miércoles, 25 de abril de 2012

BONOS PATRIOTICOS, ¡QUE BIEN SUENAN!

¡Bonos patrióticos! Esa expresión me produce un cierto rechazo. Como he explicado alguna vez, soy absolutamente contrario a casi cualquier expresión del nacionalismo. ¿Por qué? Porque es el argumento del que no tiene ninguno. Cuando las cosas no tienen sentido, cuando no son razonablemente justificables como para convencer al cerebro del que tienes delante, se apela al corazón. Yo creo que el corazón es para sentir, y la cabeza para pensar. El mero hecho de intentar convencer con el sentimiento o la empatía frente a las ideas suele ser una mala señal de futuro. Como ejemplo, me vienen a la memoria dos muy buenos. Uno era la "due dilligence" que los enviados de una entidad financiera española hicieron sobre los fondos de Madoff. La broma que se decía entonces fue "¿en qué restaurante neoyorquino de moda la hicieron?". Otro ejemplo lo vi en una de las mayores suspensiones de pagos de España de los últimos años. En los tribunales, algunos socios que se sentían estafados decían que les llevaban a buenos restaurantes para que invirtieran (por no mirar números, seguro que no miraban ni lo precios de la carta).

Hace pocos meses escribí un artículo titulado Mercados Y Mundos Paralelos en el que te comentaba como al cliente retail, alias minorista, alias ciudadano de a pié, alias el que no tiene ni p_ _ _ de los que le vende su banco, le colocaban los bonos patrióticos (de España, de Comunidades Autónomas, etc) como una gran oportunidad de inversión. Entonces, puse ejemplos de como a los profesionales nos los ofrecían a precio mucho más bajo, o lo que es lo mismo, con un rentabilidad mucho más alta. ¿Por qué? Porque nosotros vivimos de esto, tenemos más información que la mayoría de ciudadanos y sabemos más del riesgo que realmente conllevan, a pesar de la mucha palabrería que vendan los gobernantes en los cómplices medios de comunicación. Véase quita griega, nacionalización argentina, etc. 

Hoy hay otra campaña de bonos patrióticos a 1 año al 4,5% y a 2 años al 5% de una CCAA. El otro día me los ofrecieron a 2-3 años al 7,5%. ¿Sabes lo que significa en mi profesión? Que no los quiere ni el Tato, que el mercado le atribuye un importante riesgo de impago. Si algún día veo a los políticos españoles, no sólo a los del gobierno al que le toca aplicar los desagradables recortes, explicar abiertamente a la ciudadanía la insostenibilidad actual de nuestro modelo socioeconómico (recuerda el "no somos ricos como los alemanes pero vivimos como ellos"), en vez de criticar simplemente al gobierno por unos recortes imprescindibles y EN MI OPINIÓN TODAVÍA INSUFICIENTES, ese día me plantearé comprar bonos patrióticos, porque les otorgaré una opción razonable de que lleguen a poder pagar sus deudas futuras, esas que han contraído durante años en mi nombre, en el de mis hijos, y no en el de mis nietos porque la sociedad se rebelaría mucho antes contra esas deudas.

Mientras tanto, muchos inversores profesionales nacionales y la gran mayoría de extranjeros huyen como de  la peste de los países con problemas. Huyen de sus bonos, de sus acciones en bolsa, y de todo lo que pueda quedar valorado en otra divisa no euro. Actualmente, le toca a España estar en el epicentro del huracán (acrecentado además por los intereses partidistas de algunos medios de comunicación británicos y americanos), y eso que LO PEOR DE ESTA CRISIS EUROPEA TODAVÍA NO HA LLEGADO, SEGÚN MI OPINIÓN. Hoy, todavía los especuladores de los bancos de inversión financiados por la anarquía monetaria de Bernanke siguen con sus operativas que hacen que el euro siga a niveles absolutamente absurdos de 1.32 dólares. Sin embargo, al menos algunos países occidentales hemos empezado a andar el camino correcto. La vida es larga y te aseguro que también verás a nuestros vecinos del norte pasar su vía crucis en los próximos años (unos también gastan demasiado, otros tienen semi-burbuja inmobiliaria, etc).

Al otro lado del Atlántico, supongo que el 2013 será el año estrella, cuando se implemente el fin ya establecido legalmente de algunas exenciones fiscales de la época de Bush. Para la Fed quizás no sea tan fácil crear billetitos nuevos para prestárselos casi gratis a sus amiguitos, ni para seguir siendo el que compra más del 90% de la deuda a largo plazo que emite su jefe porque en este planeta nadie la quiere a esos precios que artificialmente ponen. 

Hace pocos días leí los cálculos del director de análisis de una entidad francesa apenas conocida en España. Su criterio me importa porque me ha demostrado ser coherente e inteligente siempre que lo he escuchado en los últimos años. Este analista hacía proyecciones sobre las finanzas públicas americanas para 2013. El final de estas exenciones ayudará a reducir el insostenible y creciente déficit americano en cerca de un 4%. Teniendo en cuenta que el PIB de EEUU apenas crece un 2,5% y que algunos estiman que recortes del déficit superiores al 3% generan tensiones sociales, el futuro no es muy halagüeño. Te recuerdo que según el FBI, las ventas de armas cortas crecen en EEUU a un ritmo anual próximo al 30%. Dicho analista cree que parte de esas exenciones volverán a prorrogarse, pues ese ajuste sería un shock para la economía americana. Obama debería mirar a España y aplicarse el cuento en su Gobierno Federal, y en sus Estados y Condados insolventes, que algunos tiene. Entonces, los especuladores yankies descubrirán lo que ocurre en cualquier economía cuando el Estado deja de gastar a un ritmo salvaje. Si lo hace ya no lo verás ni blanco ni negro, se pondrá verde de la que se le vendrá encima.

Como dicen que la caridad empieza por uno mismo, probablemente Obama opte por la generosa opción para sí mismo de seguir dándole la patada hacia delante al problema de la deuda y el déficit (kicking the can down the road) y que sea el próximo presidente, dentro de otros cuatro años si este noviembre él es reelegido, el que se encuentre una deuda pública de más de $20T (10 creados y gastados bajo el mandato de Obama), y unas jubilaciones de los baby-boomers y un gasto sanitario imposibles de pagar de cara al futuro. Vamos, que le trapasará con una sonrisa la capitanía del Titanic al futuro inquilino de la Casa Blanca.

Personalmente, no creo que los mercados mundiales sigan permitiendo al tándem Obama-Bernanke prolongar esta insostenible política de hacer billetes cual Monopoly hasta las próximas elecciones (y promesas) en 2016. Sencillamente, veo muy difícil sostener este castillo de naipes que han creado y aumentan día a día porque cualquiera de los grandes riesgos que hoy hay (colapso del dólar, o de los Treasuries, o de los fondos de pensiones públicos, o la insolvencia de algunos Estados, o la burbuja del crédito universitario, o la inflación, o las tensiones sociales, o el crudo, o las tensiones Israel-Irán, o la crisis europea, o el freno de los emergentes, etc) lo derribará. Todos sabemos que el futuro es incierto, pero también que prolongar sistemáticamente lo insostenible acaba muy mal. Este es justo el epicentro de las políticas monetarias y fiscales de la mayoría de Occidente desde que empezó la crisis.

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