jueves, 30 de mayo de 2013

JAPÓN

En los últimos seis meses, el Banco de Japón, en un clamoroso acto público de sumisión a los intereses del partido gobernante, ha decidido presumir del "pues yo más" monetario, al prometer meter dinero en los mercados a diestro y siniestro. En cierto modo, podríamos decir que los japoneses son los reyes del Quantitative Easing, porque llevan unas dos décadas implementándolo. Es decir, somos los occidentales los que les hemos copiado.

Hace dos décadas, reventó la burbuja inmobiliaria (y bursátil) en el país nipón. Imagino que como ocurrió en 2008 en Occidente, el lema extraoficial debía ser "no podemos dejar caer a los bancos, ni obligarles a reconocer sus muchas pérdidas, porque obligaría a una súper recapitalización, pulverizando el poder económico del lobby bancario, quien no aceptará de buen grado morir en silencio." Así se hizo en Japón y, su economía, todavía está purgando unos excesos que se han juntado con otros problemas, como el envejecimiento de su población y la competencia de costes de China.

¿Por qué hablamos hoy de Japón? A mitad de diciembre de 2012 se celebraron elecciones en Japón. Las ganó Shinzo Abe, quien años atrás ya había sido Primer Ministro. Durante la campaña electoral prometió que el Banco de Japón, uno de los mayores Bancos Centrales del mundo y que se presupone que dirige su política monetaria de forma independiente al poder político (para quien quiera creerse que eso existe y también los unicornios), se marcaría un objetivo de inflación del 2%. Eso, en un país en deflación casi permanente desde hace muchos años, significaba incrementar a lo bestia el Quantitative Easing que ya venía aplicando el Banco de Japón. Una mega orgía especulativa para los bancos de inversión, que juegan al "compra un activo que el BC te lo hará subir con su dinero público". El resultado: la bolsa japonesa ganó un 21% desde mitad de noviembre hasta final de diciembre de 2012, y el yen se depreció casi un 10% con el dólar (principal referencia). Como en 2013 el BOJ ha incrementado todavía más su retórica y sus compras de bonos del Estado con dinero público, ¿cuál ha sido el resultado? Desde principios de año, la bolsa japonesa ha llegado a subir un 50% y el yen a depreciarse un 20%. Hoy hablo de Japón porque es un ejemplo ilustrativo de cómo funcionan las burbujas. Ya que tenemos un ejemplo claro y de rabiosa actualidad, utilicémoslo para analizar.

Los rallies del 70% en seis meses son muy poco habituales en la historia. Como detalla la tabla adjunta, en diez de los catorce precedentes históricos la orgía especulativa acabó en catástrofe.

Diariamente, puedes ver en la televisión y escuchar en la radio debates entre economistas, periodistas y políticos explicándote la crisis, la burbuja inmobiliaria y del crédito, cómo era inimaginable y, por tanto, exenta de responsabilidades para nadie (algo rotundamente falso). Parece que hablen del tsunami de Japón, de algo impredecible, pero ya te he explicado muchas veces que sí lo era, aunque nadie pudiese ponerle fecha ni detallar la magnitud  del ajuste (pues el plazo es determinante para cuantificar el exceso). Muchas personas ajenas al mundo financiero y económico me han preguntado en los últimos años: si había cosas que no cuadraban, que eran irracionales, y políticas excesivas y peligrosas desde una perspectiva histórica, ¿por qué nadie hizo nada? Aplica tú hoy esa respuesta al caso de Japón. La verdad es que ninguna autoridad quiere ser el malo que agüe la fiesta, el que pare la música, pues las burbujas, mientras se inflan, aceleran temporalmente la actividad económica, aunque sea de forma insana porque son una bomba de relojería.

Como ejemplo, hace pocos días, el Presidente del Bundesbank y peso pesado del BCE, Jens Weidmann, le deseó a Japón "good luck in their experiments". La verdad es que nadie quiere mojarse contra el poder político reinante, y menos en corral ajeno. ¿Crees que cuando reviente esa burbuja no te afectará? ¿Todavía no sabes qué es la globalización?

