viernes, 21 de octubre de 2011

LOS RESULTADOS DE LA BANCA AMERICANA

Los cinéfilos recordarán la expresión: cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia”. Eso es lo que me parecen los resultados presentados por la gran banca americana. Hace poco dije que, en mi opinión, la máxima del negocio de la gestión de inversiones es “show must go on”, siempre hay que vender optimismo para que siga la fiesta. Pues la banca tiene otro lema, “antes muerta que sencilla, y maquilla, y maquilla, y maquilla”.

Durante meses, he criticado como los gobiernos han regalado a la banca un sistema contable que les permite retrasar (años) el reconocimiento de pérdidas (y recapitalizaciones). También les evita poner a precio de mercado algunas pérdidas en inversiones cotizadas, lo que puede conllevar que dentro de un tiempo ya no sean pérdidas o, por el contrario, que éstas sean mucho mayores y se tengan que reconocer “de repente”, como si acabaran de producirse.

La crisis, lejos de traer luz y taquígrafos a algunos riesgos ocultos sembrados durante años, por ejemplo los mercados Over The Counter (no regulados), ha servido de excusa para flexibilizar más la contabilidad. Si hay algo que tampoco han aprendido nuestros dirigentes en esta crisis es que, en toda burbuja, siempre hay un componente de opacidad, que permite que ésta se infle sin que salten las alarmas, hasta que revienta.

Hoy, la banca americana recupera una mala práctica contable que utilizó para mejorar temporalmente sus cuentas en los peores momentos de la crisis: imputarse como beneficio la caída del valor de su propia deuda. La idea es la siguiente: Imagina que emites un bono por valor de €100. Periódicamente irás pagando los intereses estipulados y al vencimiento, devolverás los €100. Durante la vida de ese bono, este puede subir o caer de precio, pero cuando se acerca al vencimiento tiende a €100, porque es lo que se espera que reciba su tenedor. El hecho de que caiga el precio del bono durante la vida del mismo no tiene mayor importancia para el emisor, sólo para el tenedor, que ve como su inversión vale menos temporalmente. Pues bien, lo que la banca americana hace es contabilizar como beneficio la caída del precio de sus bonos (fruto del incremento del riesgo de que no pague). Si sus bonos de €100 cotizan hoy a €80, ellos se otorgan un beneficio contable de €20, lo cual es absolutamente irreal, pues su deuda sigue siendo €100 a vencimiento, pero como hoy vale menos, pues me lo pongo como ganancia temporal. Esta ganancia sería real si la entidad comprara hoy ese bono por €80, pero no es el caso.

Hace bastantes trimestres, Wells Fargo se anotó un beneficio por este concepto de $5B, ¡¡casi nada!! Hoy, JPMorgan se imputa un beneficio antes de impuestos, que además lo sitúa como ordinario, de $900M, Citi $1.9B, Bank of America 4.5$B. Sin los resultados extraordinarios, Bank of America prácticamente no hubiera generado beneficios. El caso de Morgan Stanley, con $2.2B, resulta cómico. Lo bueno es que ha ganado $1.14 por acción y el mercado esperaba $0.30, lo malo es que $1.12 vienen de este apunte contable. La próxima vez que alguien te diga lo barato que está la banca americana por su PER, Precio/Valor contable, etc, pregúntale si ha restado el impacto del beneficio por la caída del precio de su propia deuda. Probablemente conteste que no.

Por si no fuera suficiente con el maquillaje contable, hace pocos días, un analista de uno de los bancos de inversión que he mencionado dijo que subía los estimados de beneficio ordinario ("sin extraordinarios") de las compañías del S&P para 2011, basándose en los buenos resultados de la banca. Todo ello, a pesar de que rebajaba un 6% el beneficio de sectores cíclicos como materias primas o equipos para fabricar semiconductores. Lo dicho, "antes muerta que sencilla".

Concluyo con una reflexión, si Grecia hiciera lo mismo contablemente, como sus bonos cotizan a unos precios bajísimos porque el mercado da por hecho que no te van a devolver el 100%, podría imputarse un beneficio de, por ejemplo, €10B, lo que rebajaría su déficit de €22B para 2011 casi a la mitad ¿Quién dijo que la contabilidad es una asignatura de “ciencias”? Está claro que, en las manos adecuadas, con la contabilidad se pueden hacer verdaderas obras de arte, pasando cualquier test, rebosando solvencia, etc.

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