sábado, 3 de septiembre de 2011

LAS DROGAS MONETARIAS Y SUS EFECTOS (1ª Parte)

Hace pocos días, en el foro financiero anual conocido como Jackson’s Hole, Bernanke alimentó la esperanza del mercado de otro plan de Quantitative Easing, tal y como hijo hace un año. Dijo que la FED tenía todavía más herramientas para estimular la economía pero no dijo cuáles, dejando los detalles para la próxima reunión de la FED el 21 de septiembre. Me recordó al candidato socialista a la presidencia española, Rubalcaba, cuando dijo recientemente que él tenía la solución contra la crisis. Algo absolutamente estúpido viniendo de alguien que lleva tiempo en el gobierno. El mercado celebró ese numerito de Bernanke de vendedor ambulante ofreciendo el elixir de la eterna juventud.

Durante meses he criticado esa herramienta monetaria bananera que se llama Quantitative Easing (QE) que básicamente consiste en crear billetitos, como si del Monopoly se tratara, para manipular los precios de los activos porque no les gusta los precios que millones de compradores y vendedores han acordado. Mientras éstos invierten un dinero del cual son responsables, los bancos centrales juegan con dinero de todos, o sea, de nadie. Los principales efectos/riesgos que le atribuyo al QE son:

1 Deprecia el dólar. Creo que se sobrevalora el efecto positivo en el PIB de debilitar la divisa pues, si bien es cierto que favorece el incremento de ventas vía exportación, también encarece la fabricación en el extranjero y, porque genera incrementos en las materias primas cotizadas, incrementa los costes de compras. Además, el encarecimiento del crudo (energía y gasolina), supone un lastre para las empresas y los consumidores americanos, y para las exportaciones netas que recoge el PIB. Por otro lado, los ciudadanos pierden poder adquisitivo a nivel internacional. Jugar a depreciar el dólar podría llevar al colapso del sistema financiero mundial si los inversores internacionales que hoy financian al gobierno americano se hartaran de que éste les haga perder dinero.

2 Manipular los mercados siempre es peligroso porque crea distorsiones en la asignación de activos que, cuando se normalizan, suelen hacerlo de forma violenta (todos a la vez) y eso produce daños económicos y crisis internacionales.

3 Manipular los mercados al alza es socialmente injusto porque, en el corto plazo, básicamente favorece al 10% de americanos que poseen el 80% de las acciones cotizadas. Bernanke dice que eso se traducirá en más consumo, se crearán más empresas y, por extensión, más empleo. En ese sentido, se me ocurre que podría darnos ese dinero a mí, a mis hermanos, y a mis amigos, y seguro que haremos cosas con él que generarán actividad económica. Ojo con los alzamientos populares mundiales y con las políticas sectarias.

4 Genera Inflación para todos los ciudadanos, aunque a los ricos les compensa sobradamente con el alza de los mercados. La alta inflación generada en los alimentos favorece la inestabilidad social en los países más pobres. 

5 Genera burbujas. Nada hay tan peligroso como que las autoridades garanticen con palabras y dinero la rentabilidad a los inversores, porque se generan grandes flujos de capitales hacia ese maná prometido y cuando, por el motivo que sea, se acaba la promesa, hay muchas quiebras. Lo hemos vivido recientemente con las subvenciones del gobierno español a las energías renovables. En mi opinión, lo que hoy sostiene las bolsas no son las perspectivas económicas sino la idea de que Bernanke las hará subir, que él garantizará las ganancias como hizo hace un año con el QE2. Una aterradora barbaridad.

(Continuará)

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