jueves, 2 de octubre de 2014

SIGUEN HABLANDO ... POR NO CALLAR

Esta vez ha sido la amiga Christine Lagarde, del siempre sabio FMI, la que ha sentido la necesidad de iluminarnos con su haz de conocimiento. La regente de dicha institución se ha hecho eco de lo que todo el mundo sabe desde hace tiempo: la desconexión entre los mercados y la realidad económica. Yo añadiría "desconexión sobre todo con la economía de la mayoría y no tanto con la de las élites".

Con los años te das cuenta de que los mercados, por estar protagonizados por personas, se comportan como la moda. En cada momento hay algo que es "fashion", lo que suena bien en los comunicados oficiales, en las entrevistas en los medios, etc. Ahora toca el "los mercados viven en su propio mundo, ignorando la realidad económica". Lo que molesta no es esta frivolidad inherente a la especie humana, esta necesidad de ser "chic". Lo indignante es que hablen de ello desde la distancia diferentes autoridades del mundo económico y político global cuando son ellas las que lo han sembrado desde hace años. Han apoyado y/o aplicado políticas que fomentaban la pura especulación y el beneficio de los más ricos, excusándose en que eso se traduciría en grandes mejoras en el empleo, el PIB y bla, bla, bla.

Yo le regalaría a Lagarde este gráfico para que vea que sus palabras son tan útiles como el telediario que te cuenta la jornada futbolística pasada que todo el mundo ya conoce.




La línea roja muestra cómo se ha ido rebajando, mes tras mes, la expectativa de crecimiento económico mundial en 2014, medida en términos del PIB (Gross Domestic Product). Sólo eso ya sería como para cuestionar las promesas de recuperación económica que han servido para justificar los programas de QE en EEUU y Europa (QE4EVA en azul). Si era tan bueno el remedio, cómo es que cada vez hemos ido ajustando a la baja el crecimiento esperado. Con esto cuestiono la eficacia de dicha política.

Por si fuera poco, cuando incluyo la línea verde en el análisis detecto el riesgo. El riesgo, como seguramente ya habrás aprendido y/o sufrido en los últimos años, es fomentar la especulación y las burbujas. Son pan hoy, para la minoría afortunada que disfruta de esas ayudas oficiales, y hambre para mañana para la mayoría. La especulación ha sido dirigida y estimulada desde los Bancos Centrales con su inagotable dinero fácil y las constantes declaraciones de apoyo a las cotizaciones (como si éstas no tuvieran que estar sostenidas por la realidad económica sino por esos dictadores monetarios).

De momento, los mercados han empezado a recular. Más allá de cualquier aproximación a la realidad (ralentización del crecimiento económico mundial, Ucrania-Rusia, el Estado Islámico, el ébola o las turbulencias que genera el resurgir de movimientos secesionistas en Occidente), es la reducción en el QE que lleva implementando la Fed lo que está haciendo perder altura a los mercados. En gran medida, ese fuel no convencional, el QE, no fue tanto utilizado para avanzar en realizar los cambios estructurales que requerían las economías occidentales como para que los mercados volaran en círculo en una espiral especulativa ascendente. Ahora que se acaba el QE toca ver si los mercados saben planear o si chocan con la realidad.
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