuro, debe aceptar Berlín si quiere seguir en el euro. ¿Tú lo harías?

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