Algunos hablan de la “tragedia griega”, lo que resulta lógico pues esta crisis alcanza ese nivel en Grecia y en algunos países occidentales. Sin embargo, yo le añado “comedia” porque, cuando pienso en la forma en que los dirigentes políticos y monetarios han afrontado esta crisis, no puedo evitar que se me contraigan algunos músculos faciales. De hecho, las autoridades me recuerdan al simpático protagonista de la típica comedia americana. En ella, el sujeto no para de mentir para salir al paso de cada situación, para no asumir las consecuencias de sus actos. Al final, el castillo de naipes revienta porque sus mentiras acaban contradiciéndose entre sí de forma insostenible.
En el mundo real, nuestros gobernantes han quebrantado muchos principios democráticos y económicos. No han respectado las normas de la economía de mercado (salvando a algunos con el dinero de todos sin que paguen accionistas/bonistas/directivos/etc las consecuencias de sus decisiones), han incumplido los compromisos asumidos en el Tratado de Maastricht (establecidos precisamente para evitar la irresponsabilidad económica de los gobiernos), han subvencionado a dedo, han vivido en la irrealidad negando la crisis (económica, soberana, etc) hasta la saciedad, se han otorgado derechos que legítimamente no les corresponden (manipulando mercados, precios, información, planes contables, etc), han presionado a los bancos centrales para que actúen contra sus estatutos y principios fundamentales, Y TODO POR EL BIEN COMÚN, POR EL PUEBLO.
Los líderes europeos llevan varios meses inventando chapuzas semánticas para realizar una quita griega sin calificarlo como tal, con el fin de evitar las consecuencias legales/económicas previstas para estos casos. Como Grecia lleva tiempo jugando/mintiendo con sus socios europeos para salir del paso, algunos de éstos ya no se fían (Finlandia) y le han exigido y han acordado más garantías concretas por la nueva ayuda. Otros socios (Holanda y Austria) han dicho “yo también quiero más garantías que el resto”. Alemania, como líder, intenta poner orden para evitar que muera el nuevo plan de ayuda antes de nacer. Pues bien, resulta que de los €286.000M de deuda griega emitida (bonos), hay unos €18.000M que están sometidos a la legislación inglesa, no a la griega, y que tienen cláusulas de igualdad de trato para todos los inversores. La última chapuza griega/europea de dar más garantías a unos frente al resto y a los acreedores existentes, algo potencialmente ilegal en la legislación mercantil, podría generar la calificación de impago (default) en esos bonos sometidos a otra legislación. Como en la película, hay tantas chapuzas improvisadas que acaban por solaparse unas con otras.
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