viernes, 20 de enero de 2012

MAS MINAS PARA EL CAMINO DEL FUTURO

En ocasiones hemos oído historias sobre los campos de minas existentes en algunos países africanos. Tras años de guerras étnicas, las minas antipersona vendidas por los países desarrollados a los diferentes bandos en conflicto quedan allí sembradas, ocultas, invisibles, pero activas. Todo el mundo sabe que están pero nadie sabe exactamente dónde, cuántas, etc. Es la evidencia empírica, o sea, el pié de un niño descalzo, el que muestra la injusticia, la barbarie. Como suele ocurrir, el inocente y más débil paga el precio más alto, lo paga casi todo, de hecho.

Esta historia sirve de metáfora aplicable al mundo financiero actual. En Occidente, la  mina que hoy está explotando son los excesos sembrados durante décadas. Dichos excesos han sido posibles porque, cada vez que la economía de mercado ha funcionado correctamente, es decir, ha evidenciado lo insostenible e irresponsable de una situación financiera, las normas y/o pautas habituales han sido arbitrariamente alteradas por los dirigentes políticos y monetarios para poder seguir inflando, un poquito más, esa burbuja monetaria que hoy revienta. La gran mentira para poder hacerlo una y otra vez ha sido justificarlo como algo conveniente para el futuro inmediato, y conseguir que el daño futuro sembrado quede ahí oculto. Esa bomba, que le explote a otro el día de mañana. Por desgracia, el mañana, al final, llega.

Puedes venderle tu alma al Diablo, pero no ocultarte eternamente para no pagarle. Nuestra sociedad, cada vez quebranta impunemente más normas establecidas en vez de cambiarlas previamente. Cambiarlas exigiría consenso, democracia, y argumentación, además de evidenciar responsabilidades. Cuando se quebrantaban los acuerdos de Maastricht, toda Europa miraba a otro lado, igual que cuando Grecia entró en el euro sin cumplir con los requisitos, cuando se cometieron claros excesos en el crecimiento del crédito mundial los Bancos Centrales miraron a otro lado, cuando Greenspan bajó los tipos al 1% durante un año mejoró la coyuntura del momento y contribuyó a sembrar una crisis futura mayor, la actual.
Con tal de no reconocer y pagar hoy por nuestros excesos, estamos dispuestos a hipotecar el futuro de tantos seres humanos como haga falta. Por eso, cuando llegó la crisis, cambiaron la contabilidad bancaria, para evitar que ésta mostrara la realidad de un sistema financiero global,  oficial y extraoficial (off-balance), absolutamente quebrado, lo que hubiera arruinado a uno de los lobbies más poderosos de este planeta. En esa línea, los Bancos Centrales rompieron el manual básico del capitalismo, que premia a quien hace bien las cosas según el criterio del mercado de consumidores y empresas, y lo cambiaron por el amiguismo nominado "too big to fail" (¿Vuelve el too big to fail? ... En realidad nunca se fue). Para evitar los ajustes necesarios tras décadas de excesos se instauró la ley marcial monetaria, donde los caciques aplican políticas benefactoras para sus cortesanos mientras le dicen al pueblo que si a ellos les va bien, al pueblo al final también le irá bien.

Otro claro ejemplo lo tenemos en la compra del BCE de los bonos basura griegos. Este cometió esa gran ilegalidad e irresponsabilidad, y ahora que sus actos le llevan a una inevitable quita (por eso se llaman bonos basura), esta institución quiere salirse de rositas y que les apliquen a otros más quita para que a ella no le apliquen ninguna. Personalmente, me importa muy poco si el BCE compró presionado por sus jefes, los gobiernos. Tampoco me importa si la banca también compró presionada por el BCE y bajo la promesa de que no caería, porque todo eso es ilegal, es inmoral, y es malo para el sistema. Los gobiernos no pueden ni deben prometer rentabilidades a sus privilegiados, porque es inmoral y crea burbujas, que después revientan y exigen inventarse otra para paliar los efectos de la que revienta. Los Bancos Centrales no pueden ni deben asumir riesgos extremos para realizar funciones que, por racionalidad económica tienen prohibidas. La banca y los gobiernos no deberían estar por encima de la ley, esa ley que sí se nos aplica al resto de la sociedad, y es tan necesaria para que aquellos actúen bien. Luego, nos preguntamos cómo se llega a las revoluciones.
Los Bancos Centrales han sido la mano ejecutora del rey. Han quebrantado sus principios fundamentales para permitir a sus jefes y sus cortesanos seguir manteniendo un status quo que habrían perdido fruto de sus legítimas decisiones en una economía capitalista. Todavía recuerdo el titular de la portada de la revista Barrons cuando se anunció el bail-out (rescate) bancario americano: "El capitalismo ha muerto". Cuanta razón tenía.

Las subvenciones también han sido otra forma de dar arbitrariamente dinero público a otra logia de cortesanos cercanos al poder.

Basta ya de hablar de los errores del pasado y cómo se lo montan algunos para que lo paguemos otros en el presente. Hablemos de las bombas futuras que siembran hoy. La más clara que identifico es la de las pensiones. La Fed, al mantener los tipos de interés casi a 0 ¡DURANTE TRES AÑOS! y al intervenir directamente en el mercado de renta fija soberana comprando bonos (lo que favorece una bajada de los tipos de interés a largo plazo) ayuda a la coyuntura actual, pero siembra una gran bomba para el futuro, la de los planes de pensiones públicos, que empezarán a hacer frente a grandes pagos por la jubilación de los baby-boomers a mitad de década y durante las próximas dos. El problema es que al aplicar medidas tan extremas en los tipos de interés han dejado a esos instrumentos de ahorro sin su principal inversión, porque ahora apenas da rendimiento, contradiciendo artificialmente una vez más a la economía de mercado, que debería exigir más intereses a unos gobiernos más endeudados y debilitados que antaño. En consecuencia, esos fondos de pensiones no tendrán capital suficiente para hacer frente a sus obligaciones de pago y, en un intento desesperado de reconducir la situación, tenderán a asumir más riesgo del que les recomendaría su análisis, lo supone arriesgar todo nuestros sistema financiero y nuestra forma de vida actual. Quizás compren más bolsa, o materias primas, o apuesten al rojo en la ruleta. Todo para tapar un agujero gigantesco acrecentado por las políticas extremas y cortoplacistas de los Bancos Centrales, lo mismo que hizo Greenspan. Al igual que entonces, hoy todo el mundo mira a otro lado.

En Europa ocurre algo similar. Hoy hablamos del problema de la deuda soberana como el gran riesgo, pero según un estudio de la Universidad de Freiburg, las obligaciones por pensiones públicas de 19 de los países de la Unión Europea son aproximadamente 5 VECES el tamaño de su deuda, unos €30T. Pero claro, la política es la de siempre, este año hay elecciones en Andalucía, en Francia, en Taiwán, en Grecia, en EEUU, etc. Lo dije anteriormente y lo repito: PARECE QUE EL ABISMO ESTA HECHO PARA NOSOTROS, tenemos una inalterable tendencia natural hacia él.

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