Es evidente que el espectacular movimiento generado en los mercados nipones en los últimos meses poco tiene que ver con la economía, independientemente de que el QE pueda generar "algo" más de actividad en el corto plazo. De hecho, la balanza comercial positiva (más exportaciones que importaciones) que durante décadas fue un gran apoyo económico para Japón ha continuado la senda negativa que tomó hace varios trimestres, a pesar de que su QE haya destrozado su divisa a un ritmo espectacular. Cuando manipulas tu divisa para debilitarla, lo haces con todas sus consecuencias, positivas y negativas. Mientras la caída del yen ha ayudado a las empresas exportadoras japonesas a ser más competitivas (baratas) en el exterior, la mucha energía que Japón importa es ahora más cara. Como Japón tiene una dependencia energética exterior agudizada con el cierre de las centrales nucleares, las importaciones han superado a las exportaciones. La primera en la frente para ese QE vendido popularmente como algo bueno, pues mejorar la balanza comercial es uno de los primeros objetivos asociados a esa medida.

Un segundo objetivo de este tipo de barbaridades monetarias es manipular al alza el precio de los bonos del Estado, o lo que es lo mismo, hacer caer su rentabilidad, para que su híper endeudado Estado pueda seguir emitiendo deuda y financiándose a un tipo absurdamente barato (si no fuera absurdo ya no necesitarían el QE para manipular los mercados, pues serían los inversores quienes comprarían esa deuda). A continuación te adjunto la evolución reciente del precio del bono japonés a diez años. La segunda, también en la frente del QE japonés.

¿Quién denuncia hoy la burbuja especulativa que ha creado el Banco de Japón en los últimos meses? Básicamente, alguien que tiene algo que ganar: la oposición política japonesa. El resto de BCs e instituciones internacionales callan porque es lo políticamente correcto, o porque entonces tendrían que extender su crítica a EEUU y Europa. Cuando se acabe la fiesta y nos toque pagar a los de siempre, la población, acuérdate de este artículo, y de cómo las autoridades miraron a otro lado y/o dijeron que no había burbuja. Otro remake de una peli cuyo final ya hemos visto en varias ocasiones desde que empezó el milenio y por la que ningún político ni banquero central ha asumido responsabilidades.

domingo, 26 de mayo de 2013

LA MAGIA DE LOS MARTES

¿Qué son para ti los martes? ¿Tienen algo de especial? ¿Quizás la ilusión de que ya queda menos para el fin de semana? ¿Quizás un día para ver un buen partido de la Champions League? Para los mercados bursátiles, los martes tienen su trascendencia. Primero te explicaré la constatación y luego analizaré el motivo que yo le atribuyo.

A continuación te adjunto un gráfico con la evolución en los últimos meses del S&P incluyendo y excluyendo los martes, es decir, como si no hubiera habido cotización los martes. La diferencia es brutal y es que, como te desgloso en el siguiente gráfico, no todos los días de la semana han sido iguales para los mercados. Aquí te muestro el S&P. En el caso del índice Dow Jones, éste ha subido 19 de los últimos 19 martes, es decir, el 100%. ¿Se te ocurre por qué de ese comportamiento de los martes?

Primero te diré algunos eventos que no creo que sean la causa de esa casualidad semanal. Se publican datos económicos toda la semana, aunque los lunes suele haber menos. No obstante, los martes no tienen habitualmente una especial relevancia, pues hay datos muy importantes que se presentan en martes y en jueves y en viernes. Tampoco los resultados empresariales, que suelen presentarse entre la tercera y la sexta semana de cada nuevo trimestre, tienen en los martes ninguna referencia.


Se me ocurren dos motivos por los que los martes pueden tener una mayor incidencia bursátil y ambos tienen que ver con los programas algorítmicos de gestión que inundan los mercados. Cuando se analiza la evolución a largo plazo de las bolsas y del tamaño de los balances de los Bancos Centrales se ve claramente cómo uno y otro han ido creciendo con cierto paralelismo a través de los años. El balance de los BCs crece porque, desde que en 1971 se abandonó el patrón oro, dichas instituciones no han dejado de hacer billetes como si fueran churros (especialmente en las épocas de freno económico). Han intentado minimizar las crisis evitando los sanos y necesarios ajustes económicos, jurídicos, sociales, etc para compensar los desequilibrios que se han ido acumulando. El resultado: cada crisis cíclica nos encuentra con más desequilibrios, con más excesos necesarios y pendientes de purgar. 

