martes, 10 de abril de 2012

PONTE GUAPA, BANC@

La banca es un negocio plenamente basado en la confianza, dado que no trabaja con inventarios físicos, ni fábricas, ni productos tangibles. Como si fuera una modelo, que vive de su imagen, la banca se esfuerza en ponerse guapa. Es coqueta, y se maquilla más que los indios para la guerra o que Mel Gibson en Braveheart. Es normal, todo el que vive de su imagen, lo hace. También los gobiernos europeos hacen algo parecido, aprueban un importe en fondos de rescate de €800.000M para engañar a los mercados (que se dejan engañar mientras los bancos centrales les prometan más beneficios casi gratis). La realidad es que los gobiernos apenas ponen un duro, todo son avales, garantías, promesas financieras, etc. Mientras haya confianza, no se impone el "show me the money" y basta con que todos hagamos como si nos lo creyéramos, igual que con la solución griega, o las promesas de disciplina fiscal y déficit cero antes del día del juicio final, o con las reformas estructurales de calado, o con cualquier promesa que nos permita seguir hoy disfrutando de lo mismo (que no poseemos y obtuvimos a crédito) y dejando para el futuro (y los futuros contribuyentes) el esfuerzo de pagarlo todo. Un plan perfecto en un gran futuro imaginario.

El otro día, un amigo me habló sobre un depósito bancario que tiene y, durante la conversación me dijo: "está garantizado por el gobierno hasta €100.000, ¿no?". Él lo decía por la garantía legal existente de hasta €100.000 por persona y entidad que cubre el Fondo de Garantía de Depósitos. Yo dudé si mostrarle mis reservas por ese "aval público", ya que dinero, lo que es dinero, no hay ni para salvar a las entidades financieras españolas con problemas, por eso el gobierno se las "coloca" a la banca garantizándole gran parte de las posibles/probables (elige la que prefieras) pérdidas futuras. Me sentía como cuando un CEO ingenuo y optimista va a firmar un acuerdo y su abogado quiere incluir salvedades desagradables en el contrato. La obligación de ese abogado sería prever posibles contingencias. Eso no significaría que él apueste por ellas, pero debería protegerle contra esa posibilidad. El problema es que hay riesgos que son tabúes, y simplemente hablar de ellos perece un insulto, un alegato contra algo o alguien.

Hoy te explico otro ejemplo de maquillaje contable que se lleva actualmente en la banca para parecer más solvente. Como todos sabemos, hecha la ley, hecha la trampa. Si las nuevas normas de Basilea III miden el riesgo de una determinada forma, la banca imagina nuevas formas de vestir ese riesgo para que no aparezca lo que realmente es, un riesgo. Así se forjan todas las burbujas, engañando al sistema legalmente.

La dinámica es sencilla: el banco S vende un paquete de créditos al consumo a un inversor institucional, por ejemplo, un fondo de capital riesgo. El capital riesgo recibirá el interés de los cobros de esos créditos que ha comprado. El banco vendedor se imputa un beneficio/pérdida por la venta pero, sobre todo, quita de su balance ese activo de riesgo (cartera de créditos al consumo) que consume muchos recursos según las obligaciones de Basilea III, es decir, que requiere mucho capital para compensar ese riesgo según las exigencias de Basilea III. Si fuera una venta normal, el vendedor quitaría ese activo arriesgado de su balance porque lo ha vendido y el comprador es ahora quien asume el nuevo riesgo. La trampa está en que el comprador tiene derecho a devolver esos créditos en el futuro a cambio de un precio establecido, lo que hace que ese riesgo nunca haya desparecido realmente para el banco vendedor, sólo cambia de denominación y desaparece del balance, cambia la apariencia de ese riesgo pero sigue latente. Así, en el próximo informe de análisis que veas sobre esa entidad, el analista de turno te dirá que su ratio de solvencia según Basilea III ha aumentado, por lo que ese banco es ahora más solvente.

Sé consciente de que los excesos que nos han traído hasta esta crisis, y a la mayoría de ellas, se han alcanzado a base de maquillar contablemente durante tiempo los riesgos que realmente asumen las entidades, porque sino los problemas aparecerían antes y nunca se llegaría a producir tanto exceso. Estos maquillajes y otros son conocidos y están permitidos por las autoridades supervisoras. Ya sabes, hay que crear confianza, la eterna excusa bonita para justificar cualquier mentira/imprudencia. Recuerda que en 1998 salvaron de sus arriesgadas apuestas al hedge fund Long-Term Capital Management, en nombre del bien común, y claro, la banca de inversión aprendió la lección. Si la haces muy gorda (de varios miles de millones), no te dejan caer. Quizás de no ser así, la banca no hubiera cometido tantos excesos bajo el convencimiento de que siempre les salvarán y no hubiera habido tanto exceso inmobiliario, de crédito, y de apalancamiento. Algunos economistas ingenuos/caraduras dicen que el fallo fue dejar caer a Lehman Bros. Vamos, la economía de mercado, donde puedes ganar y perder dinero, para los demás. La banca, a privatizar beneficios y nacionalizar pérdidas, y van de economistas los que lo dicen. Que cara más dura, y qué mentalidad más cancerígena para la viabilidad del sistema capitalista. 

Yo creo que el salvar al Long-Term Capital Management, a Freddie Mac y Fannie Mae por sus excesos inmobiliarios, a Bear Sterns, a Merril Lynch, a Washington Mutual, etc es lo que hace que hoy la banca siga batiendo récords de asunción de riesgos y lo que asegura que el sistema capitalista lleve dentro una gran bomba de relojería social. No son los defectos/limitaciones del sistema capitalista los que pueden acabar con él (aunque los tenga), sino cómo los poderosos corrompen sus principios básicos para beneficiarse a costa de todos.

De momento, la banca mundial, a seguir con su make-up contable para aflorar beneficios (reales o no) y dosificar pérdidas a su libre albedrío. Todo va bien para ellos mientras no les obliguen a ampliar capital de verdad y sus acciones y stock-options no sufran la ley de la gravedad que sufre el resto del mundo. En lo que a medios se refiere, siguen difrutando del privilegio de una barra libre de liquidez en los Bancos Centrales, y unos mercados y legislaciones privilegiadas y opacas sólo para su élite, como los dark-pools, los CDS, los OTCs, el shadow banking, etc. Como dice el refrán, antes muerta que sencilla. Supongo que el capitalismo con que convivimos los demás se les haría muy duro.

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