viernes, 13 de enero de 2012

EL CONVENIENTE ESPEJISMO COLECTIVO

Si yo digo: "mira, un burro volando", y algunos traders creen que otros pueden creérselo, el miedo a quedarse fuera de ese posible movimiento colectivo, a no beneficiarse, les hará mirar en manada mientras gritan "¿dónde, dónde?". Es lo que hay, cientos de miles de millones movidos en tropel en el gran casino global a grito de "me han contado que va a salir rojo, impar y pasa".

Antes de acabar el año, el BCE practicó un poco más del deporte mundial de moda de los Bancos Centrales desde el 2009 y típico de las repúblicas bananeras, su gran aportación a la economía mundial : crear más billetitos para "salvar a la economía". Lo que me preocupa es quién nos salvará de estos salvadores.

Hace pocos días, el ex-gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, advertía del riesgo de que las economías mundiales estén dependiendo tanto de los Bancos Centrales. Opino, que fue una forma educada de recordarnos que la economía de mercado SOLO SOBREVIVE cuando la hacen los consumidores y los productores (las empresas), ya que los Bancos Centrales sólo deben proporcionar los billetes necesarios y regular los tipos para estimular el crecimiento y/o la inflación. Desde el inicio de la crisis, el BCE, la Fed, el Banco de Inglaterra, y el Banco de Japón, se han dedicado a crear billetes para hacérselos llegar a la banca y a sus gobiernos. El triunvirato del poder ha optado por sustituir el dinero que de forma justa y sana debería darles la economía, por crear esos recursos públicos con la máquina de imprimir billetes y acapararlos sólo para ellos (porque no fluye el crédito ni se han bajado los impuestos).




Por eso ha subido la bolsa en las últimas semanas, porque los traders han pensado que los aproximadamente €210.000M nuevos creados por el BCE y prestados a sus matrices (los bancos), llegarían en alguna medida a los mercados.

Mientras, en el mundo real, vemos otro atentado sobre un científico nuclear iraní a la vez que el régimen amenaza con cerrar el estrecho de Hormuz, por donde fluye diariamente el 15% del crudo mundial.

En Europa, países como España o Bélgica muestran que no cumplieron con sus presupuestos, y el sentimiento antieuropeo aumenta en los que tienen que ajustarse el cinturón (tal y como dijo recientemente Monti).El futuro del euro sigue siendo incierto. Al margen de la fotos bonitas y los comentarios etéreos de los dirigentes políticos, su castillo de naipes basado en palabras y muy poca lógica, se les desmorona. Los acreedores de Grecia se sublevan, y es que a nadie le gusta que primero le presionen para comprar diciéndole que no caerá, luego le obliguen a sufrir una merma del 50% (de momento), y además le hagan firmar un documento diciendo que aceptan la quita voluntariamente (para evitar las consecuencias legales de llamarlo quita/impago).

En el partido de Merkel siguen las presiones para que Grecia salga del euro. Probablemente, muchos alemanes querrían que la actual situación europea fuera sostenible, porque se financian a tipo cero, mientras sus socios (y competidores comerciales) lo hacen mucho más caro, por ser la deuda alemana la inversión refugio. Además, el euro se debilita porque sufre una estampida, lo que mejorará la balanza comercial de la zona frente a terceros. Hoy, S&P ha rebajado el rating de Italia y Francia, y parece que próximamente lo hará con Austria, y otros. Otro lastre para un economía ya en recesión. Suerte que algún burócrata de Bruselas ya nos ha dicho que ésta será breve y suave, ahora sí que estoy tranquilo.

Las exportaciones chinas siguen aflojando. Los números americanos (lo mejor dentro de la coyuntura mundial), aunque siguen mejorando livianamente, muestran una ventas navideñas muy flojas, y algunos ya rebajan sus predicciones del PIB del cuarto trimestre. Varios Bancos Centrales han reducido su cartera de deuda americana. Tampoco las ventas en Reino Unido han ido bien. En estos primeros días del año, ya he visto cerca de una docena de bajadas de estimaciones de compañías de primer nivel.

Me parece que la fiesta de los mercados sólo durará lo que dé de sí el último regalo keynesiano del BCE, pero tranquilo, que en poco tiempo será la Fed quien anuncie que invita a otra ronda, pero no a ti ni a mí... a los de siempre.

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