A largo plazo, las bolsas han ido creciendo en tamaño porque también los han hecho los beneficios empresariales de las empresas que forman esos índices bursátiles (las que se han hundido, han perdido peso y/o desaparecido de esos índices). Aunque los anglosajones dicen eso de "correlation does not imply causation" (correlación no implica causalidad), a los programadores de los algoritmos de gestión (programas que deciden y ejecutan órdenes en los mercados) les importa un bledo, y compran bolsa a medida que los BCs crean billetes para comprar activos financieros. Aunque racionalmente sea una barbaridad ligar (correlacionar) en la gestión diaria estos dos activos, la cotización diaria con evolución a largo plazo del balance de los BCs, tengo claro que en este casino financiero global orquestado por los BCs, algunos de los hooligans del mercado hacen honor a ese nombre comprando bolsa cada vez que la Fed anuncia que mete más dinero en los mercados financieros. Vendría a ser como si apostaran mucho dinero en la quiniela futbolística en base a las estadísticas históricas entre los equipos que se enfrentan en esa jornada. Conceptualmente, tomar decisiones de corto plazo en base a un evento cuyo patrón de comportamiento es concluyente a largo plazo es algo muy arriesgado pues la estadística es sólo media, un resumen burdo del resultado, lo que no tiene porqué cumplirse minuto a minuto. La apuesta puede salirte bien o mal, pero lo que es seguro es que tiene bastante riesgo.

Además, otra operativa que estos mismos programas ejecutan simultáneamente a la de bolsa es la de "vender dólares", porque macroeconómicamente se considera que el crear más billetes por parte del BC tiende a debilitar su divisa. Por si no fuera suficiente, me jugaría el cuello a que lo hacen a crédito, es decir, apalancados hasta las trancas.

Diariamente, durante la sesión, la Fed comunica las operaciones realizadas a través de sus programas de compra/venta de activos, entre los que destaca el POMO (Permanent Open Market Operations). Un ejemplo sería la compra de $3150 millones en bonos del Estado (Treasuries). Teniendo en cuenta que muchos lunes no hay operaciones y el fin de semana tampoco, parece razonable pensar que esos programas informáticos de gestión que utilizan los grandes especuladores profesionales (bancos de inversión, gestoras, y hedge funds) concentren en los martes un mayor volumen de compras. Hoy te estoy explicando con cierto detalle uno de los principales conductos utilizados para inflar esta burbuja monetaria, cómo se pasa de la creación arbitraria de dinero barato y accesible sólo para los amigos de los BCs a la manipulación al alza de los activos financieros, esos que principalmente posee la minoría más rica del planeta. ¿A caso eres de los que todavía cree que las cotizaciones son principalmente el reflejo de los beneficios empresariales y la situación económica? Si es así, te doy la bienvenida al planeta Tierra.

La segunda operativa que apoya el que los martes sean tan fructíferos vendría por los programas que identifican tendencias en los precios para luego invertir ahí. Existe un dicho anglosajón muy extendido entre los profesionales de la gestión que dice "trend is your friend" (la tendencia es tu amiga), y que te sugiere que hagas lo que hacen los demás sin preguntarte por qué, sin cuestionarlo, porque se supone que alguien debe saber porqué está comprando o vendiendo el activo en cuestión. Como esa filosofía está muy generalizada, hoy hay muchísimos programas de gestión que intentan identificar múltiples tendencias en los precios (aunque sea una tendencia entre pocos minutos), y aprovecharla posicionándose (invirtiendo) en ella. Como resultado, mucha veces los movimientos al alza o a la baja de los activos son cuestionados por las personas ajenas al sector: "no tiene sentido", "es excesivo", "es una burbuja", "son precios de derribo", etc. A los programas sólo les importa la tendencia. Cuando varios la detectan y la prologan, hacen que más gestores, informáticos o no, se sumen al movimiento, favoreciendo los excesos. En ese sentido, cuando estos algoritmos detectan la pauta de que los martes el S&P pega un tirón hacia arriba tras anunciarse nuevas operaciones de compra por parte de la Fed, ellos compran para apuntarse a esa tendencia, es decir, magnifican el movimiento.

Como ejemplo, recuerdo un trade (una operación) que me comentaron que consistía en operar un determinado día de la semana en la libra/dólar hacia las 12:45 del mediodía y deshacerla hacia las 17h. ¿Te divierte conocer con qué criterios se invierten miles de millones especulativos financiados con dinero público, orientados desde las autoridades monetarias, y con grandes riesgos potenciales (como aprendiste en 2008) para todo TU sistema monetario? Yo no he creado este monstruo sobre el que está basada la estabilidad y, por extensión, la economía y el bienestar de Occidente. Yo sólo soy el mensajero que, cuanto más conoce, peor duerme. No obstante, si tienes cualquier queja al respecto, si no te gusta el gran casino global, el castillo de naipes monetario en el que vivimos, siempre puedes ir a manifestarte a la sede de la Fed, del BCE, del Banco de Inglaterra, o del Banco de Japón. Seguro que te harán mucho caso, porque los dictadores (monetarios) suelen ser gente muy justa, humilde y comprensiva, ¿no?
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