En ocasiones cuesta entender la lógica de los mercados, por qué realizan unos movimientos u otros. Esto ocurre porque en ellos operan muchos inversores a la vez, y no todos con el mismo razonamiento, motivo, urgencia, etc. Las cotizaciones son el resumen burdo de esas interacciones simultáneas.
Los mercados de los diferentes activos están interconectados y a menudo muestran mensajes diferentes entre sí. Mientras las bolsas rebotan cada vez que algún político repite que Grecia va a ser salvada, los bonos de Grecia apenas lo celebran. Algunos profesionales opinan que el mercado de bonos anticipa mejor la economía que la bolsa. Yo creo que es algo más fiable que la bolsa por sus características.
La operativa con bonos (no con los futuros sobre bonos) es menos líquida que la de las acciones con una cierta capitalización bursátil. Es decir, comprar y vender no es tan fácil, lo que reduce el interés natural de la especulación. Para valorar una compañía existen multitud de métodos de valoración, lo que normalmente genera una amplia variedad de escenarios posibles, y en consecuencia, de precios. La valoración de los bonos se centra únicamente en estimar, a partir de los fundamentos económicos, cuan probable es que te devuelvan tu inversión. Como esa cuestión no cambia cada vez que sale una noticia nueva, su precio no es tan volátil. Esta característica atrae menos la especulación hacia los bonos que hacia las bolsas, que son más volátiles, lo que permite beneficios potenciales mayores en menos tiempo.
En éstos días, mientras la prensa deduce la situación y expectativas económicas a partir del comportamiento de la bolsa en la última semana, los profesionales de los bonos se fijan en los datos económicos publicados, la confianza/desconfianza entre los bancos que muestra el mercado interbancario, las operaciones OTC (fuera de mercado) de algunos bancos europeos para que los grandes bancos americanos les presten aunque sea a precios caros, el grandioso volumen de deuda del Tesoro americano que parece que estaría incumpliendo los plazos de entrega de los títulos, etc.
En resumen, creo que el mercado de bonos es, cuando no hay elementos que lo distorsionan de forma importante, una mejor referencia de las expectativas económicas que la bolsa, donde entran en juego muchos más factores. Hoy, como ocurría en 2008, algunos mercados de bonos dan un mensaje diferente del de las bolsas.
Por desgracia para todos, también el mercado de bonos sufre hoy un altísimo nivel de intervencionismo. Medidas como el Quantitative Easing de la Fed, las compras de bonos soberanos del BCE, las amenazas de intervención en el mercado de divisas del Banco Nacional de Suiza o del Banco de Japón, el aumento de impuestos a la inversión en deuda soberana por parte de Brasil o Korea del Sur, etc son intervenciones arbitrarias y contrarias a la economía de mercado, a la libertad individual. Son respuestas nacionales a las medidas intervencionistas y proteccionistas de otros países, "si tú no respetas las normas del mercado, yo tampoco". Una evidencia más de cómo está el patio.
Por desgracia para todos, también el mercado de bonos sufre hoy un altísimo nivel de intervencionismo. Medidas como el Quantitative Easing de la Fed, las compras de bonos soberanos del BCE, las amenazas de intervención en el mercado de divisas del Banco Nacional de Suiza o del Banco de Japón, el aumento de impuestos a la inversión en deuda soberana por parte de Brasil o Korea del Sur, etc son intervenciones arbitrarias y contrarias a la economía de mercado, a la libertad individual. Son respuestas nacionales a las medidas intervencionistas y proteccionistas de otros países, "si tú no respetas las normas del mercado, yo tampoco". Una evidencia más de cómo está el patio.
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