miércoles, 8 de mayo de 2013

CONSTATA EL EFECTO RIQUEZA DE BEN (BERNANKE)

El martes 30 de abril, Chipre aprobó el rescate europeo por 29 votos a favor y 27 en contra. Con este gol en el tiempo de descuento, la euroburocracia consiguió prolongar un poco más sus eurodietas y su eurotinglado. ¿El coste? €10.000 millones que pagaremos entre todos los ciudadanos y buena parte del cual, como el tiempo te mostrará, nunca podrá recuperarse. La cotización del euro lo celebró como si alguna vez hubiera descontado la más mínima probabilidad de un resultado diferente. Pero es que ya sabemos que estos mercados financieros oficializados son un suma y sigue del festín especulativo global.

Actualmente, para los mercados, las peores noticias o datos son los neutros, porque sólo permiten prolongar la subida un poquito. Luego estarían las buenas noticias, las que permiten celebrar que no se ha materializado un riesgo cuya existencia, a menudo, ni siquiera estuvo contemplado en los precios, pero ese detalle poco importa a la manada cuando está caliente. El sentido común brilla por su ausencia, especialmente en el clímax de las burbujas. En noticias, la joya de la corona son los malos datos. Últimamente hemos visto bastantes, y de esos tan malos que no se veían desde 2009. Los malos datos son la mejor garantía para la manada de ludópatas profesionales de que los Bancos Centrales seguirán inflando su burbuja financiera durante muchos años, o para ser más preciso, hasta que ésta reviente. Algunos tenemos claro que nunca la desinflarán, pues nunca encontrarán el momento oportuno para pagar el alto precio de inflar una burbuja: que no se puede desinflar, sólo inflar o reventar.

Pero no todo en Europa es negativo. A pesar de que la clase media de los países desarrollados está siendo pulverizada por la crisis (además de por los impuestos que los gobiernos exigen para poder mantener su mega estructura), hay cosas que sí mejoran. El mes pasado, la alemana Porsche reportó sus mayores ventas mensuales de la historia. También la italiana Ferrari comunicó recientemente un importante crecimiento de sus ventas. En Suiza, la ralentización global ha hecho que se desacelere el ritmo de sus exportaciones mensuales de relojes, aunque las que siguen creciendo más son las de relojes de más de 3000 francos (€2500). Supongo que éste es el efecto riqueza (para los ricos) al que se refería Bernanke cuando buscaba inflar el precio de los activos cotizados, esos que posee básicamente el 20% más rico de la población.

Quizás soy yo que estoy exagerando y no sé ver la bondad, para el conjunto, de unas políticas que enriquecen principalmente a unos pocos, los más ricos. Al resto les quedan algunas ventajas como los tipos bajos y el "si no lo hacemos así, será todavía peor para ti, así que siéntete afortunado de que enriquezcamos a los más ricos". Del "regalito" de la inflación, hoy no te hablaré, ya lo he hecho otras veces.

Hace pocos días, Jeff Gundlach, CEO de Double Line, afirmaba que los hogares americanos tenían los menores ingresos en 19 años. Supongo que alguien se olvidó de recordarles que estamos en una recuperación. 

El 23 de abril de 2013, el centro de estudios sociológicos Pew Research Center publicó un interesante informe titulado: A Rise in Wealth for the Wealthy; Declines for the Lower 93%. An Uneven Recovery, 2009-2011. El gráfico adjunto resume la evolución de la riqueza en los hogares americanos del 2009 al 2011. Actualmente, esto habrá cambiado, imagino que especialmente en la parte de los ricos, tras los nuevos máximos de todos los tiempos en el Dow Jones, en el S&P y en el Dax de Frankfurt. 

Supongo que ahora, la clase media sólo tiene que esperar a que los ricos sigan comprando coches y relojes caros, viajando, construyendo, etc, y así podrán participar en alguna medida de la recuperación. Cómo en el chiste de los tres Reyes Magos, alguien tiene que llevar los paquetes.

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