lunes, 10 de octubre de 2011

EUROPEAN REALITY SHOW

El discurrir de la crisis soberana europea empieza a parecer un reality show. En el último episodio del Big Brother (Gran Hermano) europeo, Angela y el pequeño Sarko nos informaron, tras meses repitiendo oficialmente que la banca europea está bien capitalizada, que están preparados para recapitalizarla si es necesario. Recientemente, Angela nos decía que si la mayoría cree que necesitan más capital, pues que debe ser así. La buena noticia es que nos dicen que este mes mostrarán la solución a la crisis europea (la enésima), la mala, que no dicen (¿saben?) cómo. Pero esto no es importante, lo único importante es que nuestros amigos del riesgo sistémico (traders y hedge funds) puedan seguir apretando las teclas de “largo de bolsa” (compra) y “corto de dólar” (venta).

Me parece que el gran acuerdo entre Angela y el pequeño Sarko consistirá en que él permitirá un quita griega del orden del 60% (para que el rescate dure algo más de un trimestre), y ella accederá a que el EFSF (Fondo Europeo de Estabilización Financiera) recapitalice a los bancos europeos, así podrán darle a la banca el dinero de todos, sin un gran coste para sus accionistas, sin necesidad de presionar y discutir con el BCE, con dinero creado para la ocasión, y sin que los presupuestos nacionales tengan que contabilizar eso de ninguna manera. Lo dicho, la ley de la gravedad para los demás.

Afortunadamente para los mercados, la economía no importa, sólo el trading. Ayer se confirmó oficialmente la nacionalización de Dexia, esa negada durante la semana pasada. Dado que los rescates son algo digno de celebración en los mercados, también debe serlo que hoy rescaten al griego Proton Bank y al danés Max Bank. En esa línea, las bajadas de rating de la semana pasada a varios países europeos y a varias decenas de bancos europeos debe ser un gran augurio económico. Lo que sea para justificar un rally bursátil del 10-15% en cuatro sesiones.

En EEUU, algunos analistas destacaron la bondad de varios datos publicados la semana pasada. La buena noticia era que, en septiembre, se crearon 103.000 nuevas nóminas, mejorando las 60.000 esperadas. La mala es que 45.000 correspondían a la finalización de la huelga del sector de telecomunicaciones, tal y como detallaba el informe publicado. Este “PEQUEÑO” detalle se le pasó por alto a la mayoría de analistas. Para tu información, la economía americana necesita del orden de 200.000 nuevas nóminas para ser capaz de reducir la tasa de paro. También los analistas celebraron el ISM Manufacturero publicado, sin reparar en que la subida venía mayoritariamente por los precios, mientras que los nuevos pedidos y la cartera de órdenes seguían desinflándose como vienen haciendo desde hace meses.

Mientras, el amigo Trichet mantuvo los tipos de interés en el 1,5% en su última reunión como Presidente del BCE. Éste nos recordó los riesgos crecientes de la economía y la posibilidad de que la banca necesite ayuda estatal. Esto último parece una broma para los españoles, pues hace ya tiempo que vemos cómo el Estado pone dinero público en las Cajas e indemniza, cual premio de la lotería, a los gestores que las hundieron. No se habla de los Consejos que los contrataron y que aprobaron esas cláusulas de despido. Claro, como algunos consejeros siguen ahí. Ah, me olvidaba, todo ello “por el bien común”.

En este reality show europeo quedan atrás aquellos capítulos en que Angela decía que cada país debía salvarse asumiendo sus responsabilidades y al poco improvisaba un fondo de salvamento por temor a que los chinos le prestaran a Grecia a cambio de poder entrar en el sistema financiero europeo. También recuerdo a Trichet diciendo un viernes que el BCE no iba a comprar deuda soberana, ¡¡qué barbaridad monetaria!!, para desdecirse tres días después. Juncker, jefe del eurogrupo y Premier de Luxemburgo, también tuvo su minuto de gloria cuando negó la existencia de una reunión de emergencia un viernes y reconoció el lunes que mintió “por una buena causa”. El FMI produce reacciones extrañas en las neuronas de sus empleados pues Lagarde, en cuanto aterrizó, descubrió lo que no sabía siendo Ministra de Finanzas en Francia, que la banca europea necesitaba ampliar capital. Algo parecido pero inverso le pasó a Strauss-Khan, quien declaraba hace pocos días que Grecia no podría pagar su deuda. Hay que ver cómo unas semanas de retiro espiritual en un lujoso apartamento en Manhattan te pueden conectar con la realidad mundana. Lástima que no se le ocurriera antes de prestarle dinero a ese país que ahora califica de insolvente. Estos chicos que nos gobiernan me recuerdan a Groucho Marx cuando dijo: “Estos son mis principios, si no le gustan, tengo otros”.

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