Para analizar el mundo que nos rodea necesitamos información. Hoy hay muchas fuentes de información disponible, el problema es que tampoco son una garantía absoluta, ya sea por la imprecisión de la medición o por el interés del proveedor en darte la información con su conclusión adjunta. Sabemos que las personas tendemos a informar con un cierto sesgo, fruto de las ideas que llevamos dentro, aunque a veces es más que un sesgo, es una mentira/irrealidad, por eso debemos relativizar los datos y complementarlos con otros.
Siempre me ha sorprendido que, cuando hay una manifestación, los organizadores dan unos números de asistencia tan absurdamente opuestos a los oficiales que queda claro que una de las dos partes miente, o las dos. Si pudiera, les obligaría a pronunciarse bajo pena de cárcel y habiendo medido yo previamente dicha asistencia. Seguramente, ese día habría menos dispersión entre la medición oficial y la de los organizadores. El problema reside en que las personas tendemos a pensar que el fin justifica los medios... cuando es nuestro fin, claro está.



La generación eléctrica en China es un dato relevante en un país tan altamente manufacturero. El tráfico en Brasil es también otra medida del transporte de mercancías y/o pasajeros. La cantidad de despegues y aterrizajes comerciales en Europa y EEUU son más muestras de la realidad económica actual.
Sencillamente, son muestras complementarias a los datos oficiales cotidianos que algunos analistas utilizan para conocer la realidad que nos rodea.
Sencillamente, son muestras complementarias a los datos oficiales cotidianos que algunos analistas utilizan para conocer la realidad que nos rodea.
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