Este fin de semana se reunen los dirigentes europeos. Es de esperar que anuncien lo que todos sabemos desde hace mucho, que Grecia es insolvente y que la quita anunciada hace pocos meses del 21% sólo era otra tomadura de pelo más con la que seguir insultando a nuestra inteligencia.
Será entonces cuando veamos cómo se lo toman los mercados. Veremos si sigue este rally por cierre de posiciones cortas (bajistas) y por repatriaciones bancarias desde el dólar al euro. Veremos si hace mella en este rally que no haya entradas de dinero minoristas sino todo lo contrario, que de las últimas 24 semanas, en 23 de ellas haya salido dinero de los fondos de acciones de EEUU. Veremos cómo le sienta a la banca la recapitalización, lo que suele ser dilutivo/malo para las acciones del que amplía capital (la banca), y que hasta ahora se ha traducido en un motivo más de rally, como quien celebra una hepatitis o algo así. Lo que me genera dudas es si será mayor la salida de dinero de la deuda soberana (bonos), pues quedará demostrado que no es tan segura, o la entrada originada desde los activos con riesgo (bolsa, emergente, materias primas, etc) por el miedo a una recaída de la economía global.
Como dije anteriormente, las autoridades europeas dijeron que Grecia era solvente, luego, que necesitaba ayuda pero que ya estaba salvada, luego, que la banca europea estaba bien capitalizada tal y como confirmaban los patéticos stress test versión 1 y 2, luego, que Portugal e Irlanda no caerían, luego, que España e Italia no caerían (hoy es el BCE quien compra parte de su deuda, lo que es un rescate en toda regla). Luego, dijeron que Grecia volvía a estar salvada, luego cayó Dexia, luego, el Proton Bank o el Max Bank, luego, luego, luego… La cuestión es ¿cuántos luego han de pasar para que alguien dimita, es decir, asuma responsabilidades, por tanto error? Ojala mis clientes fueran tan indulgentes conmigo como los son nuestros dirigentes consigo mismos y sus nefastas decisiones.
Cuan valioso era todo el tiempo perdido y los recursos mal gastados desde que empezó la crisis. Me conformaría con que hubieran visto “algo” de lo que pasaba a su alrededor, sin anticipar nada. ¡¡Con gobernantes así, quién necesita enemigos!!
Ahora se está rompiendo el matrimonio de conveniencia entre la banca y los gobiernos. Durante varios años se han ido haciendo regalos mutuos: yo sigo financiando tu despilfarro histórico porque los mercados ya no tragan, y tú me pagas con un diferencial importante entre lo barato que me financia el BCE y la rentabilidad por comprar tus bonos. Tú me regalas una contabilidad generosa más flexible con el reconocimiento de pérdidas que un chicle, y yo apoyo mediáticamente tus medidas y digo lo buen gobernante que eres. Yo digo que Grecia saldrá de ésta, para generar confianza, mientras coloco mis bonos griegos al BCE, y tú me permites que no contabilice las pérdidas en mi cartera por la caída del precio de tu deuda. Yo te obligo a aceptar una quita del 21%, pero consigo que legalmente no se llame quita, que no sea un “Credit Event”¡Fue bonito mientras duró! En realidad, ha durado hasta que la pelota griega ya no se ha podido hacer más grande, hasta que ya nada cuadra y aquí no quiere prestarle a los Estados despilfarradores ni el tonto de la clase.
¿Recuerdas que te dije que en este Titanic macroeconómico salvaban a la banca, que le dejaban subir a uno de los botes de salvamento mientras el resto de ciudadanos/pymes iba en clase “general” y era abandonado a su suerte? Pues parece que ahora sólo hay sitio para uno, y claro, entre la banca y los gobernantes no hay mucha duda.
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